P. Cuando preguntamos cómo ser menos mecánicos, se nos dice que estemos más despiertos. Cuando preguntamos cómo despertar, la respuesta es no identificarse, y cuando preguntamos cómo no identificarse, la respuesta es recordarse. Esto parece ser un círculo, siendo cada método una contraparte del otro. ¿Podemos obtener alguna otra ayuda para intentar alguno o todos éstos?
R. Eso no es exactamente correcto, porque cada uno de estos intentos tiene su propio rasgo y gusto peculiares. Todos son diferentes. Es necesario intentar desde todos los lados posibles a fin de romper la pared. Es muy alta y dura la pared que tenemos que romper…
Pero no empezamos con eso: empezamos con la pluralidad. Cuando hablé primero sobre los muchos «yoes» que hay en nosotros, dije que nuevos «yoes» saltan a cada momento, controlan las cosas por breve tiempo y desaparecen, y muchos de ellos jamás se encuentran. Cuando usted comprende que no es uno solo, que son muchos, que puede conocer algo como cierto por la mañana y no conocer nada de ello por la tarde, entonces este darse cuenta es el comienzo. No quiero decir que si comprende esta pluralidad puede cambiarla y tornarse diferente; pero este darse cuenta es el primer paso.
P. No veo por qué diferentes gustos han de significar diferentes «yoes» o grupos de «yoes».
R. Porque el mismo «yo» sería idéntico. Cuando usted dice «yo», piensa en el todo. En realidad es solo una partecita de usted. Podemos existir solo porque no podemos poner todo nuestro capital dentro de cada «yo»; de lo contrario, estaríamos en quiebra. Solo ponemos centavos. Nuestros «yoes» son centavos. Suponga que tiene cierta cantidad de dinero, todo en centavos. A cada momento que dice «yo», usted usa un centavo. Eso es un error; incluso tal como somos, valemos más que un centavo.
En este sistema, el vocablo «yo» puede pronunciarse de cinco maneras, en cinco niveles diferentes:
P. ¿Es posible aumentar la cantidad de «yoes» interesados en el trabajo?
R. Tenemos bastantes «yoes», ellos se acrecientan. El objetivo es conectarlos y ayudarlos a convertirse en un solo «yo» interesado en el trabajo. Si muchos «yoes» se interesan y no se conocen uno al otro, un «yo» o grupo de «yoes» puede hacer una cosa, y otro otra cosa, sin saber. Usted puede decir «yo», al hablar de sí mismo, solo en relación con su trabajo con un objetivo definido: el estudio de sí, el estudio del sistema, el recuerdo de sí, etc. En otras cosas debemos comprender que esto no es realmente usted, sino solo una partecita de usted, imaginaria en su mayor parte. Cuando usted aprenda a distinguir eso, cuando eso se convierta casi en un hábito (en el sentido de ser constante), se sentirá en el camino correcto. Pero si siempre dice «yo» a todo sin discriminación, eso solo ayuda a sus tendencias mecánicas y las fortalece. ¡Y qué cantidad de cosas hacemos sin querer hacerlas! Tenemos que hacer esto y aquello, pensamos sobre esto, sentimos sobre aquello, y así una cosa tras otra toma toda nuestra energía, y nada queda para el trabajo real.
Dije en la primera plática que estos cientos y cientos de «yoes» forman ciertos grupos en los que diversos «yoes» trabajan juntos. Algunos de estos grupos son naturales, otros son artificiales, y algunos incluso son patológicos. La primera división natural de los «yoes» es de acuerdo a las funciones: intelectuales, emocionales, instintivos y motores. Pero aparte de éstos, hay muchas otras divisiones que pueden llamarse personalidades diferentes.
P. ¿Cuál es la diferencia entre personalidades y «yoes»?
R. Puede decir que las personalidades consisten en diferentes «yoes». Cada cual puede encontrar en sí diversas personalidades, y el real estudio de sí empieza con el estudio de estas diferentes personalidades, porque no podemos estudiar a los «yoes», hay demasiados de ellos. Pero con las personalidades es más fácil, pues cada personalidad o grupo de «yoes» significa alguna inclinación especial, una tendencia especial, o a veces una aversión.
