XII

El sitio de las Indias

Lo más setentrional de las Indias está en par de Gruntlandia y de Islandia. Corre doscientas leguas de costa, aún no está bien andada, hasta río Nevado. De río Nevado, que cae a sesenta grados, hay otras doscientas leguas hasta la bahía de Malvas; y toda esta costa casi está en los mismos sesenta grados, y es lo que llaman Tierra del Labrador, y tiene al sur la isla de los Demonios. De Malvas a cabo de Marzo, que está en cincuenta y seis grados, hay sesenta leguas. De allí a cabo Delgado hay cincuenta leguas. Desde cabo Delgado, que cae en cincuenta y cuatro grados, sigue la costa doscientas leguas por derecho de poniente, hasta un gran río dicho San Lorenzo, que algunos lo tienen por brazo de mar, y lo han navegado más de doscientas leguas arriba; por lo cual muchos lo llamaron el estrecho de los Tres Hermanos. Aquí se hace un golfo como cuadrado, y boja de San Lorenzo hasta la punta de Bucallaos harto más de doscientas leguas. Entre aquesta punta y cabo Delgado están muchas islas bien pobladas, que llaman Cortes Reales, y que cierran y encubren el golfo Cuadrado, lugar en esta costa muy notable para señal y descanso. Desde la punta de Bacallaos ponen ochocientas y setenta leguas a la Florida, contando así: de la punta de Bacallaos, que cae a cuarenta y ocho grados y medio, hay setenta leguas de costa a la bahía del río. De aquesta bahía, que está algo más de cuarenta y cinco grados, hay otras setenta leguas a otra bahía que llaman de los Isleos, y que está en menos de cuarenta y cuatro grados. De la bahía de Isleos a río Fondo hay setenta leguas, y de él a otro río, que dicen de las Gamas, hay [23] otras setenta leguas, y están ambos ríos en cuarenta y tres grados. Del río de Gamas hay cincuenta leguas al cabo de Santa María, del cual hay cerca de cuarenta leguas al cabo Bajo, y de allí al río de San Antón cuentan otras más de cien leguas. Del río de San Antón hay ochenta leguas por la costa de una ensenada hasta el cabo de Arenas, que está en casi treinta y nueve grados. De Arenas al puerto del Príncipe hay más de cien leguas, y de él al río Jordán, setenta, y de allí al cabo de Santa Elena, que cae en treinta y dos grados, hay cuarenta. De Santa Elena a río Seco hay otras cuarenta. De río Seco, que está en treinta y un grados, hay veinte leguas a la Cruz; y de allí al Cañaveral, cuarenta; y de la punta del Cañaveral, que cae a veinte y ocho grados, hay otras cuarenta hasta la punta de la Florida. Es lo Florida una lengua de tierra metida en la mar cien leguas, y derecha al sur. Tiene de cara, y a veinte y cinco leguas, la isla de Cuba y puerto de la Habana, y hacía levante las islas Bahama y Lucaya, y por ser parte muy señalada, descansamos en ella. La punta de la Florida, que cae en veinte y cinco grados, tiene veinte leguas de largo, y de ella hay cien leguas o más hasta el ancón Bajo, que cae cincuenta leguas de río Seco este a oeste, que son la anchura de la Florida. Del ancón Bajo ponen cien leguas al río de Nieves, y de él a otro río de Flores, más de veinte. Del río de Flores hay setenta leguas a la bahía del Espíritu Santo, a quien llaman por otro nombre la Culata, que boja treinta leguas. De esta bahía, que está en veinte y nueve grados, hay más de setenta leguas al río de Pescadores. De Pescadores, que cae a veinte y ocho grados y medio, hay cien leguas hasta el río de las Palmas, por cerca del cual atraviesa el trópico de Cáncer. Del río de Palmas al río Pánuco hay más de treinta leguas. Queda en este espacio Almería. De la Veracruz, que cae en diez y nueve grados, hay más de treinta leguas al río de Albarado, que los indios llaman Papaloapán. Del río de Albarado al de Coazacoalco ponen cincuenta leguas; de allí al río de Grijalva hay más de cuarenta, y están los dos ríos en poco menos de diez y ocho grados. Del río Grijalva al cabo Redondo hay ochenta leguas de costa, y están en ella Champotón y Lázaro. De cabo Redondo al cabo de Cotoche o Yucatán cuentan noventa leguas, y está en cerca de veinte y un grados. De manera que hay novecientas leguas de costa desde la Florida a Yucatán, que es otro promontorio que sale de tierra hacia el norte, y cuanto más se mete al agua, tanto más ensancha y retuerce. Tiene a sesenta leguas la isla de Cuba, que le cae al oriente, la cual casi cierra el golfo que