sa mañana de marzo.
Gentilmente, Ángel abre la puerta y deja pasar delante a Alexia. Apenas se han dirigido la palabra en el camino de vuelta a la habitación. Ella, sonriente, satisfecha, haciendo sonar con fuerza sus tacones en el silencio impávido del hospital; él, reflexivo, pensativo, analizando lo que podría acontecer en las próximas horas.
Katia sonríe al ver entrar de nuevo a su hermana y a su amigo. ¿De qué habrán estado hablando?
—¡Cuánto habéis tardado!
—Protestona. Desde pequeña lo has sido.
—Me aburría. Ya creía que os habíais fugado.
—Pues no andabas muy desencaminada. Lo estábamos planeando, ¿verdad, Ángel?
El joven periodista no escucha lo que le acaban de decir. Está ausente. Piensa en Paula, en lo que le tiene que contar. No quiere mentirle y, sin embargo, no sabe cómo explicarle aquello. Va a pasar la noche con una chica que no es ella. Además, si dice la verdad, ¿cómo justifica que acompañe a alguien que se supone que es una casi desconocida?
—¡Ángel!, ¿me has oído? —insiste Alexia al verlo despistado.
El chico reacciona al oír su nombre.
—Perdonadme. ¿Qué decíais?
—Que os vais a fugar y me vais a dejar aquí tirada sola y enferma —protesta Katia, que se da cuenta de que a Ángel le ocurre algo.
¿Estará pensando en su novia? A pesar de todo, la cantante no olvida que aquel chico por el que está empezando a sentir algo muy fuerte tiene pareja. La cuestión es saber si realmente la relación va en serio, si la quiere. ¿Podría tener una oportunidad?
—En absoluto —responde él sonriente—. De hecho, estaré contigo hasta que te pongas buena.
—¿Cómo? —pregunta con extrañeza la joven del pelo rosa.
—Ángel se ha prestado voluntario a quedarse contigo hasta que mañana te den el alta.
Katia mira a Ángel sorprendida. Él sonríe y asiente con la cabeza.
—No hace falta.
—Lo hago encantado.
—Te digo que no hace falta: estaré bien, solo es un día.
—Hermana, eres una cabezota. Si el chico quiere hacerlo, déjale. Yo me quedo más tranquila sabiendo que no estás sola.
—No estoy sola: esto está lleno de enfermeras y médicos. Y él tendrá cosas que hacer.
De nuevo Ángel y Katia cruzan sus miradas.
—No tengo nada que hacer hoy. Es domingo —miente, intentando no pensar en todo el trabajo que se le va a acumular para el día siguiente.
—Pero…
—No se hable más, hermana: Ángel se queda contigo.
Otra sonrisa. Le encanta cuando lo hace. Es guapísimo. Resignación, dulce resignación.
—Imagino que, por mucho que me oponga a la idea, no voy a conseguir convencerte de que no hace falta que te quedes.
—Tú lo has dicho.
Katia suspira. Se siente nerviosa, y halagada, y en el fondo está muy feliz. No puede disponer de mejor compañía para pasar aquellas horas encerrada en un hospital. Y sonríe.
—Está bien. Muchas gracias, Ángel. Espero no causarte muchas molestias.
—No te preocupes. Lo pasaremos bien.
Alexia mira a su hermana y le guiña un ojo. Ahí tiene la oportunidad que necesitaba. Un día entero, con su noche incluida, a solas con él. Una partida con muy buenas cartas en la mano.
Desde que le hablara por primera vez de Ángel, sospechó que le gustaba de verdad. Ahora estaba completamente segura. El brillo de sus ojos al verlo sonreír la delataba. Aquel accidente, dentro de lo malo, podía ser el principio de algo bueno. En el mismo momento en el que el periodista entró por la puerta de la habitación, supo lo que tenía que hacer: una oportunidad perfecta. Él no se negaría a hacer aquel favor. Trabajo concluido. Ahora le correspondía a Katia enamorarlo. Y por lo que intuía, podría ser algo muy factible.
—Bueno, chicos, ya que está todo solucionado, me voy.
—¿Ya te marchas?
—Sí. Tengo un compromiso al que no puedo faltar. Y ya que Ángel se queda contigo, puedo ir sin preocuparme.
—Está bien. Ya te llamaré para contarte qué tal me encuentro.
—Estoy convencida de que estarás muy bien.
Alexia sonríe. Se acerca a su hermana y le besa la mejilla. Luego se dirige a Ángel y también le da dos besos.
—Muchas gracias —susurra en su oído—. Cuídamela.
Y ante la mirada de los dos chicos, taconeando con fuerza al caminar, Alexia sale de la habitación contenta por su perfecto papel de Celestina. Es el turno para los actores principales.