P. ¿Hay algunas observaciones especiales que uno puede efectuar para ver las personalidades?
R. El estudio de sus gustos particulares ayudará. Por ejemplo, si encuentra algo que claramente le gustó a lo largo de su vida desde la niñez, verá que en torno de eso hay construida cierta personalidad. Somos criaturas de gustos; nos gustan toda clase de cosas, pero solo tenemos cierta cantidad de gustos genuinos. Estudiándolos, uno descubre las personalidades.
P. ¿Todas las personalidades están ligadas con los gustos, y ninguna con los disgustos?
R. No pienso que las personas normales tengan tales disgustos fuertes. Los disgustos son habitualmente accidentales, de modo que no confíe en ellos. Pero hay cosas de las que usted siempre gustó, y hay algunas que tan solo imagina que le gustan.
Las personalidades pueden ser muy diferentes. Algunas se basan en hechos reales y gustos e inclinaciones reales, mientras otras se basan en la imaginación y en ideas equivocadas sobre uno mismo. De modo que es necesario separar las personalidades que pueden usarse de algún modo, de las que no pueden ser útiles para el autodesarrollo, y por ende han de ser destruidas, o al menos subyugadas.
P. Me parece que algunas personalidades desaparecen durante un lapso muy prolongado.
R. No desaparecen, tan solo se quedan detrás de la escena. Si son meramente «yoes» ocasionales, pueden desaparecer, pero las personalidades no desaparecen tan fácilmente, aunque pueden esconderse de la vista. O pueden sacrificarse, pues a veces, a fin de manifestar una personalidad, hay que sacrificar varias otras.
P. ¿Cómo averiguar cuáles personalidades son más reales y cuáles son imaginarias?
R. La vida aporta pruebas para las personalidades. Suponga que usted piensa que algo le gusta muchísimo y luego la vida le pone en condiciones en las que usted puede disfrutar lo que pensó que le gustaba, pero en vez de ello descubre que no lo disfruta para nada, que solo imaginó que le gustaba. Entonces podrá ver que esta personalidad era imaginaria.
P. ¿Qué determina que una personalidad o grupo de «yoes» es inútil y ha de ser eliminado?
R. Las personalidades pueden dividirse. El autodesarrollo comienza con el centro magnético, esto es, con un grupo de «yoes» o con la personalidad interesados en ciertas cosas. Cuando un hombre encuentra una escuela, su centro magnético empieza a acumular conocimiento práctico y teórico, y experiencia que provienen del estudio del ser, y de este modo éste se convierte eventualmente en el Submayordomo. Además de esta personalidad, hay otras personalidades, algunas de las cuales pueden desarrollarse, y algunas no concuerdan con ella para nada. De modo que algunas personalidades pueden unirse en el trabajo, otras son neutrales y, mientras no estén en el camino, puede permitírseles permanecer por algún tiempo, y algunas han de ser eliminadas. Cuando el centro magnético se transforma en Submayordomo, usted efectúa ciertas decisiones, formula cierto objetivo, emprende cierto trabajo. Luego, puede averiguar cuál personalidad puede trabajar con él y cuál no. Si una personalidad está contra su objetivo y puede dañarlo, o no lo quiere, o no sabe de él, entonces evidentemente no puede trabajar con el Submayordomo. De modo que pueden ser clasificadas, pero primero uno deberá conocerlas. Luego, cuando las personalidades son puestas en orden y agrupadas en torno del centro magnético (que significa Submayordomo) producirán un efecto sobre la esencia precisamente por la existencia de aquéllas.
P. ¿El Submayordomo es la conciencia?
R. La conciencia toma parte en la formación del Submayordomo, pero no puede decir que es el Submayordomo, porque la conciencia es mucho mayor.
