En un mundo de comunicación universal e instantánea era muy difícil conservar secretos. Poole decidió de inmediato que era una cuestión para una discusión cara a cara.
La Comisión Europa había refunfuñado, pero todos sus miembros estaban reunidos en el departamento de Poole. Había siete de ellos, el número de la suerte, indudablemente sugerido por las fases de la Luna, que siempre fascinaba a la humanidad. Era la primera vez que Poole se reunía con tres de los miembros de la Comisión, aunque entonces los conocía a todos de manera más completa que lo que le habría sido posible en toda una vida antes que existiera el casquete cerebral.
—Presidenta Oconnor, miembros de la comisión, querría decir unas palabras, ¡nada más que pocas, lo prometo!, antes de que descarguen este mensaje que recibí de Europa. Y prefiero hacerlo en forma verbal: me es más natural… temo que nunca estaré del todo cómodo con la transferencia mental directa.
»Como ustedes ya saben, a Dave Bowman y Hal se los guardó como emulaciones en el monolito de Europa. Aparentemente, el monolito nunca descarta una herramienta a la que una vez encontró útil y, de vez en cuando, activa a Halman para que vigile nuestros asuntos, cuando éstos empiezan a ser de su incumbencia, como sospecho que puede haberlo sido mi arribo… ¿aunque quizá me estoy autohalagando?
»Pero Halman no es tan sólo una herramienta pasiva: el componente Dave todavía retiene algo de sus orígenes humanos, hasta emociones y, debido a que se nos preparó juntos —compartimos casi todo durante años—, aparentemente le resulta mucho más fácil comunicarse conmigo que con cualquier otra persona. Me agradaría pensar que disfruta haciéndolo pero, quizás, es una palabra demasiado fuerte…
»También es curioso… inquisitivo… y quizás esté un tanto resentido por el modo en que se lo recogió, como a un espécimen de la vida silvestre. Aunque eso es lo que probablemente somos, desde el punto de vista de la inteligencia que creó el monolito.
»¿Y dónde está esa inteligencia ahora? Halman parece saber la respuesta, y probablemente dé escalofríos saberla.
»Tal como siempre sospechamos, el monolito es parte de una red galáctica de alguna clase. Y el nodo más cercano —el controlador del monolito, o su superior inmediato— está a cuatrocientos cincuenta años luz.
»¡Demasiado cerca para mi gusto! Esto significa que el informe que sobre nosotros y nuestros asuntos se trasmitió a comienzos del siglo XXI y se recibió hace medio milenio. Si el monolito, llamémoslo Supervisor, contestó de inmediato, cualesquiera instrucciones ulteriores deben de estar llegando ahora.
»Y eso parece ser, exactamente, lo que está ocurriendo: durante estos últimos días, el monolito estuvo recibiendo una cadena continua de mensajes, y estuvo poniendo a punto programas nuevos, que es de suponer que van de acuerdo con aquellos mensajes.
»Por desgracia, Halman únicamente puede hacer conjeturas respecto de la naturaleza de esas instrucciones. Tal como ustedes comprenderán cuando hayan descargado esta tablilla, Halman tiene acceso limitado a muchos de los circuitos y Bancos de memoria del monolito, y hasta puede llevar a cabo una especie de diálogo con él… ¡si es que ésa es la palabra adecuada, pues se necesitan dos personas para conversar! Todavía no puedo absorber realmente la idea de que el monolito, aun con todos sus poderes, no posee conciencia… ¡ni siquiera sabe que existe!
»Halman estuvo de vez en cuando meditando sobre el problema durante mil años, y llegó a la misma respuesta a la que llegamos la mayor parte de nosotros. Pero su conclusión seguramente debe de tener mucho más peso, debido a que conoce las cosas por dentro.
»Lo siento, no pretendí hacer un chiste… ¿pero de qué otro modo podría decirlo?
»Lo que haya sido que se tomó la molestia de crearnos o, cuando menos, de chapucear con la mente y los genes de nuestros ancestros, está decidiendo qué hacer a continuación. Y Halman es pesimista… no, eso es una exageración… Digamos que no cree que tengamos muchas probabilidades, pero ahora es un observador demasiado indiferente como para preocuparse excesivamente. Para él, el futuro —¡la supervivencia!— de la especie humana no es mucho más que un interesante problema, pero está dispuesto a brindar ayuda.
De pronto, Poole dejó de hablar, para sorpresa de su atento público.
—Es extraño. Acabo de tener un recuerdo súbito asombroso… Estoy seguro de que explica lo que está ocurriendo. Por favor, sean pacientes conmigo…
»Dave y yo estábamos caminando juntos un día, por la playa del Cabo, unas semanas antes del lanzamiento, cuando advertimos un escarabajo grande tendido en la arena. Como ocurre a menudo, había caído sobre el lomo y estaba agitando las patas en el aire, pugnando por darse la vuelta y quedar con el lomo hacia arriba.
»No le di importancia —estábamos enfrascados en una complicada discusión técnica—, pero no Dave: se hizo a un lado y, con cuidado, lo hizo darse vuelta con el zapato. Mientras el insecto se alejaba volando, comenté: «¿Estás seguro de que fue una buena idea? Ahora irá y se comerá los crisantemos premiados de alguien». Y me respondió:
«Puede ser que tengas razón, pero me gustaría concederle el beneficio de la duda».
»Les pido disculpas: prometí decir nada más que unas palabras. Pero estoy muy contento por haber recordado ese incidente: realmente creo que pone el mensaje de Halman en la perspectiva correcta: le está dando a la especie humana el beneficio de la duda…
»Ahora, revisen sus casquetes cerebrales, por favor. Este es un registro de alta densidad… lo más alto de la banda U.V., canal 10. Pónganse cómodos, pero asegúrense de estar en la visual. Aquí vamos…