Río de San Antón
Año de 25 anduvo por esta tierra el piloto Esteban Gómez en una carabela que se armó en la Coruña a costa del emperador. Iba este piloto en demanda de un estrecho que se ofreció de hallar en tierra de Bacallaos, por donde pudiesen ir a la Especiería en más breve que por otra ninguna parte, y traer clavos y canela y las otras especias y medicinas que de allá se traen. Había navegado algunas veces a las Indias Esteban Gómez, ido con Magallanes al estrecho y estado en la junta de Badajoz, que hicieron, como después se dirá, castellanos y portugueses sobre las islas de los Malucos, donde se platicó cuán bueno sería un estrecho por esta parte. Y como Cristóbal Colón, Fernando Cortés, Gil González de Avila y otros no lo habían hallado del golfo de Urabá hasta la Florida, acordó él subir más arriba; empero, tampoco lo halló, ca no lo hay. Anduvo buen pedazo de tierra que aún no estaba por otro vista; bien que dicen, cómo Sebastián Gaboto la tenía primero tanteada. Tomó cuantos indios pudieron caber en la carabela y trajóselos, contra la ley y voluntad del rey. Y con tanto se volvió a la Coruña dentro de diez meses que partió. Cuando entró dijo que traía esclavos; un vecino de allí entendió clavos, que era una de las especias [59] que prometió traer. Corrió la posta, vino a pedir albricias al rey de que traía clavos Esteban Gómez. Esparcióse la nueva por la corte, con alegría de todos, que holgaban de tan buen viaje. Mas como desde a poco se supo la necedad del correo, que por esclavos entendió clavos, y el ruin despacho del marinero, que había prometido lo que no sabía ni había, rieron mucho las albricias y perdieron esperanza del estrecho que tanto deseaban, y aun algunos que favorecieron al Esteban Gómez para el viaje quedaron corridos.