Capítulo XI

En estas pláticas hemos hablado sobre el hombre, no bastante, pero lo suficiente a los fines prácticos; hemos hablado un poco sobre el universo; pero veo que la idea de la escuela y del trabajo de la escuela es aún muy vaga y a veces se mezcla con conceptos formativos que no conducen a ninguna parte. La idea de la escuela deberá tomarse simplemente: es decir, una escuela es un lugar en el que se aprende algo. Pero deberá haber siempre cierto orden en las cosas, y no se podrá aprender sin seguir este orden. Al hablar de escuelas conectadas con alguna clase de escuelas superiores (sin esta conexión, una escuela no tiene significado) dije que en tales escuelas se deberá trabajar sobre el ser, al mismo tiempo que sobre el conocimiento, porque de otro modo todo el conocimiento será absolutamente inútil y no se extraerá provecho de él. Las ideas esotéricas que no se toman prácticamente, se vuelven mera filosofía, gimnasia simplemente intelectual que no puede llevar a ninguna parte.

Les di todas las palabras necesarias para el estudio del sistema y expliqué la posición de este sistema en relación con los demás sistemas. Recordarán que hablé sobre diferentes caminos y de lo que dije sobre ellos se desprendió, más o menos, que este sistema pertenece al Cuarto Camino, esto es, que tiene todas las peculiaridades y rasgos de las escuelas del Cuarto Camino. Luego, dije que una escuela depende del nivel de las personas que estudian en ella, y el nivel depende del nivel del ser.

Para el desarrollo del ser es necesaria una escuela: muchas personas que trabajen en la misma dirección de acuerdo con los principios y métodos de la escuela. Lo que un solo hombre no puede hacer, muchos hombres que trabajen juntos pueden hacerlo. Cuando me encontré con este sistema, me convencí muy pronto que estaba conectado con escuelas y que, de esta manera, ha pasado a través de la historia documentada e indocumentada. Durante este tiempo se inventaron y se perfeccionaron métodos.

Las escuelas pueden ser de diferentes grados, pero ahora tomo como escuela a toda clase de escuela preparatoria que conduce en cierta dirección, y una organización que puede llamarse «escuela» del Cuarto Camino es una organización que introduce, en su trabajo, tres fuerzas. Lo que es importante entender es que hay una especie de secreto en el trabajo de la escuela, no en el sentido de algo realmente oculto, sino de algo que ha de explicarse. La idea es ésta: si tomamos el trabajo de la escuela como una octava ascendente, sabemos que en cada octava hay dos intervalos o espacios, entre mi y fa, y entre si y do. A fin de pasar a través de estos espacios, sin cambiar el carácter o la línea del trabajo, es necesario saber cómo llenarlos. De modo que, si queremos garantizar la dirección del trabajo en una línea recta, deberemos trabajar sobre tres líneas simultáneamente. Si trabajo solo en una línea, o en dos líneas, la dirección cambiará. Si trabajo en tres líneas, o tres octavas, una línea ayudará a la otra a pasar el intervalo, dando el choque necesario. Es importantísimo entender esto. El trabajo de la escuela usa muchas ideas cósmicas, y las tres líneas del trabajo son un ordenamiento especial para salvaguardar la dirección correcta del trabajo y tornarlo exitoso.

La primera línea es el trabajo sobre uno mismo: el estudio de sí, el estudio del sistema, y tratar de cambiar, por lo menos, las manifestaciones más mecánicas. Ésta es la línea más importante. La segunda línea es el trabajo con las otras personas. Uno no puede trabajar por sí mismo; cierta fricción, cierta inconveniencia y dificultad de trabajar con otras personas crea los choques necesarios. La tercera línea es el trabajo para la escuela, para la organización. Esta última línea asume distintos aspectos para diferentes personas.

El principio de las tres líneas es que las tres octavas deberán seguir simultáneamente y paralelas una con otra, pero no todas empiezan al mismo tiempo y, por tanto, cuando una línea llega a un intervalo, otra línea entra en su ayuda, puesto que los lugares de estos intervalos no coinciden. Si un hombre es igualmente enérgico en las tres líneas, eso le conduce fuera de muchos sucesos accidentales. Naturalmente, la primera línea empieza primero. En la línea del trabajo usted toma: conocimiento, ideas, ayuda. Esta línea le concierne solamente a usted, es enteramente egocéntrica. En la segunda línea, uno no solo debe tomar sino también dar, comunicar conocimiento e ideas, servir como ejemplo y muchas otras cosas. Concierne a las personas que están en el trabajo, de modo que en esta línea uno trabaja mitad para sí y mitad para los demás. En la tercera línea, uno debe pensar en el trabajo en general, sobre la escuela o la organización como un todo. Uno debe pensar sobre lo que es útil, lo que es necesario para la escuela, lo que la escuela necesita, de modo que la tercera línea concierne a la idea total de la escuela y a todo el presente y el futuro del trabajo. Si un hombre no piensa sobre esto y no lo entiende, entonces las primeras dos líneas no producirán su efecto completo. He aquí cómo está ordenado el trabajo de la escuela y he aquí por qué son necesarias tres líneas: uno puede obtener choques adicionales, y el beneficio pleno del trabajo, solamente si trabaja en las tres líneas.

Si conectamos las tres líneas del trabajo con la idea de lo bueno y lo malo, entonces todo lo que ayude a la primera línea, esto es, al propio trabajo personal, está bien. Pero en la segunda línea no se podrá tener todo para sí; hay que pensar en los demás que están en el trabajo, hay que aprender no solo a entender sino también a explicar, uno deberá darse a los demás. Y pronto se verá que es posible entender ciertas cosas solo explicándoselas a los demás. El círculo se amplía, el bien y el mal se agrandan. La tercera línea ya se relaciona con el mundo exterior, y lo bueno y lo malo se convierten en lo que ayuda o estorba a la existencia y al trabajo de toda la escuela, de modo que el círculo se agranda aún más. Éste es el modo de pensar sobre esto.

Llamé particularmente la atención sobre el estudio y el entendimiento de la idea de las tres líneas. Éste es uno de los principios principales del trabajo de la escuela. Si se lo aplica, se abrirán muchas cosas. Este sistema está lleno de tales instrumentos. Si los usamos, abren muchas puertas.

El primer principio del trabajo es que los esfuerzos dan respuesta proporcionada al entendimiento. Si no se entiende, no habrá resultados; si no se entiende, los resultados serán de acuerdo a cuánto se entienda. De modo que la primera condición es entender, e incluso antes de eso, uno deberá saber qué entender y cómo obtener el entendimiento correcto. El trabajo real deberá ser trabajo sobre el ser, pero el trabajo sobre el ser requiere entender los objetivos, las condiciones y los métodos del trabajo. El objetivo del trabajo es establecer una escuela. Para esta finalidad es necesario trabajar según los métodos y las reglas de la escuela, y trabajar en las tres líneas. Establecer una escuela significa muchas cosas.

En el trabajo hay dos condiciones con las que uno deberá empezar; la primera, que uno no deberá creer nada, deberá verificarlo todo; la segunda, una condición más importante todavía, se refiere a hacer. Uno no deberá hacer nada hasta que entienda por qué lo hace y con qué finalidad. Estas dos condiciones deberán entenderse y recordarse. Es cierto que uno puede darse cuenta que no sabe nada y que no sabe qué hacer. Entonces, uno siempre puede pedir consejo, pero si lo pide, tiene que aceptarlo y seguirlo.

En la medida en que hayan estudiado en la primera línea, han estudiado lo que se les dio y explicó, y han tratado de entender. Ahora bien, si desean continuar, deberán tratar de trabajar en la segunda línea y, si es posible, cómo pasar al trabajo en la segunda línea y cómo enfocar el trabajo en la tercera línea. Sin esto, el estudio no dará resultados.

Ahora formulen las preguntas hasta que estén satisfechos de entender las tres líneas de trabajo: lo que significa cada línea, por qué son necesarias, qué es necesario para cada una de ellas, y así sucesivamente. El provecho que obtengan es siempre proporcionado a lo que entiendan. Cuanto más conscientemente trabajen, más pueden conseguir. He aquí por qué es tan importante que todo esto deba explicarse y entenderse.

P. ¿Cómo necesita uno tres líneas de trabajo?

R. Al principio todo depende de la mente: la mente debe educarse, debe despertar. Después, dependerá de la emoción. Para esto, uno necesita una escuela, uno deberá encontrarse con otras personas que sepan más que uno mismo y deberá discutir las cosas con ellas. Ciertamente, si usted se queda solo, olvidará las cosas que aprende, porque en nosotros hay tantos impulsos que las cosas desaparecen de nuestra mente. He ahí por qué un hombre no puede trabajar solo, y únicamente el trabajo combinado de muchas personas juntas puede producir los resultados necesarios. Hay muchos obstáculos, muchos factores que nos mantienen dormidos y nos hacen imposible despertar. Las cosas que aprendemos desaparecerán si nada las ayuda, ¿y qué puede ayudarlas? Solo las demás personas que nos rodean.

Primero, uno deberá trabajar sobre la adquisición de conocimiento, material, práctica. Luego, cuando uno consiguió cierta cantidad, empieza a trabajar con otras personas, de modo tal que una persona es útil a otra y ayuda a otra. En la segunda línea, debido a cierta organización especial, uno está en posición de trabajar para otras personas, no solo para sí. Y después puede entender de qué modo puede ser útil a la escuela. Todo es cuestión de entender. En la tercera línea, usted trabaja para la escuela solamente, no para usted. Si trabaja en esas tres líneas, luego de algún tiempo, esta organización se convertirá para usted en una escuela; pero para las otras personas, que solo trabajan en una línea, no será una escuela. Recuerda que dije que una escuela es una organización en la que no solo podrá adquirir conocimiento sino también cambiar su ser. Una escuela de esta naturaleza no es siempre la misma, tiene cualidades mágicas y puede ser una clase de escuela para una persona, y algo muy diferente para otra persona. Debe entender que todo lo que puede recibir, todas las ideas, todo conocimiento posible, toda ayuda, provienen de la escuela. Pero la escuela no garantiza nada. Tome una universidad corriente donde se da solo conocimiento e instrucción. Podrá garantizarle cierta cantidad de conocimiento, pero incluso eso, solamente si usted trabaja. Pero cuando entra la idea del cambio del ser, no es posible ninguna garantía, de modo que las personas pueden estar en la misma escuela, en la misma organización, y en niveles diferentes.

P. Usted habló de los objetivos y necesidades de la escuela. ¿Podría decirnos cuáles son?

R. Primero deberemos prepararnos para entenderlos. Tenemos las ideas de la escuela, de modo que debemos hacer uso de ellas: eso nos ayudará a entender las escuelas. Si nosotros no hacemos nada y charlamos sobre las escuelas, eso solo creará imaginación y nada más. Debemos sacar provecho de las ideas que tenemos: si no sacamos provecho de ellas, las escuelas no existirán para nosotros. Usted deberá tener su propio objetivo y éste deberá coincidir con el objetivo de la escuela, deberá entrar en él.

P. ¿La diferencia entre la primera línea y la tercera línea significa que una escuela tiene objetivos aparte del adelanto de sus miembros, como por ejemplo, perpetuar su propio conocimiento?