hay entre la Florida y Yucatán, a quien unos llaman golfo Mexicano, otros Florido, y otros Cortés. Entra la mar en este golfo por entre Yucatán y Cuba con muy grande corriente, y sale por entre Cuba y la Florida, y nunca es al contrario. De Cotoche o Yucatán hay ciento y diez leguas al río Grande, y quedan en el camino la punta de las Mujeres y la bahía de la Ascensión. De río Grande, que cae a diez y seis grados y medio, hay cien y cincuenta leguas hasta cabo del Camarón, contadas de esta manera: treinta del río a puerto de Higueras; de Higueras al puerto de Caballos, otras treinta, y [24] otras treinta de Caballos al puerto del Triunfo de la Cruz, y de él al puerto de Honduras otras treinta, y de allí al cabo del Camarón, veinte, de donde ponen setenta al cabo de Gracias a Dios, que está en catorce grados. Queda en medio de esta costa Cartago. De Gracias a Dios hay setenta leguas al desaguadero que viene de la laguna de Nicaragua. De allí a Zorobaro hay cuarenta leguas, y más de cincuenta de Zorobaro al Nombre de Dios, y está en medio Veragua. Estas noventa leguas están en nueve grados y medio. Tenemos quinientas menos diez leguas desde Yucatán al Nombre de Dios, que por la poca tierra que hay allí a la mar del sur es cosa muy notable. Del Nombre de Dios hay setenta leguas hasta los farallones del Darién, que cae a ocho grados, y están por la costa Acla y puerto de Misas. El golfo de Urava tiene seis leguas de boca y catorce de largo. Del golfo de Urava cuentan setenta leguas hasta Cartagena. Está en medio el río de Zenu y Caribana, de donde se nombran los caribes; de Cartagena ponen cincuenta leguas a Santa Marta, que cae en algo más de once grados, y quedan en la costa puerto de Zambra y río Grande. Hay cincuenta leguas de Santa Marta al cabo de la Vela, que está en doce grados, y a cien leguas de Santo Domingo. Del cabo de la Vela hay cuarenta leguas hasta Coquibacoa, que es otro cabo de su misma altura, tras el cual comienza el golfo de Venezuela, que boja ochenta leguas hasta el cabo de San Román. De San Román al golfo Triste hay cincuenta leguas, en que cae Curiana. Del golfo Triste al golfo de Cariari hay cien leguas de costa, puesta en diez grados, y que tiene a puerto de Cañafístola, Chiribichi y río de Cumaná y punta de Araya. Cuatro leguas de Araya está Cubagua, que llaman isla de Perlas, y ponen de aquella punta a la de Salinas sesenta leguas. De la punta de Salinas a cabo Anegado hay más de setenta leguas de costa por el golfo de Paria, que hace la tierra con la isla Trinidad. Del Anegado, que cae a ocho grados, hay cincuenta leguas al río Dulce, que está en seis grados. De río Dulce al río de Orellana, que también dicen río de las Amazonas, hay ciento y diez leguas. Así que cuenta ochocientas leguas de costa desde Nombre de Dios al río de Orellana, el cual entra en la mar, según dicen, por cincuenta leguas de boca que tiene debajo de la Equinoccial, donde, por caer en tal parte y ser tan grande como dicen, hacemos parada, y otra tal haremos de él al cabo de San Agustín. Del río de Orellana ponen cien leguas al río Marañón, el cual tiene quince de boca y está en cuatro grados de la Equinoccial al sur. Del Marañón a tierra de Humos, por do pasa la raya de la repartición, hay otras cien leguas. De allí al Angla de San Lucas hay otras ciento. De la Angla al cabo Primero hay otras ciento, y de él al cabo de San Agustín, que cae en casi ocho grados y medio más allá de la Equinoccial, hay setenta leguas. Y a esta cuenta son quinientas y veinte y cinco leguas las que hay en este trecho de tierra. El cabo de San Agustín es lo más cerca del África y de España por aquella parte de Indias, ca no hay más de quinientas leguas de Cabo Verde allá, según cuenta común de mareantes, aunque otros la disminuyen. Del cabo de San Agustín hacen cien leguas [25] hasta la bahía de Todos Santos, que está en trece grados, y que va la costa siguiendo al sur. Quedan entre medias el río de San Francisco y el río Real. De Todos Santos ponen otras cien leguas a cabo de Abre-los-ojos, que cae algo más de diez y ocho grados. De este cabo al que llaman Frío cuentan cien leguas; es cabo Frío como isla, y hay cien leguas de él a la punta de Buenabrigo, por la cual pasa el trópico de Capricornio y la raya de la participación, que son dos señalados puntos. De