P. ¿Hay una conexión entre el centro magnético y la consciencia?
R. Sí, pero no directa: hay entre ellos varios estados diferentes. Es mejor decir que el centro magnético es el terreno desde el cual crece el «yo» permanente. A través de diversas transformaciones, el centro magnético se convierte mucho después en «yo» permanente. Es la semilla del «yo» permanente, pero solo la semilla: primero ha de convertirse en algo enteramente diferente.
Ahora trate de entender la división más importante de todas para uso práctico. Es la división en «yo» y (por mí). «Uspenskiï». ¿Qué es el «yo»? No tenemos un «yo» permanente como si estuviese opuesto a «Uspenskiï». Pero todo nuestro interés en el sistema, todos nuestros esfuerzos en el estudio de sí y el desarrollo de sí, y lo que a veces se llama el «yo observador»… todo esto es el comienzo del «yo». Todo el resto es «Uspenskiï» o «falsa personalidad». «Uspenskiï» es nuestro cuadro imaginario de nosotros mismos, porque en él ponemos todo lo que pensamos de nosotros, que por lo general es imaginario. Todo el estudio desciende al estudio de este cuadro imaginario y a separarnos de él. De modo que ahora usted puede llamar «yo» a su valoración del sistema. Esto es «usted». De su actitud hacia el sistema, hacia el trabajo en el sistema, hacia el interés por el sistema, puede crecer el «yo». Sobre esta base puede separar al «yo» de la falsa personalidad. No hay garantía de que esté absolutamente en lo cierto, pero este método tiene gran valor práctico.
La falsa personalidad está siempre contra el trabajo para el desarrollo de sí y arruina el trabajo de todas las demás personalidades. Nunca puede ser útil.
P. ¿Cuál es la diferencia entre personalidades reales y falsa personalidad?
R. Usted mezcla dos divisiones que son absolutamente diferentes y están en una escala diferente, de modo que no pueden compararse. Las personalidades (en plural) se mencionan en relación con la esencia, pues dije que la personalidad puede dividirse en diferentes personalidades que la componen. La división en esencia y personalidad es ahora meramente teórica y es solo útil como principio, pues es difícil verla en uno mismo. No conocemos nuestras personalidades, de modo que empezamos estudiando desde los dos extremos. Primero estudiamos la personalidad que está conectada con el trabajo y que se desarrolló desde el centro magnético; y luego estudiamos la falsa personalidad, sobre una escala enteramente diferente. La falsa personalidad es opuesta a «usted», es su idea equivocada sobre usted mismo: exactamente lo que usted no es. Esta división es práctica, pues es necesario conocer claramente a qué se parece la falsa personalidad.
De modo que no debemos confundir la falsa personalidad con las personalidades, porque, aunque no son muy reales, las personalidades pueden basarse en inclinaciones reales, en gustos y disgustos reales, mientras la falsa personalidad es toda falsa y puede incluso pretender gustar de algo que a «usted» le disgusta o no gustarle algo que a «usted» realmente le gusta. Cuando usted habla de falsa personalidad, toma a «usted» como existente y a la falsa personalidad como no existente; cuando hablamos sobre personalidades, dejamos a la falsa personalidad fuera de las conversaciones y discutimos diferentes divisiones de lo que consideramos que es «usted».
La falsa personalidad no debe convertirse en una mera palabra. Todos los que hablan de ella deben tener algún cuadro de sí mismos en poder de la falsa personalidad. Esto solo puede dar algún resultado si este término se usa de ese modo.