R. No solamente. Puede haber muchas cosas, porque eso se toma en una diferente línea de tiempo. En relación con usted, usted puede tomar solo el presente. En relación con la escuela, un tiempo más largo.

Tal vez le ayude si le recuerdo cómo empezó este trabajo. Hace muchísimo tiempo llegué a la conclusión que en el hombre existían muchas cosas que podrían ser despertadas, pero vi que esto no conducía a ninguna parte, porque en un momento eran despertadas y en otro momento desaparecían, puesto que no había control. De modo que me di cuenta que era necesaria una escuela y empecé a buscar una, nuevamente en conexión con estos poderes que llamé «milagrosos». Con el tiempo, descubrí una escuela y encontré muchas ideas. Éstas son las ideas que ahora estamos estudiando. Para este estudio, es necesaria una organización, primero, a fin de que las personas puedan aprender estas ideas y, segundo, a fin de que aquéllas sean preparadas para una etapa ulterior. Ésta es una de las razones de una organización, y solo pueden tener un lugar en ella aquellas personas que ya hayan hecho algo por ellas. Mientras estén en poder de la falsa personalidad, no podrán ser útiles, ni a sí mismas ni al trabajo. De modo que el primer objetivo de cada uno que se interese por el trabajo es estudiarse y descubrir lo que debe ser cambiado. Solo cuando se cambian ciertas cosas, uno está preparado para el trabajo activo. Una cosa deberá conectarse con otra. Uno deberá entender que el estudio personal está conectado con la organización y con el estudio de las ideas generales. Con la ayuda de estas ideas podremos descubrir muchas más: cuantas más tenga, más podrá descubrir. El trabajo nunca está en un final: el final es siempre lejano. Esto no puede ser teórico, cada una de estas ideas debe volverse práctica. En este sistema hay muchas cosas que un hombre corriente no puede inventar.

P. Me parece que, hasta ahora, hemos estado aprendiendo teoría, y que ahora necesitamos convertirla en una materia de práctica personal.

R. Muy cierto. Solo que es erróneo pensar que hasta ahora todo fue teórico. Desde la primera disertación se le dio material para la observación de sí y para el trabajo práctico. No debe pensar que éste es el comienzo de algo nuevo que antes no existió.

P. ¿Qué otra forma de trabajo podríamos tener que las pláticas y discusiones?

R. Debe pensar qué necesita además de la discusión. Necesita instrucción, necesita que le muestren el camino. No se puede encontrar el camino por uno mismo; el estado de los seres humanos consiste en que se les puede mostrar el camino pero no pueden encontrarlo por sí mismos.

Vea, para plantearlo con más claridad: usted entra en la segunda línea del trabajo de este modo; estos grupos la han estado siguiendo durante algún tiempo, y hubo personas y grupos antes que usted. Uno de los principios del trabajo de la escuela es que uno puede conseguir instrucción y consejo no solo de mi sino también de las personas que han estado estudiando antes que yo llegara, quizá durante muchos años. Su experiencia es muy importante para usted, porque, aunque yo lo deseara, no podría brindarle más tiempo del que me es posible. Otras personas han de complementar lo que yo pueda darle, y usted, por su parte, deberá aprender cómo usarlas, cómo aprovechar mediante la experiencia de ellas, cómo conseguir de ellas lo que ellas puedan darle.

La experiencia demuestra que a fin de conseguir lo que es posible conseguir de estas ideas, es necesaria cierta organización, organización de grupos de personas no solo para discutir cosas sino también para trabajar juntas, como, por ejemplo, en el jardín, en la casa o en la granja, o hacer algún otro trabajo que pueda organizarse y comenzarse. Cuando las personas trabajan juntas en algo por la misma experiencia, empiezan a ver, en sí mismas y en las otras personas, diferentes cosas que no advierten cuando tan solo discuten. La discusión es una cosa y el trabajo es otra. De modo que en todas las escuelas existen diferentes clases de trabajo organizado, y las personas podrán encontrar siempre lo que les cuadre, sin sacrificios innecesarios, porque no se esperan sacrificios.

Pero deberán pensar sobre eso, deberán darse cuenta de que hasta ahora las personas cuidaron de ustedes, hablaron con ustedes, les ayudaron. Ahora han de aprender a cuidarse ustedes mismos, y después no solo tendrán que cuidar de ustedes sino también de las personas nuevas. Esto también será parte del trabajo de ustedes.

El punto principal sobre el que hablo es el entendimiento. Quiero decir entender el trabajo, la necesidad del trabajo, los requerimientos del trabajo, el plan general del trabajo, e interesarse en todo eso. Esto es lo obligatorio. Uno no puede entender los métodos del trabajo hasta que entienda la dirección general de éste. Y cuando uno entienda la dirección, eso ayudará a entender muchas otras cosas que uno quiere entender. Vea, uno no puede evitar su propia participación en esta parte del trabajo. Si por una razón u otra uno lo evita, no podrá adquirir nada más.

Algunas personas no entienden el comienzo mismo del trabajo; no piensan en el trabajo como trabajo, lo toman en el sentido corriente. Hay una cosa que es necesaria, obligatoria, después de cierto tiempo, y ésta es la valoración, porque uno no puede trabajar sin ella. Por un lado, las personas quieren trabajar, pero por el otro, quieren tomar las cosas en el mismo sentido que el habitual. Pero si quieren trabajar, deberá considerarse de modo diferente todo lo referente al trabajo, todo, y piensan que pueden tomar las cosas en el mismo sentido. Lo que descubro que falta es trabajo, y entendimiento del trabajo, y valoración del trabajo. Principalmente, falta valoración. Se da todo por supuesto, y al mismo tiempo se lo contempla desde un punto de vista corriente. Como resultado, nada cambia. Mucho depende de la actitud personal y del trabajo personal. Una escuela para una persona, no es una escuela para otra.

P. ¿Cómo puede tener uno la actitud y valoración correctas?

R. Primero que todo, antes de comenzar a estudiar, uno deberá decidir qué quiere realmente saber. Es muy posible que lo que estudiemos aquí no le interese a uno, uno puede descubrir que no lo necesita en absoluto. De modo que deberá tratar de descubrir más o menos qué quiere, de otro modo lo único que puede perder es el tiempo. Esto es lo primero. Segundo, uno debe entender ciertos principios fundamentales; de otra manera, no conseguirá entender muchas otras cosas; siempre se alzará algo en el camino del propio entendimiento.

Un principio importantísimo es que una persona no puede estudiar sola el sistema, y es necesario entender por qué. Hay muchas razones. La primera razón es muy simple y evidente: no se puede tener totalmente a un maestro para uno mismo. Si se encuentra a alguien que pueda enseñar este sistema, no perderá su tiempo en una sola persona. Y sin alguien que pueda explicar las cosas y trabajar con uno, uno no puede hacer nada. En segundo lugar, si uno trabaja solo, o si lo intenta, no podrá poner a nadie en su lugar, y en cierto momento esto se torna muy necesario a fin de pasar al siguiente paso del conocimiento y del ser. ¿Recordará lo que dije sobre la escalera, en la primera plática, en conexión con la explicación del crecimiento del centro magnético y del trabajo siguiente? Dije que un hombre puede ascender al siguiente peldaño de la escalera, solamente poniendo a otro hombre en su lugar. Esto significa que uno sube esta escalera que representa la diferencia de niveles entre la vida corriente y lo que se llama el Camino. El Camino no empieza en el mismo nivel que la vida corriente, uno ha de subir más arriba hasta alcanzarlo. Esto significa que el nivel de nuestro entendimiento, de nuestra mente corriente, incluso de nuestros sentimientos corrientes, han de ser cambiados. Note que, al pensar en poner a otras personas en el propio lugar, es muy importante evitar un peligroso error. Algunas personas se inclinan a pensar que esta expresión es una formulación de un principio general. Es infantil pensar que esto pueda hacerlo una persona que le transmita estas ideas a otra. Primero que todo, es necesario entender que las personas no pueden hacerlo, y segundo, que no se les puede exigir, porque el trabajo individual solo puede referirse a uno mismo. Poner a las personas en el lugar de uno es el trabajo de la escuela, esto es, los esfuerzos conjuntos de todas las personas pertenecientes a la escuela. Todo el trabajo de la escuela está organizado con esta finalidad; todas las diferentes ramas del trabajo persiguen el mismo fin: poner nuevas personas en el lugar que ocupan las que actualmente están allí, y, de este modo, ayudarlas para que asciendan otros peldaños. Pero nadie ha pensado sobre eso del modo correcto. Por ejemplo, poquísimas personas piensan sobre estas pláticas y sobre la casa en el campo: quién las ordenó y cómo están ordenadas y conducidas. Ésta es la respuesta a la cuestión sobre poner a alguien en el lugar de uno, porque las demás personas cuidan de usted y ordenan las cosas para usted. Estudiaron las ideas del sistema antes que usted y en su estudio llegaron a cierto punto; y ahora quieren ir más allá. Para eso han de ayudar a otras personas para que sepan lo que ellas saben. No pueden hacerlo por sí mismas, de modo que ayudan a ordenar pláticas y otras cosas para los más nuevos. Esto es parte del plan general del trabajo de la escuela. El principio del trabajo es que cada uno deberá hacer lo que pueda. Luego, cuando llegan otras personas, les corresponde hacer lo que los demás hicieron antes que ellas. Es necesario cierto período de esfuerzo y cada uno deberá participar en él.

P. ¿Por qué un hombre puede hacer más en grupo que por sí solo?

R. Por muchas razones. La primera, como expliqué, porque no puede tener totalmente a un maestro para él solo. La segunda, porque en las escuelas se alisan ciertos ángulos agudos. Las personas tienen que adaptarse entre sí, y esto es generalmente muy útil. La tercera es que uno está rodeado por espejos; puede verse en cada persona.

P. ¿Pero, hay un vínculo entre mí y los demás que están aquí?

R. Debe haberlo, pero el vínculo es producido por el trabajo. Todo el que trabaja crea este vínculo. No debemos esperar que los demás piensen en nosotros. Ellos harán tanto como sea posible, pero no podemos considerar eso como garantizado.

P. ¿Diría más sobre eso? ¿Hay alguna obligación entre uno mismo y las personas que están en esta habitación?

R. Eso depende de usted, de cómo lo entiende, de lo que siente sobre eso, de lo que piensa que puede hacer sobre eso. No hay obligaciones impuestas. Las obligaciones provienen del trabajo. Cuanto más hace uno, más obligaciones tiene. Si no hace nada, no se le pide nada. El señor Gurdjieff explicó esto al comienzo; dijo que era peligroso hacer algo en el trabajo si uno no quiere que se le pidan cosas difíciles.

P. Usted dijo que la segunda línea es el trabajo con las personas. Encuentro más fácil trabajar solo.

R. Todos descubren eso. Ciertamente, sería mucho mejor si usted pudiera sentarse aquí solo y hablarme, sin nadie más, y particularmente sin «éstas» personas, porque estas personas son especialmente desagradables. Todos pensamos eso. Yo pensaba eso cuando empecé a estudiar. Es una de las cosas más mecánicas en el mundo. Todo el trabajo, todo el sistema está ordenado de tal modo que usted no podrá obtener nada de la primera línea si no trabaja en las líneas segunda y tercera. En la primera línea podrá conseguir ciertas ideas, cierta información, pero, luego de un rato, llegará a un alto si no trabaja sobre las otras dos líneas.