Buenabrigo hay cincuenta leguas a la bahía de San Miguel; y de allí al río de San Francisco, que cae en veinte y seis grados, hay sesenta. De San Francisco al río Tibiquiri hay cien leguas, donde quedan puerto de Patos, puerto del Faraiol y otros. De Tibiquiri al río de la Plata ponen más de cincuenta y así las seiscientas y setenta leguas del cabo de San Agustín al río de la Plata, donde paramos, el cual cae en treinta y cinco grados más allá de la Equinoccial. Hay de él, con lo que tiene de boca, hasta la punta de Santa Elena, sesenta y cinco leguas. De Santa Elena a las Arenas-gordas hay treinta, y de ella a los Bajos-anegados, cuarenta, y de allí a Tierra-baja cincuenta. De Tierra-baja a la bahía Sin-fondo hay sesenta y cinco leguas. De esta bahía, que cae a cuarenta y un grados, ponen cuarenta leguas a los arrecifes. De Lobos, que tiene de altura cuarenta y cuatro grados, hay cuarenta y cinco leguas al cabo de Santo Domingo. De este cabo a otro que llaman Blanco hacen veinte leguas. De cabo Blanco hay sesenta leguas hasta el río de Juan Serrano, que cae en cuarenta y nueve grados, y que otros llaman río de Trabajos, del cual hacen ochenta leguas al promontorio de las Once mil Vírgenes, que está en cincuenta y dos grados y medio, y en el embocadero del estrecho de Magallanes, el cual dura ciento y diez leguas por una misma altura y derecho de este a oeste, y mil doscientas leguas de Venezuela sur a norte. De cabo Deseado, que está a la boca del estrecho de Magallanes, en la mar que llaman del Sur y Pacífico, hay setenta leguas a cabo Primero, que cae en cuarenta y nueve grados. De cabo Primero al río de Salinas, que está en cuarenta y cuatro grados, ponen más de ciento y cincuenta y cinco leguas. Del río de Salinas cuentan ciento y diez leguas a cabo Hermoso, que cae cuarenta y cuatro grados y medio de la Equinoccial al sur. De cabo Hermoso al río de San Francisco hay sesenta leguas de costa. Del río de San Francisco, que está en cuarenta grados al río Santo, que está en treinta y tres, hay ciento y veinte leguas. De río Santo hay poco a Chirimara, que algunos llaman puerto Deseado de Chile. Hay de Chirimara, que cae a treinta y un grado y casi de este a oeste con el río de la Plata, doscientas leguas hasta Chincha y río Despoblado, que está en veinte y dos grados. Del río Despoblado hay noventa leguas a Arequipa, que está en diez y ocho grados. De Arequipa hay ciento y cuarenta leguas a Lima, que cae a doce grados. De Lima cuentan más de cien leguas hasta el cabo de la Enguila, que cae en seis grados y medio. Están en esta costa Trujillo y otros puertos. Del Enguila hay cuarenta a cabo Blanco, de él a cabo de Santa Elena sesenta leguas. Están en medio Túmbez y Tumepumpa y la [26] isla Puna. De Santa Elena, que cae a dos grados de la Equinoccial, hay setenta leguas a Quegemis, por do atraviesa. Quedan en la costa el cabo de San Lorencio y Pasao. Miden desde esta costa hasta el cabo de San Agustín mil leguas de tierra, que por caer debajo y cerca de la tórrida zona es riquísima, según lo han mostrado el Collao y el Quito, como después diremos. De Quegemis hay cien leguas al puerto y río del Perú, del cual tomó nombre la famosa y rica provincia del Perú. Están en este trecho de costa la bahía de San Mateo, río de Santiago y río de San Juan. Del Perú, que cae a dos grados de esta parte de la Equinoccial, hay más de setenta leguas al golfo de San Miguel, que está seis grados de la Equinoccial y que boja cincuenta leguas, y que dista veinte y cinco del golfo de Urava. De San Miguel a Panamá ponen cincuenta y cinco leguas. Está Panamá ocho grados y medio de la Equinoccial acá; hay diez y siete leguas del Nombre de Dios, por las cuales deja de ser isla el Perú, que, como dije, tiene de ancho mil leguas, mil y doscientas de largo, y boja cuatro mil y sesenta y cinco. De Panamá, que tomamos por paradero, hacen seiscientas y cincuenta leguas a Tecoantepec, midiendo setenta leguas de costa desde Panamá a la punta de Guera, que cae a poco más de seis grados; quedan en aquel espacio París y Natán. De Guera a Borica, que es una punta de tierra puesta en ocho grados, hay cien leguas costa a costa. De Borica cuentan otras ciento hasta cabo Blanco, donde está el puerto de la Herradura, del cual hay cien leguas al puerto de la Posesión de Nicaragua, que cae