Agradecimientos

¡Ei, lector o lectora! ¡Gracias por leer mi libro! Espero que te haya provocado unas sensaciones incontenibles que te lleven a quedarte enviando tuiteos hasta las 3.00. Eso es lo que me ocurre a mí, así que…

A Callaway, el marido más encantador que puede llegar a tener una chica. Gracias por tu apoyo y por lo orgulloso que estás de mí. Contigo es aún mejor. Te quiero.

A Guyden y Zuzu, ¡mamá os quiere un montón! Me encantan las historias que escribo, pero vosotros siempre seréis mi mejor obra.

A mamá, papá y Jody, gracias por ser la familia más rara posible, y por quererme tal como soy.

A Mimi, Papa y Chris, gracias por vuestro cariño y vuestro apoyo, y por mostrarme tanta ilusión a cada paso del proceso.

Al resto de mi familia —son demasiados nombres para pensar siquiera en nombrarlos a todos—, ¡gracias! Sé que, allá donde estéis, siempre vais presumiendo de vuestra sobrina/nieta/prima que escribe libros, y significa mucho para mí teneros ahí en todo momento.

A Elana, gracias prácticamente por todo. Esto no habría sido posible sin ti. *abrazo incómodo*

A Erica, gracias por dejarme llamarte chorrocientas mil veces y por vivir esto con tanta ilusión como yo y, básicamente, por ser alucinante, en general.

A Kathleen, ¡gracias por hacer posible que estos libros también se lean en Brasil, China, Indonesia o donde sea! Aún no me lo puedo creer.

A la gente de HarperTeen: chicos, sois la bomba, y os adoro.

A los de FTW… *celebración con lanzamiento de jamón incluido*

A Northstar, gracias por acoger a la familia Cass.

A Athena, Rebeca y la pandilla de la Christiansburg Panera por hacerme unos chocolates calientes estupendos y por ir metiendo baza por detrás mientras hacía entrevistas por teléfono. ¡Gracias!

A Jessica y Monica… básicamente porque una promesa es una promesa, y porque siempre me hacéis reír.

A vosotros, por seguir a America (y por seguirme a mí) durante todo este tiempo. Me alegráis la vida.

A Dios, por el regalo que es escribir. Sin él estaría perdida.

A mi camita… que es donde voy ahora. Y a los dulces, porque sí.