P. ¿Podría decir más acerca de qué es el «yo»?
R. El «yo» solo se presume; no sabemos qué es el «yo». Pero conozco a «Uspenskiï» y puedo estudiarlo en todas sus manifestaciones. De modo que debo empezar con «Uspenskiï», El «yo» es elusivo y muy pequeño; solo existe como potencialidad; si no crece, la falsa personalidad continuará controlándolo todo. Muchas personas cometen el error de pensar que saben cuál es cuál. Dicen «éste es el yo», cuando en realidad es la falsa personalidad. Éste está conectado generalmente con nuestra capacidad para desempeñar roles. Es una capacidad limitadísima; por lo general tenemos unos cinco o seis roles, si los observamos o no podemos advertir cierta semejanza, totalmente desorientadora, entre estos roles, y luego, consciente o inconscientemente, llegar a la conclusión de que detrás de ellos hay una individualidad permanente. La llamamos «yo» y pensamos que está detrás de todas las manifestaciones, cuando en realidad es un cuadro imaginario de nosotros mismos. Este cuadro ha de estudiarse. Es imposible tener un conocimiento práctico de uno mismo si no se conoce la propia falsa personalidad. Mientras pensemos que somos uno solo, todas nuestras definiciones están equivocadas. Solo cuando un hombre conoce que todas sus intenciones, deseos, etc., no son reales, que son falsa personalidad, solo entonces puede obtener algo. Éste es el único trabajo práctico posible, y es dificilísimo. La falsa personalidad tiene que desaparecer, o al menos volverse impotente para obstaculizar nuestro trabajo. Pero se defenderá y no cederá fácilmente. El trabajo es lucha con la falsa personalidad que contraatacará, principalmente a través de la mentira, pues la mentira es su arma más fuerte.
P. Si usted dice que lo que llamamos «yo» es imaginario, ¿qué quiere decir con «consciencia de sí»? ¿Qué «sí» puede ser consciente?
R. Sí es diferente de no sí. «Yo»… y esta mesa. Cuando dije que «yo» era imaginario, lo signifiqué en el sentido de un cuadro mental que tenemos de nosotros mismos, de lo que pensamos de nosotros mismos. Cuando diga «Uspenskiï», es un «Uspenskiï» ornamentado, hecho para que parezca lo que no es. Le atribuyo muchas cosas que no posee; no conozco su debilidad. La condición de crecimiento del «yo» real es librarse de «Uspenskiï», no identificarse con él.
P. ¿El «yo» jamás es real a no ser que esté conectado con el esfuerzo?
R. El «yo» solo puede estar en el estado de consciencia de sí, y cada momento en el trabajo de crear la consciencia de sí significa esfuerzo. Nada puede «ocurrir» por sí mismo. Si cambiamos nuestro ser, las cosas serán diferentes, pero en este estado nada puede ser diferente.
P. Me parece que la falsa personalidad es lo único que podemos adaptar a alguna circunstancia nueva; puede desempeñar un rol y tornarlo más cómodo.
R. La falsa personalidad realmente no se adapta. Adaptarse en el sentido corriente significa, más o menos, una acción controlada. La falsa personalidad reacciona de modo diferente, según lo que es, pero no puede adaptarse. Y necesariamente no torna más cómodas las cosas, usted no puede confiar en ella. Deberá entender que usted no tiene el mínimo control de la falsa personalidad. Cuando empezamos a verla, comprendemos que lo controla todo y que nada puede controlarla. De modo que a eso no puede llamarlo adaptación. Debe separar en usted lo que puede controlar y lo que no puede controlar. Lo que no puede controlar pertenece a la falsa personalidad, y lo que puede controlar pertenece a usted.
P. ¿Cómo puede tratarse la presunción de la falsa personalidad?
R. Primero, debe conocer todos sus rasgos, y luego debe pensar correctamente. Cuando piense correctamente, hallará modos de tratarla. No debe justificarla; ella vive de la justificación, e incluso de la glorificación de todos sus rasgos. En cada momento de nuestra vida, incluso en los momentos tranquilos, estamos siempre justificándola, considerándola legítima y encontrándole todas las excusas posibles. Esto es lo que llamo pensamiento equivocado. Al empezar a estudiar la falsa personalidad, empezamos a ver cada vez más la mecanicidad. Paralelamente con la comprensión de nuestra mecanicidad, estudiamos cómo salir de ella por medio de la creación de algo que no sea mecánico. ¿Cómo podemos hacerlo? Primero, debemos pensar sobre lo que queremos, separar lo importante de lo no importante. El trabajo sobre uno mismo, el deseo de conocerse y las ideas del trabajo, la lucha para crear la consciencia, no son mecánicos: de eso podemos estar seguros. Y si miramos desde este punto de vista, veremos en nosotros muchas cosas imaginarias. Estas cosas imaginarias son la falsa personalidad: las emociones imaginarias, los intereses imaginarios, las ideas imaginarias sobre nosotros mismos. Debemos comprender cuánto estamos en poder de esta falsa personalidad y de cosas inventadas que no tienen existencia real, y debemos separar en nosotros aquello de lo que realmente podemos depender, de aquello de lo cual no dependemos. Eso puede servir como comienzo.