P. Mientras se trata de trabajar en la primera línea, ¿cómo podrá obtenerse una idea de la tercera línea?

R. Trabajando en la primera línea para empezar, y luego obteniendo un cuadro del todo: todas las ideas del sistema y todos los principios del trabajo de la escuela. Si usted trabaja en lo que llamamos la primera línea (el estudio de sí y el estudio del sistema), en ella entran todas las posibilidades del trabajo. Por tanto, cuanto más tiempo y energía dé usted al estudio del sistema, más entenderá lo que está incluido en él. De este modo, poco a poco, llegará el entendimiento. En la primera línea, deberá usted ser muy práctico, y pensar sobre lo que podrá ganar. Si siente que no es libre, que está dormido, tal vez quiera ser libre, despertar, y por tanto trabajará para ganar eso. En la tercera línea, usted piensa sobre el trabajo, sobre la organización total. Primero que todo, la organización debe estar sujeta a su estudio, como el Rayo de la Creación: la idea de la organización, las necesidades de la organización, las formas de la organización. Entonces verá que la organización es su negocio, no el negocio de algún otro. Todos deberán tomar parte en él, cuando puedan. A nadie se le pide que haga lo que no quiere, pero todos deben pensar sobre eso y entenderlo. Lo que es importante en la tercera línea no es tanto hacer realmente eso como pensar en eso. No podrá dejar que los demás piensen sobre eso por usted. No puede haber trabajo de escuela en una sola línea. El trabajo de escuela significa trabajo en las tres líneas. Deberá considerarse desde un punto de vista personal y entenderse que solo con estas tres clases de ayuda uno puede moverse del punto muerto pasivo. Demasiadas cosas le mantienen allí, usted siempre tiene los mismos sentimientos, los mismos sueños, los mismos pensamientos.

P. ¿La tercera línea es responsable del progreso del sistema?

R. Todas lo son. Una línea no puede existir sin otra. Una línea o dos líneas no es trabajo. Pero, primero que todo, es necesario entender. Usted podrá estudiar (para eso se le da tiempo), pero no podrá decidir hacer una cosa y desechar otra.

P. Usted dijo que primero debemos entender sobre la tercera línea. ¿Pero seguramente eso no es aún trabajo?

R. Depende. En un sentido, entender es ya trabajo. Si bastantes personas no piensan sobre el trabajo como un todo y lo entienden, es imposible continuar. Cierta cantidad de personas deben entender y ser capaces de hacer lo que es necesario. Jamás entendió cuán difícil es para el trabajo existir incluso en la forma que ahora tiene. Empero, le es posible existir y desarrollarse si se pone en él más entendimiento y energía. Luego, con entendimiento correcto, existirá desarrollo correcto. Pero no podrá esperar que algún otro siga poniendo en eso, por usted, el entendimiento y la energía.

P. ¿Pero la iniciativa no existe conmigo?

R. Ciertamente, existe con usted. Solo que, en la segunda línea, no existe con usted: ha de organizarse. Usted deberá llegar a entender por sí la tercera línea; solo entonces será la tercera línea. Depende de su actitud y sus posibilidades, y estas posibilidades no pueden crearse artificialmente. Si piensa que es necesario hacer algo para el trabajo de la escuela y si es capaz de hacerlo, ésa será la tercera línea del trabajo. Primero deberá entender lo que se necesita, y, solo después, podrá pensar sobre lo que usted mismo podrá hacer para la organización.

P. Me parece que lo que usted quiere de nosotros es que sintamos que somos la organización, o parte de ella. ¿Eso no es algo separado de nosotros?

R. Muy cierto, y más que eso. Usted deberá entender lo que significa una escuela del Cuarto Camino. Ésta está en la vida corriente y, por tanto, necesita particularmente organización. Las escuelas de monjes y yoguis están organizadas, pero la vida corriente no da oportunidades para estudiar los diferentes lados que necesitan ser estudiados. Para esto deberá haber una organización especial.

P. Usted habla mucho del entendimiento recientemente.

R. Sí, el entendimiento es necesario, y es una actitud personal. Las personas no convierten la existencia de la escuela en una preocupación personal, y ésta no puede ser impersonal. En muchos casos, las palabras se alzan en el camino del entendimiento. Las personas hablan de primera línea, segunda línea, tercera línea, repitiendo tan solo palabras: y cesan de entender nada. Usan estas palabras con demasiada facilidad. Es necesario que usted tenga su propio cuadro personal de estas líneas: antes que usted adquiera conocimiento, nuevas ideas, derribando los viejos prejuicios, descartando las viejas ideas que ha formulado en el pasado y que se contradicen entre sí, estudiándose, estudiando el sistema, intentando recordarse y muchas otras cosas. Deberá pensar sobre lo que quiere conseguir, sobre lo que quiere saber, sobre lo que quiere ser, sobre cómo cambiar los viejos hábitos de pensar, los viejos hábitos de sentir. Todo eso es la primera línea.

Luego, cuando esté bastante preparado y haya realizado suficientes esfuerzos durante algún tiempo, podrá ponerse en las condiciones del trabajo organizado en el que podrá estudiar prácticamente. En la segunda línea, la dificultad principal del comienzo es no trabajar sobre su propia iniciativa: porque esto no depende de usted, sino de los ordenamientos efectuados en el trabajo. En eso entran muchas cosas: se le dice que haga esto o aquello, y usted quiere ser libre, no quiere hacerlo, no le gusta, o no le gustan las personas con las que ha de trabajar. Incluso ahora, sin saber qué tendrá que hacer, podrá visualizarse en condiciones del trabajo organizado en las que entra sin saber nada sobre él, o muy poco. Éstas son las dificultades de la segunda línea, y su esfuerzo en relación con ello empieza con la aceptación de las cosas: porque tal vez eso no le guste: tal vez piense que cualquier cosa que tenga que hacer podrá hacerla mejor a su modo; tal vez no le gusten las condiciones, etc. Y si usted piensa primero sobre sus dificultades personales en relación con la segunda línea, puede entender esto mejor. En cualquier caso, esto está ordenado según un plan y según objetivos que usted no conoce. Hay muchas dificultades más que llegan después, pero así es como esto comienza.

En la tercera línea entra una vez más su propia iniciativa, si usted tiene la posibilidad de hacer algo, no por usted sino por el trabajo. Y aunque no pueda hacer nada, es útil darse cuenta que no puede hacer nada. Pero entonces deberá entender que si todos llegaran a la conclusión de que no pueden hacer nada, no habría trabajo. Esto es lo que quiero decir con realizar un cuadro personal, sin usar tan solo las palabras: primera línea, segunda línea, tercera línea. Las palabras no significan nada, particularmente en este caso. Cuando usted tenga un cuadro personal, no necesitará esas palabras. Hablará en un idioma diferente, de un modo diferente.

En el trabajo, cada línea, como todo lo demás en el mundo, sigue por octavas, intervalos crecientes, decrecientes, de transición, etc. Si usted trabaja en las tres líneas en total, cuando llegue a un intervalo en su trabajo personal, puede andar bien en otra línea de trabajo y le ayudará a pasar el intervalo en su trabajo individual. O su trabajo individual puede andar bien y de ese modo puede ayudarle a pasar el intervalo en alguna otra línea. Esto es lo que quise decir cuando hablé sobre los intervalos en conexión con diferentes líneas.

Lo único que hay que entender en el trabajo es que uno no puede ser libre. Ciertamente, la libertad es una ilusión, pues de ningún modo somos libres; dependemos de la gente, de las cosas, de todo. Pero estamos acostumbrados a pensar que somos libres y nos gusta pensar en nosotros como si fuésemos libres. Empero, en cierto momento debemos renunciar a esta libertad imaginaria. Si conservamos esta «libertad», no podremos tener la oportunidad de aprender nada.

P. Con respecto a pensar personalmente, descubro que, cuando trato de hacerlo, lo hago descender a una escala pequeña.

R. Usted mezcla las cosas; la palabra «personal» le ha inducido en error. «Personal» no significa solamente su propia vida y condiciones. Usted debe sentir que es su propio trabajo. Una escuela solo puede existir cuando las personas no se sienten fuera sino dentro, cuando piensan en ella como en su propia casa. Solo entonces sacarán beneficio de ella y sabrán qué podrá ayudar al trabajo, qué podrá ser útil.

Le daré un ejemplo de una actitud personal: recuerda la pequeña parábola del Nuevo Testamento sobre un hombre que encuentra una perla y que lo vende todo para ir a comprarla. También hay otras pequeñas parábolas allí que son, en su totalidad, cuadros de una actitud personal. Imagine a un hombre que considere esto impersonalmente: eso sería muy diferente. El Nuevo Testamento muestra siempre la necesidad de una actitud personal, de un provecho personal.

Muchas cosas se vuelven posibles si pensamos en ellas de la manera correcta. Todo problema conectado con el trabajo, si se lo entiende correctamente, le da algo: no hay nada de lo que usted no puede obtener más provecho del que ahora obtiene. Lo primero que ha de aprenderse en este sistema es cómo obtener las cosas; todo lo que usted haga deberá ser hecho con una finalidad, con su propia finalidad. Usted se beneficia con las tres líneas en total, pero, con cada una, de un modo diferente.

En relación con la tercera línea es importantísimo entender la idea general de por qué este trabajo existe y cómo ayudarlo. Como dije, la idea es establecer una escuela, esto es, trabajar según las reglas y los principios de la escuela, estudiando primero estas reglas y estos principios y aplicándolos luego en la práctica. Para eso son necesarias muchas condiciones. Una de éstas es que las personas son necesarias. Hay personas que están preparadas, que son capaces de desarrollar estas ideas, pero no las conocen. De modo que es necesario hallarlas, hallar la clase correcta de personas y darles estas ideas. Pero, para eso, uno mismo deberá primero entender estas ideas.

A veces, me preguntan por qué la expansión ha de ser necesaria para un sistema que propende solo a unos pocos. No es difícil responder a esta pregunta. Es muy cierto que este sistema no puede pertenecer a todos; ni siquiera puede pertenecer a muchos. Pero nosotros debemos hacer todos los esfuerzos para darlo a tantas personas como sea posible. La expansión de las ideas del sistema será limitada por la naturaleza de las ideas mismas y por la inercia de las personas y su incapacidad para entender estas ideas.

Pero no deberá ser limitada por nuestra propia inercia.

El sistema puede llegar a las personas correctas, esto es, a las personas que no solo toman sino que también dan, solo si se lo da a una cantidad mayor de personas. Si se limita a un grupo pequeño, jamás llegará a las personas correctas. Los grupos pequeños, si piensan que podrán conservar las ideas para sí, las deformarán y estropearán. La deformación solo puede evitarse si el trabajo crece y si muchas personas están enteradas de él. Los grupos pequeños, limitados e inmutables, siempre le añadirán algo personal. De modo que, cuanto más crezca el trabajo, más podrá obtener de él cada individuo. Otra razón de por qué las escuelas no pueden existir en una escala demasiado pequeña es que solo cierta cantidad de personas da una variedad insuficiente de tipos. Para un próspero trabajo de grupo es necesaria la variedad de tipos; de otro modo, no hay fricción, no hay oposición. Las personas pensarían que se entendieron entre ellas.

