Y mi paraguas, lo extravié aquel día, ¿dónde está? Sé que lo llevaba por la mañana. Si lo tienes tú, Ed, devuélvemelo, porque me siento perdida sin él en los días lluviosos, aunque ahora estamos en diciembre, así que toca nieve, eso dicen, y un paraguas en una tormenta de nieve es ridículo, como un cinturón de seguridad si no estás en un coche, o un casco si no vas en bicicleta. Lo necesito igual que un pez, una bicicleta o comoquiera que sea el dicho, igual que el café tiene que tomarse solo, igual que a una virgen le hace falta un novio. Hay tantas cosas que nunca recuperaré…