Cuando nos conozcamos mejor, esto nos ayudará a despertar.
P. ¿Quiere decir que debemos estudiar nuestra falsa personalidad reuniendo material, observaciones?
R. Dividiéndose, no diciendo «yo» a todo. Realmente, puede usar la palabra «yo» solo en relación con la parte más consciente de usted: el deseo de trabajar, el deseo de entender, el darse cuenta de no entender, el darse cuenta de la mecanicidad; a eso puede llamarlo «yo». El «yo» empieza a crecer solo en conexión con el estudio, con el trabajo sobre uno mismo; de otro modo, no puede crecer y no hay cambio. Un «yo» permanente no sobreviene totalmente de repente. Todos los «yoes» ilusorios desaparecen poco a poco, y el «yo» real crece gradualmente cada vez más vigoroso, principalmente a través del recuerdo de sí.
El recuerdo de sí en el sentido de consciencia justa es muy bueno, pero poco a poco, cuando usted sigue, se conecta con otros intereses, con lo que usted quiere conseguir. Ahora, en un momento usted lo recuerda, y luego lo olvida por un día o una semana; pero es necesario recordarlo todo el tiempo.
P. ¿El objeto del recuerdo de sí es el descubrimiento gradual del «yo» permanente?
R. No el descubrimiento; es preparar el terreno para ello. El «yo» permanente no está allí. Debe crecer, pero no puede crecer cuando está todo cubierto con emociones negativas, identificación y otras cosas por el estilo. De modo que empiece preparando el terreno para ello.
Pero, primero que todo, como dije antes, es necesario entender qué es el recuerdo de sí, porqué es mejor recordarse, qué efecto producirá, etc. Es necesario pensar. Además, al tratar de recordarse, es necesario mantener la conexión con las otras ideas del sistema. Si uno toma una cosa y omite otra (por ejemplo, si uno trabaja seriamente sobre el recuerdo de sí sin conocer la idea de la división de los «yoes», de modo que uno se considera como uno solo —como una unidad— desde el principio), entonces el recuerdo de sí dará malos resultados e incluso puede tornar imposible el desarrollo. Hay escuelas, por ejemplo, o sistemas que, aunque no lo formulen de este modo, se basan realmente en la falsa personalidad y en la lucha contra la consciencia. Tal trabajo deberá producir ciertamente malos resultados. Al principio creará cierta clase de fuerza, pero convertirá en imposible el desarrollo de la consciencia superior. La falsa personalidad destruye o deforma la memoria.
Recordarse es una cosa que debe basarse en la función correcta. Al mismo tiempo que trabajar sobre eso, usted debe trabajar sobre el debilitamiento de la falsa personalidad. Desde el comienzo, se sugieren y explican varias líneas de trabajo, y todas deberán ir juntas. Usted no puede limitarse a hacer una cosa y no hacer otra. Todas son necesarias para crear esta combinación correcta, pero primero debe llegar el entendimiento de la lucha con la falsa personalidad. Suponga que uno trata de recordarse y no desea realizar esfuerzos contra la falsa personalidad. Entonces, todos sus rasgos entrarán en juego, diciendo: «Esa gente me disgusta», «Esto no lo quiero», «No quiero aquello», etc. Entonces eso no será trabajo sino absolutamente lo contrario. Como dije, si uno trata de trabajar de este modo equivocado, puede hacer que uno esté más fuerte que antes, pero, en tal caso, cuanto más fuerte se vuelve uno, menor es la posibilidad de desarrollo. Fijarse antes del desarrollo: ése es el peligro.
