Lo que Gasca escribió a Gonzalo Pizarro
Como Gasca llegó a Panamá, entendió mejor el estado en que la armada estaba y lo que se decía de Pizarro. Negociaba de callada cuanto podía, y viendo las fuerzas de Pizarro, que o se tenían de deshacer con otras mayores o con maña, escribió a Quito, a Nicaragua, a Méjico, a Santo Domingo y a [256] otras partes por hombres, caballos y armas, y envió al Perú a Pedro Fernández Paniagua, de Plasencia, con cartas para los cabildos, haciéndoles saber su llegada con revocación de las ordenanzas, y dióle una carta del emperador para Gonzalo Pizarro, de creencia, en que disimulaba sus cosas, y otra suya y muy larga y llena de razones y ejemplos, para que, dejando las armas y gobernación, se pusiese en manos del emperador, cuya suma era que traía revocación de las ordenanzas, perdón de todo lo pasado, comisión de ordenar los pueblos, con parecer de los regimientos, en provecho de los españoles e indios, licencia de hacer conquistas donde los que no tenían tuviesen repartimientos, oficios y de comer, y que confiase en los que hasta allí le habían seguido y amado, por cuanto lo dejarían, con el perdón que les daba el rey, o le matarían por servir a su alteza; y también le apuntó guerra si la paz despreciaba.