Ambas ramas de mi familia viven en North Adams, Massachusetts, desde hace varias generaciones; solíamos pasar por delante de la tumba de mi bisabuelo camino al supermercado. Aunque la ciudad natal de Ginny en ningún momento se menciona, muchos de los lugares que aparecen en la presente obra existen en North Adams: el Fish Pond (estanque de peces), el Mass MoCa (Museo de Arte Contemporáneo de Massachusetts), Angelina’s Sub Shop (restaurante), los Perritos Calientes de Jack y el Teatro Mohawk, por nombrar sólo unos cuantos.
Dudé si mencionar abiertamente North Adams, pero al final decidí no hacerlo por dos razones. La primera es que, como el tiempo no se detiene, no quería crear una confusión debido a los cambios que se han producido en la ciudad entre el inicio del libro y su publicación. (Por ejemplo, la fábrica donde muere Danny, si bien está realmente delante de una fábrica de setas en conserva, ya no está en ruinas; ha sido transformada en lofts). Pero lo que es más importante, por motivos argumentales tuve que idear un departamento de policía local menos que poco competente, cuando no siento más que admiración por el verdadero Departamento de Policía de North Adams.
Molly’s Bakery (Pastelería de Molly) es real, y a mi familia le gusta tanto que cuando falleció mi padre súbitamente, tuve la serenidad suficiente de encargar varias docenas de sus galletas rellenas de crema para el piscolabis tras el entierro. He utilizado el nombre de la pastelería con el amable permiso de los propietarios. Si alguna vez pasas por Eagle Street 27, un par de escaparates después de la vieja tienda de comestibles de mis abuelos, hazte un favor y compra pan de canela. Es tan fantástico en la vida real como en la ficción.