CLXXXIX

Los gastos que Gasca hizo y el tesoro que juntó

No entró Gasca en el Nombre de Dios con más de cuatrocientos ducados; empero buscó prestados y a cambio cuantos dineros menester hubo para la guerra, cuando Pizarro se puso en resistencia; con los cuales compró armas, artillería, caballos y matalotaje; pagó el sueldo y dio socorros, e hizo otros muchos gastos, en que, echada cuenta por pluma, gastó novecientos mil pesos de oro desde que llegó hasta que salió del Perú, ca fue necesario gastar largo con los españoles, y valían carísimo las cosas de Castilla, no solamente las de comer y vestir, pero las de guerrear, como eran caballos, arcabuces y coseletes, y es de notar que, siendo aquella tierra tan cara y lejos, hay tantas y tan buenas armas y caballos; mas allá van mercaderías donde quieren dineros. Recogió Gasca las rentas y quintos del rey y el oro y plata de los traidores y condenados, y allegó tanto tesoro, que pagó los novecientos mil pesos, y le quedaron para traer al emperador un millón y trescientos mil castellanos en plata y oro, cosa de que mucho se maravillaron todos, y no por el dinero, sino por la manera con que lo juntó. Nunca procuró ni tomó para sí un real, y así, digo que nunca pasó al Perú español, con cargo ni sin él, que no tomase algo, sino Gasca, que no le conocieron, aunque lo miraron, señal de avaricia, por la cual se perdieron y mataron cuantos habemos contado en las guerras del Perú. Sacó, empero, a Blasco Núñez Vela, que realísimamente fue servidor del emperador y libre de tal vicio, aunque porfió algo los negocios por sus diez y ocho mil ducados de salario. Gabriel de Rojas sacó demasiado a los indios vacos en cabeza del rey, y a los españoles que favorecieron a Pizarro y a los que no le favorecieron, diciendo que se habían estado a la mira, todo lo cual pasó de un millón; y como murió en el camino casi súbitamente, dijeron que por juicio de Dios, y que se aparecía espantosamente a ciertos frailes de Santo Domingo de Lima. Y pues hablamos de tesoro, bien es decir la riqueza del Perú que hasta aquí nuestros españoles han habido, así en lo que hallaron en poder de los indios como en lo que sacaron de minas, que mucho es. Agustín de Zárate, que tomó las cuentas, halló cargados a los oficiales del rey, en los libros de cuentas, un millón y ochocientos mil pesos de oro, y seiscientos mil marcos de plata del quinto y rentas reales, y toda esta plata y oro ha venido en España de una o de otra manera, porque allá no la quieren para más de traerla, y danse tanta prisa a traerla como a sacarla y haberla. Aunque don Diego de Almagro, Vaca de Castro, Blasco Núñez, Gonzalo Pizarro, Gasca y otros capitanes gastaron mucho de lo del rey en las guerras; mas todo al fin, como dije, es venido a España, y es una cantidad increíble, pero cierta. [276]