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De la isla que Platón llamo Atlantide

Platón cuenta, en los diálogos Timeo y Critias, que hubo antiquísimamente en el mar Atlántico y Océano grandes tierras y una isla dicha Atlántide, mayor que África y Asia, afirmando ser aquellas tierras de allí verdaderamente firmes y grandes, y que los reyes de aquella isla señorearon mucha parte de África y de Europa. Empero que con un gran terremoto y lluvia se hundió la isla, sorbiendo los hombres, y quedó tanto cieno, que no se pudo navegar más aquel mar Atlántico. Algunos tienen esto por fábula, y muchos por historia verdadera; y Próculo, según Marsilio dice, alega ciertas historias de los de Etiopía, que hizo un Marcelo, donde se confirma. Pero no [314] hay para qué disputar ni dudar de la isla Atlántide, pues el descubrimiento y conquistas de las Indias aclaran llanamente lo que Platón escribió de aquellas tierras, y en México llaman a la agua atl, vocablo que parece, ya que no sea, al de la isla. Así que podemos decir cómo las Indias son las islas y tierra firme de Platón, y no las Hespérides, ni Ofir y Tarsis, como muchos modernos dicen, ca las Hespérides son las islas de Cabo Verde y las Gorgonas, que de allí trajo Hanon monas. Aunque con lo de Solino hay alguna duda, por la navegación de cuarenta días que pone. También puede ser que Cuba, o Haití, o algunas otras islas de las Indias, sean las que hallaron cartagineses, cuya ida y población vedaron a sus ciudadanos, según cuenta Aristóteles o Teofrasto, en las maravillas de natura no oídas. Ofir y Tarsis no se sabe dónde ni cuáles son, aunque muchos hombres doctos, como dice San Agustín, buscaron qué ciudad o tierra fuese Tarsis. San Jerónimo, que sabía la lengua hebrea muy bien, dice sobre los profetas, en muchos lugares, que Tarsis quiere decir mar; y así, Jonás echó a huir a Tarsis, como quien dice a la mar, que tiene muchos caminos para huir sin dejar rastro. Tampoco fueron a nuestras Indias las armadas de Salomón, porque para ir a ellas habían de navegar hacia poniente, saliendo del mar Bermejo, y no hacia levante, como navegaron; y porque no hay en nuestras Indias unicornios ni elefantes, ni diamantes, ni otras cosas que traían de la navegación y trato que llevaban.