P. ¿Cuál es el mejor modo de empezar a formar una escuela del Cuarto Camino?

R. No podemos empezar. Una escuela empieza desde otra escuela. Si las personas se encuentran juntas y dicen: «Empecemos una escuela», ésa no será una escuela del Cuarto Camino. Pero si se empieza una escuela, cómo continuar, cómo desarrollar… en eso es en lo que deberá pensar. Y para esto, primero deberá entender qué significa trabajar en las tres líneas y luego trabajar en las tres líneas.

P. A algunas personas el sistema les parece egoísta.

R. El sistema debe ser egoísta en un sentido. La primera línea del trabajo es egoísta, pues allí usted espera ganar algo para usted mismo. La segunda línea es mixta: ha de tomar en consideración a las otras personas, de modo que es menos egoísta; y la tercera línea no es egoísta en absoluto, pues es algo que usted hace para la escuela, no con la idea de ganar algo de la escuela. La idea de ganar pertenece a la primera línea. De modo que el sistema incluye en sí mismo lo que es egoísta y lo que no lo es.

P. ¿Cómo puede entenderse prácticamente la tercera línea?

R. Cuando usted empieza a entender, esto marca un momento definido en el trabajo. Suponga que está en contacto con cierta escuela (no nos concierne de qué nivel, ni si es buena o mala). En esta escuela usted obtiene cierto conocimiento. ¿Pero qué da en cambio? ¿De qué modo ayuda a la escuela? Ésa es la tercera línea. A menudo me preguntan qué significa la tercera línea, cómo entenderla y cómo empezar a trabajar en la tercera línea. Desde el momento en que me encontré con el sistema, pensé que era más grande y más importante que todo lo que conocí y, al mismo tiempo, que solo lo conocía un pequeño grupo de personas. Detrás de él no habría organizaciones, ni ayuda, nada. La ciencia, el arte, el teatro, la literatura tenían sus universidades, museos, libros, un gran séquito de personas, la ayuda de los gobiernos, la ayuda de la sociedad, y al mismo tiempo todo su contenido combinado era poquísimo en comparación con el sistema. A lo más, eran solo una preparación para el sistema; y a pesar de esto, ellos tenían todo y el sistema no tenía nada.

Éstas eran mis ideas cuando me encontré con este sistema. Decidí trabajar en esta línea, y ésta era la tercera línea del trabajo.

Está clarísimo que el trabajo necesita una organización y un lugar para todas las personas que quieran venir, y, por tanto, es necesario encontrar personas que entiendan esta necesidad y que quieran y puedan sostener el trabajo de todos los modos que les sea posible. Tome como ejemplo una escuela corriente. Esta requiere cierto plan y cierta organización, y cierta cantidad de personas para conducirla, y uno deberá saber quién hará una cosa y quién hará otra.

De modo que todo el que quiera seguir, deberá darse cuenta de que este trabajo, su existencia y su bienestar es su propio negocio, de que debe pensar en él, de que debe tratar de entender sus requerimientos, de que debe considerar como su preocupación personal que el trabajo ha de proseguir, y no dejar todo esto a los demás. Lo más importante es convertirlo en propia preocupación, pensar en él como en el propio trabajo.

Hay un proverbio ruso: si te gusta deslizarte cuesta abajo, deberá gustarte arrastrar el trineo cuesta arriba. Si alguien dice «Me interesa la primera línea, pero no la tercera», es lo mismo que decir: «Me gusta deslizarme cuesta abajo, pero no me agrada arrastrar el trineo hacia arriba».

Trate de pensar que yo puedo ausentarme y el trabajo, como es ahora, puede desaparecer. Mírelo desde este punto de vista, no lo tome como una institución permanente.

P. Trato de tomar lo que puedo del trabajo. ¿Pero, cómo aprender a devolver?

R. A veces, uno puede estar en la posición de plantear la pregunta en esta forma, pero a veces es suficiente entender qué puede darse, no qué puede dar usted; saber qué es útil y necesario para el trabajo sin relación con usted. Solo entonces podrá entender qué puede ser útil en un momento dado y ver si puede hacer algo en ese momento o no. De modo que, antes de poder introducirle el «yo», usted deberá entender qué puede hacerse en general, qué necesita el trabajo. Solo después podrá usted introducirle el «yo». No considero tanto lo que una persona u otra hace realmente, sino que considero muchísimo lo que piensa. Esto es lo importante. Si piensa y siente correctamente, la oportunidad puede llegar. Tal vez hoy no tenga la oportunidad de hacer algo, pero las circunstancias pueden cambiar y puede presentarse la oportunidad. Pero si no se preocupa por este lado de las cosas, si no lo entiende y no piensa sobre ello correctamente, se priva de la posibilidad de ganar lo que quiere ganar.

P. Si las circunstancias detienen este trabajo como es ahora, ¿hay una posibilidad de desarrollarse usando lo que uno oyó aquí?

R. No puedo responder esto. Solo puedo decir que si las personas no trabajan en estas condiciones, ¿cómo podrán trabajar sin estas condiciones? La experiencia demuestra que con toda la ayuda posible, es necesario largo tiempo para obtener algunos resultados, por lo que si uno debe valerse por sí solo, hay todavía menos posibilidad. Es imposible decir qué sucederá en uno u otro caso. Uno tiene una tendencia a olvidar las cosas más elementales que aprendió. Hasta lo que uno piensa que ha entendido lo olvida en un par de semanas. Entonces, con las mejores intenciones, las personas deforman las ideas. Suponiendo que no vienen a ningún grupo, deberán continuar pensando, tienen problemas, se formulan preguntas y tienen que hallarles respuestas. Por ejemplo, una de las formas usuales de deformación por parte de las personas que trabajan por sí mismas o en grupos separados es que invariablemente toman alguna clase de explicación como un principio.

Pero si un hombre aprendió a recordarse, eso es otra cosa; es un estado diferente, son condiciones diferentes.

En el trabajo, la primera condición es entender lo que uno quiere ganar y cuánto está uno preparado a pagar por ello, porque hay que pagar por todo. A veces, uno quiere cosas sin darse cuenta qué implica eso y cuánto hay que pagar. Trate de pensar sobre eso, quizá vea lo que quiero decir. Esto significa que todo lo que uno puede adquirir requiere cierto esfuerzo, y a fin de realizar este esfuerzo, particularmente para volverlo consciente, uno deberá saber por qué está haciéndolo y qué podrá obtener mediante este esfuerzo. Y es importantísimo entender también en qué condiciones uno puede trabajar y sin qué condiciones es inútil tratar de trabajar.

P. Usted dijo que uno debe saber cuánto está preparado a pagar. ¿Cómo puede uno pagar?

R. El pago es un principio. El pago no es necesario para la escuela sino para las personas mismas, pues sin pagar, no obtendrán nada. La idea del pago es muy importante y deberá entenderse que el pago es absolutamente necesario. Uno puede pagar en uno u otro sentido, y cada uno ha de averiguar eso por sí. Pero nadie podrá obtener nada que no pague. Las cosas no pueden darse, solo pueden comprarse. Esto es mágico, no es simple. Si uno tiene conocimiento, no podrá darlo a otra persona, pues solo si paga por él, la otra persona podrá tenerlo. Ésta es una ley cósmica. La idea del pago es recalcada muy vigorosamente en el Nuevo Testamento, en Mateo XIII, en varias bellas parábolas que he mencionado. El hombre ha de ser buen mercader, debe saber qué comprar y cuánto pagar. Las cosas no pueden caer del cielo, no pueden encontrarse, deben comprarse. Lo que uno puede obtener es proporcional a lo que uno está preparado para pagar. Y uno ha de pagar por adelantado: no hay crédito.

P. ¿En el pago no hay rechazo? ¿No se puede averiguar si es demasiado alto?

R. Algunas personas piensan que es demasiado alto, rehúsan pagar y no consiguen nada.

P. No entiendo eso de pago por adelantado. ¿Cómo se efectúa?

R. El único modo es pagar por adelantado, pero cómo hacerlo es otra cosa; todo lo que aquí estudiamos es cómo pagar por adelantado.

Como principio general, pagar por adelantado significa que si usted está efectuando cierto trabajo y quiere algo conectado con él, entonces, si lo convierte en útil para la escuela, gana el derecho a tenerlo.

El pago es un principio muy importante en el trabajo, y esto debe entenderse. Sin pago, usted no podrá obtener nada. Pero como regla general, queremos obtener algo por nada, y he aquí por qué no tenemos nada. Si realmente decidiéramos ir en busca de esta clase de conocimiento (o siquiera de una cosa pequeñísima) y lo buscáramos sin tener en cuenta todo lo demás, lo obtendríamos. Ésta es una cuestión importantísima. Decimos que queremos conocimiento, pero realmente no lo queremos. Pagaremos por cualquier otra cosa, pero por ésta no estamos preparados para pagar nada y, de ese modo, como resultado, no obtenemos nada.

P. ¿El pago tiene que ver con alguna pérdida para con uno mismo?

R. Pérdida o esfuerzo. Usted puede ganar de ese modo, pero puede considerarlo como una pérdida. El pago tiene muchos lados. El primer pago es, por supuesto, tomarse el trabajo de estudiar y entender las cosas que oye. En sí mismo, todavía no es pago, pero crea la posibilidad de pago. El pago, en el verdadero sentido del vocablo, debe ser útil no solo para usted sino también para alguien más: para la escuela. Pero si usted no es útil para usted mismo, tampoco podrá ser útil para la escuela.

P. ¿De manera que, a fin de progresar, uno deberá efectuar pequeños pagos?

R. O grandes.

P. ¿Cuáles son?

R. De esto es de lo que hablamos: usted mismo deberá descubrirlo. Eso significa siempre cierto esfuerzo, cierto «hacer», diferente de lo que usted naturalmente haría, y deberá ser necesario o útil para el trabajo.

P. No entiendo la diferencia entre esfuerzos y pago.

R. Los esfuerzos pueden ser pago, pero deben ser útiles, y no solo para usted. Es necesario entender el trabajo en general y las necesidades del trabajo. Cuando uno entienda todo eso, hallará los modos de hacer algo útil. La actitud depende de usted y de su entendimiento: la oportunidad depende de las circunstancias.

P. ¿Hay una conexión entre el trabajo sobre uno mismo y el pago?

R. Si usted no trabaja sobre sí, no será capaz de pagar. Ésta es la conexión. ¿Quién pagará? La falsa personalidad no puede pagar. De modo que al comienzo el pago significa esfuerzo, estudio, tiempo, muchas cosas. Pero eso es solo el comienzo. Como dije, la idea es que en el trayecto de alcanzar algo en el trabajo, uno solo obtiene tanto como paga. Es una ley física, la ley del equilibrio.

