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Los reyes y naciones que han tenido el trato de las especias

Españoles traían antiquísimamente especias y medicinas del mar Bermejo, Arábigo y Gangético, aunque no en tanta cantidad como ahora; que a eso iban allá, según muchos, con mercaderías y cosas de nuestra España. Los reyes de Egipto tuvieron la contratación de las especias, olores y medicinas orientales mucho tiempo, comprando de alábares, persas, indianos y otras gentes de Asia, y vendiéndolas a scitas, alemanes, italianos, franceses, griegos, moros y otros hombres de Europa. Valía el trato de la Especiería al rey Tolomeo Auleta, padre de Cleopatra, la de Marco Antonio, doce talentos, según Estrabón, cada un año, que son siete millones de nuestra moneda. Romanos tomaron aquel trato con el mismo reino, y dicen que les valía más; empero fuese disminuyendo con la inclinación del imperio, y en fin se perdió. Mercaderes que corren mar y tierra por la ganancia hicieron la contratación en Cafa y otros lugares de la Tana o Tanais; pero con grandísimo trabajo y costa, ca subían las especias por el río Indo al río Uxo, atravesando a Bater, que es la Batriana, en camellos. Por Uxo, que ahora dicen Camu, las metían en el mar Caspio, y de allí las llevaban a muchas partes; mas la principal era Citraca, en el río Ra, dicho al presente Volga, donde iban por ellas armenios, medos, partos, persianos y otros. De Citraca las subían a Tartaria, que antes era Scitia, por la Volga, y en caballos la ponían en Cafa, que antiguamente se dijo Teodosia, y en otros puertos cerca de la Tana, de donde las tomaban alemanes, latinos, griegos, moros y otras gentes de nuestra Europa. Y aún poco ha iban allí por ellas venecianos, genoveses y otros cristianos. Trajeron después las especias y otras mercaderías de la India, que llegaban al mar Caspio, a Trapisonda, bajándolas al mar Mayor o Póntico, por el Hasis, que ahora nombran Faso. Mas perdióse la contratación con aquel imperio, que deshicieron los turcos [161] poco ha. Entonces las portearon por Eufrates arriba, que cae dentro del mar Pérsico, y por cargas desde aquel río a Damasco, Alepo, Barut y otros puer tos del mar Mediterráneo, y los soldanes del Cairo tornaron el trato de las especias al mar Bermejo y Alejandría por el Nilo, como solía ser, pero no en tanta abundancia. Los reyes de Portugal la tienen al presente, por la vía y negociación que oístes, en Lisbona y Anvers, no sin envidia de muchos codiciosos y ruines, que importunan al turco y a otros reyes que se lo estorben y quiten; mas con la ayuda de Dios no podrán. Pablo Centurión, de Génova, fue a Moscovia, el año de 20, a inducir al rey Basilio que trajese a su reino el trato y mercadería de las especias, prometiéndole grande ganancia con poco gasto; empero el rey no lo quiso tentar, cuanto más hacer, entendiendo el grande camino y trabajo que sería; ca las tenían que subir por el Indo a tierra de Bater, y de allí en camellos al Camu, y por aquel río a Estrava, y luego a Citraca, que están en el Caspio. De Citraca llevar lo por el Volga a Oca, río grande, y después a Mosco, siempre río arriba, porque todos tres vienen a ser uno hasta Moscovia, ciudad; y de allí por su tierra al mar Germánico y Venedico, donde son Ribalia, Riga, Danzuic, Rostoc y Lubec, pueblos de Libonia, Polonia, Prusia, Sajonia, provincias de Alemania que gastan muchas especias. Más molidas y estragadas vinieran por este camino las especias que no viniesen en las carabelas de Portugal, que no se tocan hasta Lisbona desde que las cargan en la India. Digo esto porque afirmaba este genovés corromperse las especias en tan larga navegación. Solimán, turco, ha también procurado echar de Arabia y de la India los portugueses para tomar él aquel negocio de las especias, y no ha podido; aunque juntamente con ello pretendía dañar a los persianos y extender sus armas y nombre por allá. De manera, pues, que Soleimán, eunuco, Basá pasó galeras del mar Mediterráneo al Bermejo y al Océano por el Nilo y por tierra. El año de 37 fue a Dío, ciudad e isla cabe el Nilo con flota y ejército; sitióla, combatióla reciamente y no la pudo ganar, ca los portugueses la defendieron gentilmente, haciendo maravillas por tierra y por agua, Era medroso como capado, y cruel como medroso. Llevó a Constantinopla las narices y orejas de los portugueses que mató, para mostrar su valentía.