Erasmo. Hutten. Roma
Lutero, entre 1517 y 1525, habla, predica, ataca, se defiende. Y en lo que hizo entonces, el teólogo busca una doctrina. El historiador, un hombre. Un hombre que se enfrenta con hombres, atraído, empujado por amigos y enemigos, que a veces resiste y a veces se deja llevar, que siempre lucha y siempre salta… Esa historia dramática, tan llena, tan variada, no podríamos naturalmente contarla aquí con detalle. Ni siquiera podríamos, en tan poco espacio, describir sus peripecias más conmovedoras. Concentremos nuestros esfuerzos sobre uno o dos problemas.