P. ¿El pago es sacrificio?

R. Sí, pero usted no solo ha de sacrificar las cosas inexistentes, las cosas imaginarias. Todos nuestros valores son imaginarios. En el trabajo uno adquiere valores nuevos y pierde valores imaginarios.

P. ¿Hay que destruir todo pensamiento que uno tenga?

R. Usted no puede generalizar. Algunos pensamientos pueden ser útiles. Si todas estas cosas pudiesen explicarse brevemente, esto sería fácil. Es necesario estudiar muchas cosas a fin de saber qué pagar y cómo pagar. Y, en la vida, usted consigue crédito, pero aquí no consigue crédito. Deberá obtener algo pagando, pero no sabe qué obtendrá.

P. ¿Uno deberá estar deseoso de pagar?

R. Sí, pero puede ser difícil, no es fácil. En general, pagar debe ser difícil para usted y útil para el trabajo. Pero ésta es una explicación demasiado genérica. A menudo, no podemos definir las cosas hasta que llegamos a los hechos.

No podemos tener cosas viejas y cosas nuevas, no hay sitio para ellas, de modo que primero debemos hacerles lugar. Esto es así hasta con respecto a las cosas corrientes. Si uno quiere mucho, debe dar mucho. Si uno quiere poco, dará poco. Mida eso, entonces entenderá.

P. Pienso que tal vez uno se engaña respecto a querer cambiar.

R. Muy a menudo. Ésta es una observación muy buena, porque, con frecuencia, uno se persuade de que quiere cambiar, pero al mismo tiempo quiere conservar todas las cosas pequeñas, por lo que ¿dónde está el cambio? El cambio es imposible si uno quiere conservarlo todo. Para pensar en cambiar uno debe pensar también en aquello a lo que renunciaría.

P. ¿Hay en nosotros algo que nos impida querer demasiado cambiar? Si lo deseáramos bastante, ¿obtendríamos la ayuda?

R. Sí, ciertamente, pero yo no plantearía eso de esa manera. Usted tiene toda la ayuda posible, ahora es su turno de trabajar, su turno de hacer algo. Ciertamente, con diferentes condiciones, preparación diferente, y también circunstancias diferentes, las cosas podrían ordenarse mejor. Pero la cuestión no es cuánto se da, sino cuánto se toma, porque, generalmente, solo se toma una pequeña parte de lo que se da.

P. ¿Eso significa que para nosotros es importante planificar nuestros asuntos de modo que tengamos más tiempo para consagrarlo al trabajo?

R. Pienso que casi todos, con excepción de casos muy extremos, pueden dar tiempo suficiente para tomar cierta parte en el trabajo sin cambiar realmente su vida ni sus asuntos.

P. Para la mayoría de nosotros no es posible renunciar a nuestras vidas.

R. No. Dije que las personas deben pensar sobre este aspecto del trabajo, y deben mirar el aspecto práctico: qué es posible y qué es imposible. Estoy perfectamente seguro que, en la mayoría de los casos, las personas pueden continuar haciendo lo que tienen que hacer y viviendo como están acostumbradas a vivir. En la vida, no hay nada que no pueda convertirse en trabajo si uno trata de recordarse, trata de no identificarse, de entender que todo sucede, etc. No es necesario cambiar las circunstancias; por el contrario, cambiar las circunstancias es peor todavía, especialmente al comienzo. Después puede ser útil, pero no al principio.

P. ¿Qué quiso decir cuando expresó que en la vida todo puede ser una posibilidad de trabajo?

R. Quise decir que toda ocupación corriente en la vida, puede convertirse en trabajo. Si uno trata de aplicar las ideas del trabajo, entonces, poco a poco, cualquier cosa que uno haga se convierte en trabajo.

P. ¿Cuál es la aplicación práctica de este sistema?

R. Por ejemplo, la posibilidad, mediante el recuerdo de sí, de aumentar nuestra consciencia. Esto se torna inmediatamente práctico. Y hay muchas otras cosas.

P. Estoy empezando a entender que la mayor parte del trabajo que uno trata de hacer en la vida por los demás es inútil. ¿Sería cierto decir que la escuela enseña a discriminar respecto de qué trabajo uno es realmente capaz?

R. Sí, ciertamente, ésta es una de las cosas más importantes. Pero la escuela no le enseña tan solo a trabajar por la gente, le enseña a trabajar por la escuela, y, de este modo, aprende qué puede hacer y cómo hacerlo. Debe aprender primero a trabajar por sí mismo; sin eso no podrá hacer nada; debe aprender a ser útil a usted mismo, a cambiarse. En segundo lugar, debe aprender a ser útil a las personas en la escuela, debe ayudarlas; y luego, debe aprender a ayudar a la escuela como un todo. Como dije, solo cuando uno trabaja sobre las tres líneas en total, podrá obtener pleno beneficio de la escuela; y de ese modo uno aprende lo que puede hacer fuera de la escuela. Además, en la escuela, uno aprende las leyes cósmicas y empieza a entender por qué ciertas cosas son imposibles.

P. Si todos somos mecánicos, no puedo comprender porqué tratamos de hacer algo. Si tenemos una escuela, ¿cuál es el objeto de tenerla?

R. Si no hubiera posibilidad de cambiar, no habría objeto de tenerla, pero hay una posibilidad, y esto constituye toda la diferencia. En este sistema, sabemos que es imposible «hacer», que todo sucede, pero también sabemos que hay posibilidades de desarrollar este poder de «hacer».

P. ¿El trabajo sobre uno mismo cobra impulso luego de un tiempo o permanece igualmente difícil, como empujar un carro cuesta arriba?

R. Pienso que se torna más difícil, porque llega a cada vez más ramificaciones. Usted empieza en una línea; luego, después de un tiempo, trabaja en las tres líneas, y cada una de ellas se divide y se divide, y todo el tiempo requiere atención y esfuerzo. Allí no hay impulso.

Por el otro lado, uno adquiere más energía, se vuelve más consciente, y eso lo torna más fácil en un sentido. Pero, de por sí, el trabajo no puede volverse más fácil.

P. ¿Es necesario trabajar para la escuela, antes de poder concretar algún progreso?

R. Eso no puede plantearse así. Si usted trabaja para sí y progresa, entonces puede llegar la oportunidad de trabajar para la escuela, pero usted no puede formular suposiciones teóricas. Su iniciativa es lo más importante, en la primera y en la tercera línea. Se le dio el material, pero la iniciativa sigue estando con usted. Pero, en la segunda línea, no tiene iniciativa, o tiene muy poca.

Permítame repetir lo que dije antes: recibió estas ideas y llegó aquí porque ciertas personas trabajaron antes que usted y pusieron en esto su energía y su tiempo. Ahora debe aprender a compartir la responsabilidad. No puede continuar obteniendo ideas sin compartir la responsabilidad; esto es muy natural. De modo que si hoy no, entonces mañana uno deberá «hacer». ¿Hacer qué? Uno deberá entender qué exigirse. Estudiamos los métodos de la escuela, y éste es el único modo de estudiarlos.

P. ¿Puede dar un ejemplo de cómo compartir la responsabilidad?

R. No. Como dije, es cuestión de entender qué es útil, qué es necesario. Luego, es cuestión de ver qué puede hacer uno, si no ahora, tal vez más tarde. No puede darse en forma de receta.

P. ¿No es cierto que, para propio beneficio, uno debe efectuar el pago, el cual es difícil?

R. Si, pero usted deberá descubrirlo. El pago no es tan solo dificultarle las cosas a usted, sin beneficio alguno para nadie más.

P. ¿Hemos de evitar mirar el trabajo solo desde el punto de vista de nuestras capacidades especiales?

R. Naturalmente, todos deben primero mirar desde el punto de vista de lo que pueden hacer. Pero suponiendo que sus capacidades no sean útiles, deberán entonces descubrir nuevas capacidades que puedan ser útiles. Las personas preguntan: ¿Cómo aprender a «hacer»? Trabajando, haciendo todo lo que es posible en conexión con las tres líneas de trabajo. A menudo, no podemos «hacer» porque no conocemos nuestros poderes. Entonces, no tenemos el hábito de cierta disciplina que es necesaria en el trabajo. Todo puede aprenderse, pero eso requiere iniciativa y entendimiento, y entendimiento significa esfuerzo, trabajo.

P. Me parece que, del trabajo, tengo más de lo que di. Pero no tengo nada para dar.

R. Yo no lo complicaría de tal manera. Siempre tenemos algo para dar, y siempre tenemos algo que aprender. Mientras esté interesado y continúe tomando cosas, usted tiene oportunidad de pagar. Cuando no toma nada, pierde la oportunidad de pagar.

P. Pienso que es parte de nuestra preocupación con la tercera línea del trabajo que hemos de tratar de convertirnos en el hombre N.º 4.

R. Ésa no es la tercera línea del trabajo. Usted lo hace por sí, de otro modo no puede hacerlo. Las tres líneas, en total, están conectadas, pero la tercera línea es lo que usted hace directamente por la escuela, tal como es, sin esperar convertirse en el N.º 4.

P. Pero me parece que, hasta que lleguemos a un nivel superior del ser, el entendimiento del que habló no sería para nosotros.

R. No, está equivocado. Si con diferente nivel del ser quiere decir tener un centro de gravedad, entonces está en lo cierto, pero si quiere decir un diferente estado de consciencia, no obtendrá nada. De modo que la respuesta a su pregunta depende de lo que usted quiera decir con cambio del ser. La lucha con la falsa personalidad es también necesaria; debido a la falsa personalidad, no podemos encontrar nada. Esto significa que es necesario cierto cambio, pero no un gran cambio.

P. ¿Tendría inconveniente en repetir otra vez las características de un centro de gravedad?

R. El centro permanente de gravedad llega en cierto momento en relación con el trabajo, cuando uno ya está seguro de lo que está haciendo, y seguro del sistema, y cuando esto se vuelve más importante que todo lo demás, cuando ocupa el lugar principal en la propia vida. Éste es el momento en el que se establece el centro permanente de gravedad. Pero cuando uno se interesa por las ideas del sistema, y sin embargo en cualquier momento alguna otra cosa puede volverse más importante, esto significa que uno no tiene centro de gravedad.

P. ¿Es posible observar las tres líneas del trabajo como tres fuerzas diferentes que forman una tríada?

R. Sí, en un sentido, pero siempre cambian. Una es activa hoy, pero fue pasiva ayer, y puede ser neutralizante mañana. Y son diferentes hasta en las obligaciones.

Vea, como muchas otras cosas, estas tres líneas del trabajo no pueden definirse con palabras. Al mismo tiempo, la idea es clarísima. En el momento en que entienda, usted se preguntará: «¿Por qué quise definiciones? ¡Está clarísimo sin palabras!». Debe tratar de recordar todo lo que se dijo sobre esto, pues sobre este tema ya se dijeron muchas cosas. Por ejemplo, recuerde lo que se dijo sobre la prisión.

Recuerdo una conversación con el señor Gurdjieff, hace muchos años. Planteó esto de forma muy simple. Dijo: «Uno puede ser útil a sí mismo; uno puede ser útil a otras personas; uno puede ser útil a mi». Él representaba a la escuela. Eso describe las tres líneas del Trabajo. Y añadió: «Si uno es solo útil a uno mismo y no puede ser útil a mí o a otras personas, no durará mucho».