P. ¿Eso es algo contra lo cual hay que estar en guardia?
R. Ciertamente. Solo una pequeña parte de usted quiere recordarse, y las otras personalidades, o «yoes», no lo quieren para nada. Es necesario hallarlas y ponerlas al descubierto, ver cuáles son útiles para este trabajo, cuáles son indiferentes y cuáles están tan dormidas que no saben nada sobre eso. El objetivo es tener control sobre los propios «yoes», o personalidades, para poder educar una u otra, para ordenarlas de cierto modo. El «yo» que tiene el control no será uno de éstos que usted tiene ahora. Esta idea de la formación del «yo» real es importantísima; no puede formarse accidentalmente. En la mayoría de los casos nos contentamos con una idea filosófica del «yo»; creemos que lo tenemos y no nos damos cuenta de que en realidad pasamos de un «yo» a otro.
P. Al considerar los gustos y disgustos, ¿cómo se puede separar la que es personalidad real y la que es falsa personalidad?
R. Empiece comprendiendo que todo es falsa personalidad, y luego trate de averiguar cuál no lo es. No puede hacer lo segundo antes de lo primero. Primero deberá entender que todo es falsa personalidad, y cuando se convenza de eso, puede descubrir cuál es «usted». Siga observando. El trabajo comienza desde el momento en que uno comprende que uno no es. Cuando entra en todo, cuando se convierte en comprensión, entonces ése es un trabajo productivo. Pero cuando uno piensa sobre sí como «yo» (el todo), entonces no es trabajo productivo.
Deberá entender que la falsa personalidad es una cosa muy elusiva. Es una sola, no consiste en diferentes personalidades; pero, al mismo tiempo, contiene rasgos contradictorios e incompatibles, rasgos que no pueden manifestarse al mismo tiempo. De modo que eso no significa que usted puede ver la totalidad de su falsa personalidad en un solo momento.
A veces puede ver más de ella, en otras ocasiones ciertos rasgos de ella se manifiestan separadamente.
También deberá recordarse que la falsa personalidad es a menudo más bien atractiva o divertida, particularmente para otras personas que viven en sus falsas personalidades. De modo que cuando usted empiece a perder su falsa personalidad, cuando usted empiece a luchar con ella, usted no le gustará a la gente. Ésta le dirá que usted se embotó.
P. ¿Cómo se puede decir cuál no es falsa personalidad?
R. Una cosa que la falsa personalidad no puede hacer es realizar esfuerzos. Éste es el mejor modo de saber, si usted está en la duda. La falsa personalidad trata siempre de hacerlo todo tan fácil como sea posible, siempre escoge lo que requiere menos esfuerzo. Pero deberá entender que usted no podrá aprender nada ni cambiar nada sin esfuerzo. De modo que cuando encuentre un «yo» o un grupo de «yoes» que estén preparados para realizar esfuerzos, eso significa que no pertenecen a la falsa personalidad.
P. ¿Puede obtenerse una falsa personalidad nueva con respecto al sistema?
R. Si uno no piensa sobre la falsa personalidad o no la entiende, y si uno se engaña, pensando que trabaja, uno no adquirirá una nueva personalidad falsa sino que crecerá la falsa personalidad. De modo que deberá ser desalojada, si no destruida, inmediatamente después de empezar.
P. Mi idea de mí mismo me hace pensar a menudo que no soy valorizado apropiadamente y, en consecuencia, sufro debido al cuadro que tengo sobre mí mismo.
R. Muy bien, pero no piense sobre el cuadro; solo debe recordar la dirección. Puede equivocarse en sus ideas sobre usted mismo, pero eso no es importante. Solo que la dirección debe ser correcta; usted no puede ir a ninguna parte sin saber adónde va. Solo puede ver su cuadro imaginario de usted mismo desde el punto correcto, y el punto correcto es la dirección. No hay otro punto desde el cual usted pueda ver eso.
P. ¿Podría decir otra vez qué ocupa el lugar del «yo» real en la actualidad?
R. El deseo de conocer. A partir de esto, crecerá el «yo» real, si es que lo hace. Al comienzo es difícil de definir, es el objetivo. Si usted se conecta con cierto trabajo, con cierto sistema, empieza a crecer; pero no puede crecer por sí mismo meramente a través de circunstancias felices.