acerca de doce grados de la Equinoccial. De la Posesión a la bahía de Fonseca hay quince leguas; de allí a Chorotega, veinte; de Chorotega al río Grande, treinta, y de él al río de Guatemala, cuarenta y cinco; de Guatemala a Cirula hay cincuenta leguas, y luego está la laguna de Cortés, que tiene veinticinco leguas en largo y ocho en ancho. Hay de ella cien leguas a Puerto Cerrado, y de allí cuarenta a Tecoantepec, que está norte sur con el río Coazacoalco, y en algo más de trece grados. Así que se cumplen las seiscientas y cincuenta leguas en que hacemos parada. Todo el trecho de esta tierra es angosto de una mar a otra, que parece que se va comiendo para juntarla; y así, tiene muestra y aparejo para abrir paso de la una a la otra por muchos cabos, según en otra parte se trata. De Tecoantepec a Colima ponen cien leguas, donde quedan Acapulco y Zacatula. De Colima hacen otras ciento hasta cabo de Corrientes, que está en veinte grados, y queda allí puerto de Navidad. De Corrientes hay sesenta leguas al puerto de Chiametlán, por el cual pasa el trópico de Cáncer, y están en esta costa puerto de Xalisco y puerto de Banderas. De Chiametlán hay doscientas y cincuenta leguas hasta el estero Hondo o río de Miraflores, que cae en treinta y tres grados. Están en estas doscientas y cincuenta leguas río de San Miguel, el Guayaval, puerto del Remedio, cabo Bermejo, puerto de Puertos y puerto del Paisaje. De Miraflores hay otras doscientas y veinte leguas hasta la punta de Ballenas, que otros llaman California, yendo a puerto Escondido, Belén, puerto de Fuegos, y la bahía de Canoas y la isla de Perlas. Punta de Ballenas está debajo del [27] trópico y ochenta leguas del cabo de Corrientes, por las cuales entra este mar de Cortés, que parece al Adriático y es algo bermejo, y por ser cosa tan señalada paramos aquí. De la punta de Ballenas hay cien leguas de costa a la bahía del Abad, y de ella otras tantas al cabo del Engaño, que cae lejos de la Equinoccial treinta grados y medio. Algunos ponen más leguas del Abad al Engaño, empero yo sigo lo común. Del cabo del Engaño al cabo de Cruz hay casi cincuenta leguas. De cabo de Cruz hay ciento y diez leguas de costa al puerto de Sardinas, que está en treinta y seis grados. Caen en esta costa el ancón de San Miguel, bahía de los Fuegos y costa Blanca. De las Sardinas a Sierras-Nevadas hacen ciento y cincuenta leguas yendo a puerto de Todos Santos, cabo de Galera, cabo Nevado y bahía de los Primeros. Sierras-Nevadas están en cuarenta grados y son la postrera tierra que por aquella parte está señalada y graduada, aunque la costa todavía sigue al norte para llegar a cerrar la tierra en isla con el Labrador o con Gruntlandia. Hay en este postrer remate de tierra quinientas y diez leguas, y costean las Indias tierra a tierra, en lo que hay descubierto y aquí va notado, nueve mil y trescientas y más leguas, las tres mil y trescientas y setenta y cinco por la mar del Sur, y las cinco mil y novecientas y sesenta por nuestro mar, que llaman del Norte; y es de saber que toda la mar del Sur crece y mengua mucho, y en algunos cabos dos leguas hasta perder de vista la surgente y descrecencia; y la mar del Norte casi no crece, si no es de Paria al estrecho de Magallanes y en algunas otras partes. Nadie hasta hoy ha podido alcanzar el secreto ni causas del crecer y menguar la mar, y mucho menos de que crezca en unas partes y en otras no crezca; y así, es superfluo tratar de ello. La cuenta que yo llevo en las leguas y grados va según las cartas de los cosmógrafos del Rey, y ellos no reciben ni asientan relación de ningún piloto sin juramento y testigos. Quiero decir también cómo hay otras muchas islas y tierras en la redondez del mundo, sin las que habemos nombrado; una de las cuales es la tierra del estrecho de Magallanes, que responde a oriente, y que, según su muestra, es grandísima y muy metida al polo Antártico. Piensan que por una parte va hacia el cabo de Buena Esperanza, y por la otra hacia los Malucos. Ca los de las naos del virrey don Antonio de Mendoza toparon una tierra de negros que duraba quinientas leguas, y pensaban que se continuaba con aquella del sobredicho estrecho; así que la grandeza de la tierra aún no está del todo sabida; empero, las que dicho habemos hacen el cuerpo de la tierra que llaman mundo. [28]