P. ¿Pero siendo útil a uno mismo, uno se vuelve automáticamente útil a los demás?

R. No, eso está separado. Solo el olvido anda automáticamente; nada bueno sucede automáticamente. Está muy bien obtener cosas para usted, pero si solo piensa en eso, se limita. Uno ha de estudiarse; ha de trabajar sobre uno mismo; de modo que tiene tiempo para estudiar otras líneas. Pero después de algún tiempo, si uno no acepta esta idea y solo se atiene a una línea, empieza a perder terreno.

P. ¿La tercera línea no está más bien fuera de nuestro alcance, por el momento?

R. No, solo es necesario entender. Además, una persona puede estar en una posición, otra en otra posición: de modo que no hay reglas generales sobre eso. Por ejemplo, empecé con la tercera línea: yo podría hacer más en la tercera línea, antes de poder hacer algo en la primera y la segunda.

P. ¿No hay una suerte de organización para ayudar a la gente a trabajar en la tercera línea?

R. Sí, la hay. Pero una organización no puede ayudar por sí sola, porque cada línea deberá basarse en alguna clase de actitud. Una organización no puede reemplazar a una actitud, pero al mismo tiempo, una organización es necesaria para entender ciertas cosas. Por ejemplo, en el trabajo, una de las cosas más importantes es entender la disciplina. Si uno entiende la idea de disciplina, descubre la posibilidad de trabajar contra la obstinación. Si uno no la entiende, pensará que trabaja, pero en realidad no trabajará, porque eso solo será obstinación.

El estudio de la disciplina está conectado con la segunda línea del trabajo. Sin entender la disciplina de la escuela, uno no podrá tener disciplina interior. Hay personas que podrían hacer un buen trabajo y que fracasan porque carecen de disciplina. Empero, el cambio del ser solo es posible con el trabajo de la escuela y con la disciplina de la escuela. Durante cierto lapso uno deberá hacerlo, y entonces, más tarde, uno podrá trabajar por sí mismo. La disciplina está conectada con las reglas. Las reglas son las condiciones sobre las cuales se acepta a las personas y se les da conocimiento en una escuela. Observar estas reglas o condiciones es su primer pago, y la primera prueba.

Una de las cosas más importantes en toda clase de escuela es la idea de las reglas. Si no hay reglas, no hay escuela. Sin reglas, ni siquiera puede existir una imitación de escuela. Si es una escuela de imitación, habrá reglas de imitación, pero deberá haber alguna clase de reglas. Una definición de una escuela es que se trata de cierta cantidad de personas que aceptan y siguen ciertas reglas. Las reglas no son por conveniencia, no son por comodidad: son por inconveniencia e incomodidad, y de ese modo ayudan a recordarse.

Deberá entender que todas reglas son para recordarse, aunque también tienen una finalidad en sí mismas. Si no hay reglas y no se entiende la finalidad de las reglas, no hay trabajo.

Sobre las reglas, lo importante que hay que comprender es que realmente hay una sola regla, o mejor es decir, un solo principio: que uno no debe hacer nada innecesario. Trate ahora de entender eso. ¿Por qué no podemos «hacer» en el sentido correcto? Porque ¡hacemos tantas cosas innecesarias! A cada momento de nuestra vida hacemos centenares de cosas innecesarias, y debido a eso no podemos «hacer» y primero debemos aprender a no hacer nada innecesario. Primero debemos aprender a no hacer cosas innecesarias en relación con el trabajo, y después en conexión con nuestras propias vidas. Esto puede insumir largo tiempo, pero éste es el modo de aprender. Deberá hacer esto, no deberá hacer aquello; todas son especificaciones, pero hay una sola regla. Hasta que entienda esta regla fundamental, ha de tratar de seguir las otras reglas que se le den.

Las reglas son particularmente importantes en conexión con la organización de los grupos, porque, puesto que las personas vienen sin conocerse y sin conocer de qué trata todo esto, han de imponerse ciertas reglas. Por ejemplo, una de las reglas que se aplica a las personas nuevas es que no han de hablar con gente de afuera sobre lo que oigan en las pláticas. Las personas empiezan a darse cuenta de la importancia de esta regla solo cuando esta forma de charla se vuelve contra ellas, cuando sus amigos insisten en su charla y ellas no quieren hablar más. Esta regla es para ayudar a las personas a no mentir, porque cuando hablan sobre cosas que no conocen, naturalmente empiezan a mentir. Por ello, si tras escuchar una o dos pláticas, las personas empiezan a hablar sobre lo que oyeron y expresan sus opiniones, empiezan a mentir. En su mayoría, las personas son demasiado impacientes, no se conceden bastante tiempo, llegan demasiado rápido a conclusiones y, por ende, no pueden dejar de mentir.

Pero la principal razón de esta regla es que es un principio del trabajo de la escuela no dar ideas sino excluirlas de la gente, y darlas solamente en ciertas condiciones que las salvaguarden de ser deformadas. De otro modo, se deformarán al día siguiente: hemos tenido bastante experiencia de eso. Es importantísimo impedir que estas ideas se deterioren, porque puede decirse que una escuela es algo donde las personas y las ideas no mueren. En la vida, las personas y las ideas mueren, no de repente, sino lentamente.

Otra razón de esta regla es que es una prueba, un ejercicio de la voluntad, un ejercicio de la memoria y del entendimiento. Usted viene aquí en ciertas condiciones; la primera condición es que no deberá charlar, y debe recordarlo. Esto ayuda enormemente al recuerdo de sí, porque va contra todos los hábitos corrientes. Su hábito corriente es charlar sin discriminación. Pero, en relación con estas ideas, deberá discriminar.

P. Parece que, en una escuela, nada se hace sin razón. ¿Una razón de por qué esta regla es necesaria es que charlar induciría un nuevo factor, cuyo resultado no podría predecirse?

R. Ciertamente. Si las personas supieran qué hacer sin reglas, las reglas no serían necesarias. Al mismo tiempo, esto es también una especie de educación, porque, obedeciendo las reglas, las personas crean algo en sí mismas. No habría bastante fricción si no hubiese reglas.

P. Infiero que el objeto principal de las reglas es quebrar la mecanicidad.

R. Cada regla tiene muchos objetos, pero usted no podrá esperar nada de las reglas solas. Éstas son solo una parte del trabajo general, una ayuda.

P. Encuentro casi imposible no utilizar, el conocimiento hasta ahora ganado, para ayudar a los propios amigos.

R. Aún no puede ser utilizado, porque si trata de hacer algo con la cantidad de conocimiento que tiene, lo deformará. Es necesario tener más, porque solo entonces usted será capaz de juzgar si puede hacer algo con él en un caso dado o no, si puede dar algo a ésta o aquella persona, o no. Ahora no puede decirlo.

Además, en este sistema, todo debe explicarse completamente o no tocarse en absoluto, y a fin de explicar una cosa, usted ha de explicar otra. Ésta es la dificultad. ¿Ve lo que quiero decir? Para nosotros, muchas cosas son hechos, o al menos deberían ser hechos. Si se las dice a personas que no atravesaron lentamente este estudio, para ellas será algo parecido a la fe. Creerán o no creerán, y puesto que estas cosas van principalmente contra las ideas corrientes, para ellas sería mucho más fácil no creer. Por tanto, ¿por qué hemos de producir más incrédulos? Es imposible transmitir estas ideas con suficiente claridad a personas que no las estudian.

P. Es difícil discutir algo con alguien sin que ello tenga matices de lo que hemos oído aquí.

R. Hasta que esto se vuelva fácil, usted no podrá empezar nada; todo se transformará en charla y seguirá siendo charla. Solo cuando sea capaz de guardar silencio, de guardar algo para sí, solo entonces podrá usted acumular más conocimiento o material. Si a un globo le hace un agujero, el contenido del globo se escapará. Si usted se hace un agujero, también se escapará algo. Las reglas son difíciles de observar, porque, recordando las reglas y obedeciendo las reglas, usted acumula energía consciente. He aquí principalmente por qué se crean las reglas.

Uno no puede describir las reglas ni dar un catálogo de ellas, pero las reglas pueden entenderse. Además, el desarrollo emocional necesita disciplina. Nada desarrolla tanto al centro emocional como renunciar a la obstinación. Las reglas están conectadas con la idea de conducta. Cuando nos convirtamos en hombres N.º 5, nuestra conducta será perfecta, comparada con lo que es ahora. Pero no somos hombres N.º 5, de modo que debemos tener reglas. Si recordamos las reglas, las entendemos y seguimos, nuestra conducta será coherente y conducirá en una dirección definida; no será más la errática conducta de los hombres N.º 1, N.º 2 y N.º 3.

Todos los caminos necesitan disciplina. Esto explica por qué uno no puede trabajar por sí mismo. Uno no puede crear la disciplina por sí mismo. Si uno entiende este trabajo, entonces la disciplina toma la forma de que uno no decide por sí, sino que trabaja según las instrucciones. Lleva largo tiempo adquirir voluntad, pues primero ha de ser vencida la obstinación. Mientras tanto, es necesaria otra voluntad, la voluntad de la escuela, de la organización.

P. No entiendo por qué las reglas pertenecen a la segunda línea y no a la tercera.

R. Trate de pensar. No puede haber reglas en las líneas primera y tercera; allí usted deberá hacer lo que pueda, deberá haber iniciativa, el trabajo deberá ser libre. En la segunda línea, deberá haber disciplina.

P. ¿Qué es lo más importante en la segunda línea: ventaja para uno mismo o ventaja para los demás?

R. Esto es imposible plantearlo de este modo. En la segunda línea usted deberá ser capaz de olvidar sus propios intereses, sus propios gustos y disgustos.

P. ¿Las preguntas que las personas formulan durante las pláticas y que son de ayuda para los demás, son la segunda línea del trabajo?

R. No, el trabajo es otra cosa, usted sabe. Es necesario entender qué significa la palabra «trabajo» en el sentido del sistema. No significa sucesos como ése: que la pregunta de alguien sucede para dar un resultado útil. El trabajo significa siempre una línea de esfuerzos conducentes hacia cierto objetivo definido. No un solo esfuerzo. Un solo esfuerzo no significa trabajo; pero una conectada línea de esfuerzos, una línea ininterrumpida de esfuerzos, solo eso se convierte en trabajo.

P. Si dos personas se ayudan entre sí, ¿eso sería la segunda línea?

R. No, como he explicado, en la segunda línea no hay iniciativa. Pero debe haber cierta preparación para ella: uno debe entender esa necesidad de trabajar con la gente. Cuando usted empieza a entender que es físicamente imposible trabajar solo, que usted puede trabajar solo debido a estas otras personas, eso será entender, pero no será todavía la segunda línea. Usted debe entender que las personas con las que aquí se encuentra le son tan necesarias como el sistema mismo. Esto será un comienzo.

