Capítulo 4: Salvavidas

Antes de seguir adelante, extendámonos en algunas de las actitudes básicas que anteriormente dejamos en el tintero. No pretendo que nadie recuerde todo el pensamiento transistorizado de este libro, pero recomiendo enfáticamente memorizar las líneas en cursiva que vienen más adelante. Son lo bastante sencillas como para recordarlas, y te serán útiles frente a cualquier crisis mental. Tenlas en mente.

Una de mis excursiones con psicodélicos había tenido un mal comienzo, y me estaba hundiendo en un hoyo realmente diabólico. Al ver que las personas a mi alrededor se volvían malignas, arrugadas, descoloridas, viejas y raras, me surgió este pensamiento: Bueno, ¿y qué creíste que era lo que tenías que amar? Y, así no más, las puertas se abrieron y me encontré en el paraíso.

Abandona tus resistencias. Esto no significa que debas ser físicamente pasivo o sumiso frente a vibraciones negativas o malas jugadas. Significa: ninguna resistencia en tu mente. Sé libre en tu cabeza, actúa desde tu amor, y haz lo que realmente te siente bien. No hay acción alguna que sea siempre correcta o errada: el único factor verdadero es el amor con el cual actúas. Al abrir tu percepción, la vida mejorará por sí sola; no será necesario que hagas nada. Es una hermosa paradoja: mientras más abres tu conciencia, menos sucesos desagradables invaden tu percepción.

Ama tanto como puedas desde donde sea que estés. Es especialmente apropiado recordar esta frase cuando te sientas asustado, loco o has tomado mal alguna droga. Escríbela en la pared de tu cuarto. Puedes no estar dispuesto a amar lo que sientes o ves, puedes no ser capaz de convencerte de que te sea posible amarlo. Pero, decide amarlo. Di en voz alta que lo amas, aun si no lo crees, y di, «Me amo a mí mismo por odiar esto».

Ámalo tal cual es. El modo como ves el mundo depende enteramente de tu propio nivel de vibración. Cuando tu vibración cambia, el mundo entero parecerá distinto. Es algo similar a lo que ocurre aquellos días en que todos parecen sonreírte, porque te sientes contento. El modo de elevar tu nivel de vibración es sentir más amor. Comienza por amar tus sentimientos negativos, tu propio aburrimiento, torpeza y desesperación. Es difícil de creer: cambiando el contenido de tu mente, no cambiarás tu nivel de vibración.

Si lo que quieres es elevar tu conciencia, es inútil cambiar tus ideas, tu fe, tu conducta, tu lugar de residencia o tus compañeros.

No es algo arbitrario, ni tampoco un accidente, el que estés donde estás, de modo que podrías corregir tu actitud antes de cambiar nada. De otro modo, te encontrarás recorriendo toda la creación en busca del lugar correcto, y ni siquiera el Mar del Éxtasis Infinito será un buen lugar para ti.

Vas contigo mismo a donde quiera que vayas. Como dicen en el Zen: si no puedes encontrarlo ahí donde estás parado, ¿dónde piensas merodear para encontrado? No hay un solo lugar en el universo donde puedas estar, si no es entre tus iguales. La dirección del cambio que hay que buscar no es en una de nuestras cuatro dimensiones: es profundizando en lo que eres, en donde estás, algo así como aumentando el volumen del amplificador.

Ámate a ti mismo. Pero, ¿el amor no se define acaso como compartir el mismo espacio con otros? De hecho, gran parte de lo que ahora concebimos como nosotros mismos —nuestros cuerpos, nuestras mentes, nuestras emociones— implica a billones de otros seres. Ser la conciencia-ego de un cuerpo humano es un poco como ser el alcalde de la ciudad de Nueva York. El ego no es la única conciencia comprometida con la supervivencia o el funcionamiento de tu cuerpo.

Somos libres, como entes individuales y únicos, de abandonar cualquier agrupación (como por ejemplo, la agrupación que forma nuestro cuerpo), pero en cualquier nivel al que vayamos encontraremos a otros seres con quienes armonizar.

Cuando te amas a ti mismo estás, en realidad, expandiéndote en amor a muchos otros seres, y mientras más ames, más amorosos serán los seres en tu interior y a tu alrededor. En todos los niveles, somos vibraciones mutuamente dependientes. Toca una alegre melodía y vendrán alegres bailarines a unirse a tu danza.

En otro sentido, amarte a ti mismo es una disposición a estar en el mismo espacio con tus propias creaciones. ¿Cuán contraído podrías llegar a estar si intentaras apartarte de tus propias ideas?

Amarte a ti mismo no es cuestión de reforzar tu ego. El egotismo es probar que eres valioso después de haberte hundido en el odio a ti mismo. El amor que te brindes disolverá tu ego: no sentirás necesidad de demostrar que eres superior.