CXXXV

Los muchos españoles que indios mataron por socorrer el Cuzco

Bien temió Pizarro, cuando supo la rebelión del inca y el cerco del Cuzco; mas no pensó al principio que tan de veras era, ni con tanta gente como fue; y así, envió luego a Diego Pizarro con setenta españoles, que los más eran peones. A todos los cuales mataron indios en la cuesta de Parcos, cincuenta leguas del Cuzco; mataron asimismo al capitán Morgovejo, con muchos españoles que al socorro llevaba, en un mal paso donde los atajaron; hicieron el estrago con galgas, que no se atrevieron venir a las lanzadas. Algunos se escaparon con la oscuridad de la noche, mas ni pudieron ir al Cuzco, ni tornar a Los Reyes; envió también Pizarro a Gonzalo de Tapia con otros ochenta españoles, y también los mataron indios de puro cansados. Mataron eso mismo al capitán Gaete con cuarenta españoles en Jauja. Pizarro estaba espantado cómo no le escribían sus hermanos ni aquellos sus capitanes, y temiendo el mal que fue, despachó cuarenta de caballo con Francisco de Godoy, para que le trajese nuevas de todo; el cual volvió, como dicen, rabo entre piernas, trayendo consigo dos españoles de Gaete que se habían escapado a uña de caballo y que dieron a Pizarro las malas nuevas; las cuales lo pusieron en muy gran cuita. Llegó luego a Los Reyes huyendo Diego de Agüero, que dijo cómo los indios andaban todos en armas y le habían querido quemar en sus pueblos, y que venía muy cerca un gran ejército de ellos. Nueva que atemorizó mucho la ciudad, y tanto más cuanto menos españoles había; Pizarro envió a Pedro de Lerma, de Burgos, con setenta de caballo y muchos indios amigos y cristianos a estorbar que los enemigos no llegasen a Los Reyes, y él salió detrás con los demás españoles que allí había. Peleó Lerma muy bien, y retrajo los enemigos a un peñol, y allí los acabaran de vencer y deshacer si Pizarro a recoger no tañera. Murió aquel día y batalla un español de caballo; fueron heridos muchos otros, y a Pedro de Lerma quebraron los dientes; los indios dieron muchas gracias al Sol, que los escapó de tanto peligro, haciéndole grandes sacrificios y ofrendas, y pasaron su real una sierra cerca de Los Reyes, el río en medio, do estuvieron diez días haciendo arremetidas y escaramuzas con españoles, que con otros indios no querían, y muchos indios cristianos, mozos de españoles, iban a comer y estar con los contrarios, y aun a pelear contra sus amos, y se tornaban de noche a dormir en la ciudad. [196]