P. ¿Hay alguna línea particular que lo ayude a uno a escapar de hacer cosas innecesarias?

R. No una línea particular: todas las líneas que están explicadas. Usted deberá ser capaz de ver qué es posible. Se le dieron muchas sugerencias y un día podrá realizar un trabajo mejor en una línea, y otro día en otra línea; no hay una línea especial para todos los días, para todo el tiempo. Y está el recuerdo de sí, todo lo que se dijo sobre la identificación, la consideración, las emociones negativas, el estudio del sistema, muchas cosas. Usted nunca sabe qué será más útil en un momento dado; en su momento uno ayuda, y en otro momento, otro ayuda.

P. ¿Este sistema implica renunciar a uno mismo?

R. No en el sentido usual. En el Cuarto Camino solo es necesaria una clase especial de renuncia; en ciertas clases de trabajo, en algunas situaciones especiales. Por ejemplo, como he dicho, uno debe renunciar a las propias decisiones en cuestiones conectadas con el trabajo en la escuela. Éste es un ejemplo de disciplina posible. Y uno debe recordar por qué lo está haciendo y qué está haciendo. Por ejemplo, al recordar las reglas, uno deberá renunciar a una parte considerable de su propio juicio y simplemente recordarlas. ¿Por qué? Porque uno deberá darse cuenta que no entiende bastante. Cuando uno entienda, no habrá necesidad de recordar las reglas. Así, usted ve que la renuncia no significa ciego sacrificio, y es necesario solamente en conexión con el trabajo de la escuela, no con el trabajo externo de ésta.

Repito: el modo de adquirir voluntad es ponerse bajo cierta disciplina y no tratar de escapar. Las personas usan en el trabajo los mismos métodos que usan en la vida: se adaptan. Tratan de efectuar el trabajo tan cómodo, o por lo menos tan poco incómodo como sea posible, y, de ese modo, pierden lo que el trabajo puede darles.

P. No veo por qué la adaptación no ha de admitirse en el trabajo.

R. Usted no podrá adaptarse al trabajo; tiene que trabajar en un hecho real. Adaptarse puede estar bien en ciertos casos de la vida, pero en el trabajo está siempre mal. La adaptación no es un método seguro. Usted se adapta a un estado o a un conjunto de circunstancias, y entonces cambia y su adaptación fracasa. Deberá encontrar un método mejor, porque nunca sabe qué sucederá en el próximo momento. Por ejemplo, se sienta en su cuarto y decide no irritarse; entonces, sucede algo inesperadamente y se irrita antes de saberlo.

P. ¿Cómo podemos hacer más real este trabajo? Me doy cuenta que no es lo que debería ser.

R. Ello se debe a que usted no es lo que debería ser. En el trabajo hay cierto principio: el tiempo está contado. A cada persona se le plantean ciertas exigencias. Si usted estuvo en el trabajo solo un mes, las exigencias son pequeñas; al mes siguiente, crecen; después de seis meses, son mayores; después de un año, son mayores aún. Si una persona no satisface estas exigencias, al final la cuenta se vuelve muy gravosa. Si alguien considera que tiene derecho a estar en el nivel del primer mes luego de estar en el trabajo durante algunos años, no podrá pagar la cuenta. El pago significa, primero que todo, ser capaz de satisfacer las exigencias. Las exigencias siempre crecen, y si usted está atrasado, las cosas le parecerán a usted debajo del nivel correcto, cualesquiera sean en realidad, porque usted está debajo del nivel. Pero si usted trabaja, si crece, estará en el nivel de las exigencias. Le estoy mostrando el lado desde el cual es posible enfocar esta cuestión. En una organización son necesarias muchas cosas: primero que todo, entendimiento, y esfuerzo.

P. Supongo que satisfacer las exigencias implica renunciar a algunas cosas, pero estoy confundido en cuanto a cuáles son.

R. No se preocupe. Cuando sea necesario renunciar a algo, eso se vuelve clarísimo. Si no ve a qué tiene que renunciar, eso significa que no es tiempo aún de pensar en ello. El pensamiento intelectual sobre ello es absolutamente inútil, pues cuando usted tiene que renunciar a algo, nunca sobreviene en forma de acertijo. Tal vez algún día vea alguna clase particular de emoción negativa y comprenda que, si quiere conservarla, no podrá trabajar. O puede ser alguna clase de imaginación, o alguna otra cosa de esta índole. Esto siempre empieza de este modo.

P. Parece paradójico que estemos tratando de liberarnos de las leyes y nos pongamos bajo más leyes.

R. A fin de liberarse, es necesario someterse a muchas más leyes durante cierto tiempo, pues uno puede aprender a ser libre solamente obedeciendo a más leyes. Para esto hay muchas razones. Una razón es que somos demasiado indulgentes con nosotros mismos; si nos fijamos una tarea, después de algún tiempo empezamos a formular excusas. Y entonces nos engañamos demasiado.

De modo que, como dije, si las personas quieren continuar estudiando, deberán aceptar ciertas condiciones. Esto significa que deberán efectuar el estudio práctico. Si las personas no toman el trabajo con bastante seriedad, es desperdiciar el tiempo. Usted tiene derecho a marcharse y a interrumpir las pláticas, de modo que no hay obligaciones ni de uno ni del otro lado. Yo tengo otro trabajo que hacer, pero, renunciar a mi tiempo para esto, es necesario, porque es el único modo de establecer una escuela. Si puedo decir «Si hoy muero, el trabajo continuará», eso significará que está establecida una escuela. Si todo depende de mí, eso significa que la escuela no tiene fuerza suficiente.

P. ¿En una escuela es mejor solo estudiarse y no estudiar a los demás?

R. No, es necesario estudiar a los demás también, pero no solo a los demás.

P. ¿Con seguridad es más fácil ser objetivo con los demás que con uno mismo?

R. No, es más difícil. Si usted se vuelve objetivo para con usted mismo, podrá ver objetivamente a los demás, pero no antes, porque antes de eso, todo tendrá el matiz de sus propios criterios, actitudes, gustos, de lo que le gusta y de lo que le disgusta. Para ser objetivo, deberá ser libre de todo eso. Puede volverse objetivo para con usted mismo en el estado de la consciencia de sí: ésta es la primera experiencia de entrar en contacto con el objeto real.

P. ¿Alguna vez uno aprende a administrarse los choques, a fin de trabajar como debe?

R. Si usted trabaja en las tres líneas, una línea le dará choques a la otra. Cuando entienda, no teóricamente sino por observación, cómo una línea ayuda a la otra, lo averiguará.

P. Lo que quise decir era: cuando uno necesita rápidamente energía para una finalidad especial, ¿cómo puede obtenerla? ¿Mediante un choque?

R. Un buen choque fabrica rápidamente energía. Pero los choques pueden ser de tres clases: se lo puede dar otro, o se lo puede dar usted mismo, o puede sobrevenir accidentalmente. Nada más puede crear energía rápidamente. Un buen choque puede hacer que usted se recuerde y recuerde el choque. Puede ser tan bueno que usted no pueda olvidarlo durante algún tiempo; eso le tornará más emocional, y el centro emocional producirá energía.

P. ¿Usted dijo que los choques pueden ser accidentales?

R. Los choques accidentales no cuentan. Las cosas suceden: la gente encuentra dinero en la calle, pero en eso usted no puede confiar. Cuando hablamos de «dar choques», hablamos de choques conscientes.

Debemos entender cómo suceden las cosas. Empezamos a hacer algo y entonces llegamos a un intervalo sin darnos cuenta siquiera de la existencia de intervalos ni conocer sus posibilidades. Ésta es nuestra situación. Antes que lleguemos a la situación de trazarnos un objetivo y alcanzarlo, debemos entender que esto está muy lejos de nosotros y que debemos estudiar los intervalos en los ejemplos dados, como el diagrama de alimentos. Estudiando estos intervalos y los dos choques conscientes que se explicaron, aprendiendo a producirlos, podemos llegar a la posibilidad de una clase muy diferente de choque, pero no antes de eso. De hecho, si pudiéramos producir bastantes choques necesarios, que sean suficientemente vigorosos, en la práctica no habría nada más que no pudiéramos alcanzar. Lo único que necesitamos son choques, pero no podemos fabricarlos. Aunque pensemos en ellos, no confiamos demasiado, no nos tenemos confianza, no sabemos con certeza que este choque producirá el efecto deseado. He aquí por qué el trabajo organizado incluye en sí mismo muchos choques, de modo que no quedamos librados a nosotros mismos. Estamos tan profundamente dormidos que los choques no nos despiertan: no los advertimos.

P. ¿Darse cuenta de la mecanicidad nos da una alternativa en las propias acciones o debemos esperar a la voluntad?

R. Yo diría que da una alternativa. Al mismo tiempo, está mal pensar que cuando sobreviene ese darse cuenta, ya trae consigo la posibilidad y el poder. Uno puede saber y no ser capaz de hacer nada. Es una situación muy difícil y desagradable si uno empieza a ver las cosas y es incapaz de hacer nada. He ahí por qué, en algunos casos, es mejor no empezar a trabajar, a no ser que uno esté listo para seguir hasta el final. De otro modo, uno puede permanecer desubicado.

La idea de una alternativa es contradictoria. Desde un punto de vista, no hay alternativa; desde un segundo punto de vista, hay alternativa; desde un tercer punto de vista, nuevamente no hay alternativa; y todos son ciertos. Es una idea muy complicada. Por ejemplo, en el trabajo hay alternativa, pero el trabajo está conectado con la vida exterior. Las cosas pueden volverse tan malas que no hay alternativa, y luego, tal vez haya un momento de alternativa, pero si lo perdemos, perdemos aquélla.

P. ¿Hay algún modo para reconocer estos momentos de alternativa?

R. Solo tratando de descubrir estos momentos en el trabajo, porque este sistema es un método de adquisición de conocimiento y poder nuevos y, al mismo tiempo, un medio de ejercitación de este conocimiento y este poder. Aquí tenemos más posibilidad para escoger. Si la ejercitamos, entonces quizá podamos aplicarla después a otras cosas. Esta idea está conectada con las encrucijadas. Las encrucijadas son momentos en los que uno puede «hacer». Llega un momento en el que uno puede ayudar o no en este trabajo. Si llega una oportunidad y uno la pierde, quizá no llegue otra durante un año, o aún más, si uno no se las arregla para usar el trabajo organizado, que puede crear oportunidades permanentes.

P. Con respecto al trabajo en la segunda línea, ¿es necesario pedir una oportunidad?

R. La oportunidad se da a todos, solo que una persona individual no puede organizar el trabajo en la segunda línea por si misma; el trabajo deberá ser acomodado.

A este respecto, se descubre, por experiencia, que el trabajo físico es utilísimo en la escuela. En algunas escuelas hay ejercicios físicos especiales, pero, en ausencia de éstos, el trabajo físico ocupa su lugar. Todo esto se refiere a la segunda línea; deberá ser trabajo organizado. La idea es ésta: cuando cierta cantidad de personas trabajan juntas, en la casa, en el jardín, con animales, etc., no es fácil. Pueden trabajar individualmente, pero trabajar juntas es difícil. Se critican entre ellas; se cruzan; se toman las cosas que no les corresponden. Recordarse es muy buena ayuda. Si una persona está interesada por la idea, puede intentarla, pero solo si siente la necesidad de ella. Usted no debe pensar que se trata de alguna especie de ayuda mágica. Trabajo significa acción. Teóricamente, el trabajo con los demás es la segunda línea, pero no deberá pensar que estar en la misma habitación con otras personas y realizar el mismo trabajo es ya la segunda línea. Todavía no sabe cuál es la segunda línea del trabajo.

P. Usted dijo, una vez, que el trabajo físico es el modo de hacer que los centros trabajen apropiadamente. ¿Qué quiso significar con eso?

R. El trabajo físico (no el deporte, sino el trabajo duro, de una clase para una persona, de otra clase para otra persona) pone los centros en orden. Los centros están conectados de cierta manera, y las energías están distribuidas de cierta manera. Cuando las personas son holgazanas, los centros tratan de hacer el trabajo intercambiados, y debido a eso, el trabajo físico es un método muy confiable para hacerlos trabajar mejor. Este método es vastamente usado en las escuelas. En la vida moderna, particularmente con algunas personas, el trabajo equivocado de los centros agota toda la energía. Pero, por supuesto, hasta en el trabajo organizado, si uno trabaja con identificación, eso no significa nada.

P. ¿Cuál es la diferencia entre el trabajo físico, de la vida corriente, y el trabajo físico organizado, de una escuela?

R. El trabajo en cualquier otra parte es mucho más fácil: usted se concede más libertad para escoger el modo de hacerlo. Suponga que trabaja en su jardín. Hará las cosas que le gusta hacer, y las hará a su modo. Elegirá sus herramientas, su hora, su tiempo, todo. De modo que, en eso, usted introduce muchísima obstinación. En el trabajo organizado, usted no solo tiene resultados físicos, sino también lucha con su obstinación. Sin embargo, el trabajo no cesa de ser peligroso por estar organizado especialmente, porque, en el trabajo corriente, la voluntad sigue siendo siempre obstinación, mientras, en el trabajo de la escuela, la obstinación lo arruina todo, y no solo para uno sino también para los demás. La obstinación siempre conoce mejor, y siempre quiere hacer las cosas a su modo. Todo trabajo organizado es una oportunidad de trabajar contra la obstinación.

Además, el trabajo físico organizado necesita esfuerzo emocional. He ahí por qué el trabajo físico no puede llamarse realmente físico, porque es también emocional. Si solo fuera físico, no seria tan provechoso. Si no hay esfuerzo emocional en el trabajo físico que usted está realizando, deberá aumentar su velocidad, o aumentar el tiempo o el esfuerzo a fin de convertirlo en emocional. Trate de realizar algún trabajo físico más duro y prolongado del que usted puede hacer con comodidad y verá que requiere un esfuerzo emocional. He aquí por qué el trabajo físico es importante.

P. ¿Qué suerte de esfuerzo emocional?

R. Usted verá. Ahora hablamos de trabajo físico conectado con el sistema: está bajo leyes muy diferentes; usted lo realiza con una finalidad diferente, y ha de recordar por qué lo hace.

P. ¿Algunas personas necesitan escuela y otras no?

R. Una escuela es para los que están preparados para ella. El comienzo del trabajo de la escuela significa alguna preparación. En la escuela, deberá empezar una nueva octava. ¿Cuál es el deber de esta personalidad que era el centro magnético? ¿Qué puede requerírsele ahora? La valoración del trabajo, la valoración del sistema y de todo lo conectado con el sistema. Si hay valoración, esta personalidad crecerá; si no la hay, no crecerá.

P. ¿Uno puede identificarse con una escuela?

R. Eso significa perder la escuela. Uno puede identificarse con la escuela de muchas maneras: gustándole demasiado, criticándola demasiado, o creyendo demasiado en ella.

P. ¿Una escuela interfiere con la conducta que uno adopte fuera de ella?

R. En relación con la escuela, sus acciones son controladas por las reglas. Fuera de la escuela, descubrirá que también es necesario aplicar ciertos principios que usted usa en la escuela. Si no trata de aplicarlos siempre que pueda, es inútil conocerlos. Entonces (esto no es una regla o principio) descubrirá incluso fuera de la escuela que, si quiere hacer algo, no deberá hacer otra cosa; en otras palabras, tiene que pagar por todo, no en el sentido de sacar dinero y pagarlo, sino mediante una especie de «sacrificio» (no me gusta usar esta palabra, pero no hay otra). De ese modo, eso envolverá toda su vida.

P. ¿La cantidad de personas de una escuela depende de la cantidad de conocimiento producido?

R. No, depende de la cantidad de personas que tienen cierto ser y que pueden cuidar de otras personas, enseñarlas e instruirlas, etc. Piense que las escuelas son como hongos en un bosque, pero son muy diferentes de los hongos. Una escuela es el resultado de largo trabajo. Incluso, si considera a esta habitación y a nosotros sentados aquí charlando, es el resultado del trabajo de treinta años de mucha gente, y quizá de muchos antes que ésta. Esto deberá ser tomado en cuenta.

Además, en nuestro sentido, el conocimiento significa conocimiento conectado con la posibilidad de desarrollo del ser. Este conocimiento debe provenir de otra escuela y debe ser valioso. Suponga que le hago aprender de memoria las fechas de nacimiento de todos los presidentes franceses; ¿qué utilidad tendría eso? Empero, muy frecuentemente a esto se lo llama conocimiento.

P. ¿La razón de por qué este conocimiento no puede darse sin pago es porque las personas que lo tomen sin pago lo retorcerán?

R. Simplemente, porque lo perderán, lo tirarán, porque la valoración depende del pago. Usted no puede tener una valoración correcta de una cosa que no pague. Si llega demasiado fácilmente, no la valoriza. Éste es un aspecto, y otro aspecto de la cuestión es que, si usted valoriza una cosa, no se la regalará a los demás. ¿Qué significa valoración? Si se da cuenta de qué esfuerzo se puso en esto, cuántas personas han trabajado, y durante cuánto tiempo para dar este conocimiento, usted no lo regalará por nada, porque, primero que todo, no les será útil si lo tienen, y segundo, ¿por qué han de tenerlo por nada? Ésa sería la máxima injusticia. Pero esto no puede suceder, porque de ningún modo pueden tomarlo.

P. Por lo que entiendo, ¿el objetivo principal de la escuela es producir el superhombre?

R. No estoy enterado de esta «producción del superhombre». ¡Ésta no es una granja del superhombre!

P. ¿La idea de la escuela qué relación tiene con el orden cósmico?

R. Esta escuela (una escuela en la que usted puede estar) es una cosa pequeñísima. Puede ayudarle, pero es una gran presunción de nuestra parte pensar que tiene algún significado cósmico. Es muy fácil entender la idea de la escuela si piensa sobre ella con simplicidad. Usted quiere tener cierto conocimiento, y no podrá conseguirlo hasta que encuentre una escuela, quiero decir una escuela que obtuvo este conocimiento de otra escuela, no un conocimiento inventado por hombres corrientes. Ésta es la única idea desde la que podemos empezar.

P. Hace algún tiempo usted mencionó a hombres de mente superior, de quienes proviene este conocimiento. ¿Viven realmente, y podemos reconocerlos?

R. No podemos reconocerlos si no desean ser reconocidos. Pero si lo desean, pueden mostrar que están en un nivel diferente. Si nos encontramos con personas de un nivel superior, no reconoceremos su ser, pero podemos reconocer su conocimiento; conocemos los límites de nuestro conocimiento, de modo que podemos ver cuándo alguien sabe más que nosotros. Esto es todo lo que nos es posible en nuestro estado actual. Pero no podemos ver si otra persona es consciente o no, o más consciente que nosotros. Parecerá la misma, o incluso, y esto es particularmente interesante, a menudo sucede que las personas que están más desarrolladas parecen menos conscientes y podemos considerarlas más mecánicas de lo que nosotros lo somos.

P. ¿Las escuelas existen para tener un efecto general sobre otras personas que no están en escuelas, o es enteramente por sus propias razones?

R. Yo diría que por ambas cosas, solo que no hay contradicción entre esas dos cosas, porque ¿cómo pueden las escuelas tener influencia sobre las personas que no están en escuelas? Solo preparándolas para la escuela, no de otro modo. Vea, la dificultad principal en entender los sistemas de las escuelas es que no pueden diluirse demasiado. Si se diluyen, se convierten en su contrario, cesan de significar algo, cesan de tener propósito alguno.

P. ¿Las escuelas del pasado no influyeron sobre la humanidad?

R. Cuando las escuelas influyeron sobre la humanidad, la humanidad era muy pequeña y las escuelas muy grandes. Ahora, la humanidad es muy grande y las escuelas muy pequeñas. Por ejemplo, escuelas bajo el nombre de diferentes Misterios influyeron sobre ciertos periodos de la vida griega, pero Grecia era un país muy pequeño. Egipto era también comparativamente pequeño, de modo que pudo ser influido. ¿Pero cómo podría esta pequeña escuela influir sobre la humanidad en el tiempo actual? Usted pregunta sin pensar. Recuerdo que el señor Gurdjieff dijo que 200 personas conscientes podrían influir sobre la humanidad. Una vez calculamos lo que esto significaría. Suponga que en el mundo existe un hombre N.º 7; deberá tener por lo menos cien discípulos, porque no puede estar en contacto con grados inferiores a él. De modo que, si hay un hombre N.º 7, deberá tener, por lo menos, cien hombres N.º 6. Cada uno de estos hombres N.º 6 deberá tener, por lo menos, cien hombres N.º 5, de modo que esto totaliza 10 000 hombres N.º 5. Cada uno de estos 10 000 hombres N.º 5 deberá tener, por lo menos, cien hombres N.º 4, a través de los cuáles podrá tener contacto con otras personas, de modo que deberá haber 1 000 000 de hombres N.º 4. Cada uno de estos hombres N.º 4 deberá tener por lo menos cien hombres N.º 1, N.º 2 y N.º 3 a los que conoce y con los que podrá trabajar; de modo que eso totalizará 100 000 000 de hombres N.º 1, N.º 2 y N.º 3. Esto significa que, aunque supongamos que mil constituyen una escuela, habría 100 000 escuelas. Bien, sabemos claramente que no hay tal cantidad de escuelas, de modo que es imposible esperar un hombre N.º 7, porque la existencia de un hombre N.º 7 significaría que las escuelas controlarían la vida. Incluso el hombre N.º 6 significaría que las escuelas controlan al mundo. Esto implica que los hombres N.º 7 y N.º 6 estarían en el mundo solo en condiciones especiales, y eso se vería y sabría, porque significaría que la vida sería controlada por las escuelas. Y puesto que sabemos que, si ahora hay escuelas por tan ocultas, eso no puede ser así en nuestros tiempos.

P. ¿Quiere decir que el hombre N.º 7 no puede existir en este planeta o que no existe bajo las actuales condiciones?

R. No dije que no puede existir. Dije que podemos tener razón para pensar que no existe, porque su existencia se mostraría. Pero esto no excluye la posibilidad de que, por alguna razón, los hombres N.º 7 puedan existir y no mostrarse; solo que es menos probable que, puedan existir y no mostrarse; solo que es menos probable.