Es muy simple establecer que no tenemos un «yo» permanente. Trate de recordarse durante quince minutos; esto mostrará el grado de su ser. Si usted tuviera un «yo» permanente; ¡podría recordarse durante quince horas! Todo es muy simple, realmente, solo que no tenemos las llaves de nuestra máquina. Si tuviéramos las llaves, sería fácil abrirla y ver qué hay adentro, y luego separar lo imaginario de lo real. Pero tenemos que aprender hasta eso: estamos demasiado acostumbrados a lo irreal.
De modo que el tópico de nuestro estudio debe ser la falsa personalidad, que está siempre allí. Solo si usted la conoce en todas sus manifestaciones, puede separar cuál es el «yo». Estamos identificados con nuestro cuadro imaginario de nosotros mismos y ésta es una forma peligrosísima de identificación.
P. ¿Cómo puede empezarse a distinguir lo que es real?
R. Usted no puede. Pero puede distinguir lo que es irreal, precisamente del mismo modo que distingue la verdad de la mentira. No hay necesidad de filosofía; considérelo simplemente. Debemos empezar primero aplicando la discriminación a las cosas simples. La imaginación desempeña un papel importantísimo en nuestra vida, porque creemos en ella. Lo real puede crecer solo a expensas de lo imaginario. Pero en la vida corriente, lo irreal crece a expensas de lo real.
P. No entiendo la división entre trabajo y vida corriente.
R. La relación del trabajo personal con la vida es precisamente esta relación del «yo» permanente con la falsa personalidad. El trabajo es el «yo» permanente en la esencia, y la vida corriente es la falsa personalidad.
Cuando entendemos qué es el «yo» permanente, cuando usted está consciente de usted mismo y tiene control permanente, éste es el trabajo. En la actualidad vivimos en la falsa personalidad.
P. Hallo difícil ver la diferencia entre «yo» y «Señorita B».
R. Como acabé de decir, en la división de «yo» y «Señorita B», prácticamente todo es «Señorita B». «Usted» puede crecer más rápido que la «Señorita B». Solo partiendo de su interés por el sistema, porque el «yo» real no puede crecer a partir de nada más. Todo el material que hay allí, nunca llegará a nada sin estas ideas, sin este interés, porque lo mantiene en cierta línea, en cierta dirección. Al principio, usted se estudia, se observa, etc.; luego, después de algún tiempo, si trabaja, el «yo» aparecerá por un segundo de tanto en tanto, pero usted no podrá retenerlo y desaparecerá otra vez. Esto seguirá durante algún tiempo, y luego, en cierto momento, aparecerá y se quedará bastante tiempo para que usted lo reconozca y recuerde. Éste es el modo de todas las cosas nuevas: al principio llegan por momentos muy cortos, luego se quedan más tiempo. Es el modo natural del crecimiento, no puede ser de otra manera. También tenemos en nosotros demasiados impulsos de hábitos mecánicos de pensar y demasiadas otras cosas equivocadas. Aparece el «yo» real y es inmediatamente aplastado.
Cuando usted entienda más respecto de la falsa personalidad, comprenderá que está rodeado por ella. No puede ver nada sin los ojos de la falsa personalidad, no puede oír sin los oídos de la falsa personalidad, ni hablar sin la voz de la falsa personalidad. Todo va a través de la falsa personalidad, y el primer paso es conocerla, porque entonces usted sabrá cuánto de su vida ella ocupa.
P. Puesto que la falsa personalidad es imaginaria, ¿existe realmente?
R. No existe realmente, pero imaginamos que existe. Existe en sus manifestaciones, pero no como parte real de nosotros mismos. Es una combinación de «yoes» que no tienen base real, pero actúan y producen ciertos efectos. No trate de definirla, o perderá su camino en palabras, y debemos tratar con hechos. Las emociones negativas existen; sin embargo, al mismo tiempo no existen, puesto que para ellas no hay un centro real. Lo mismo ocurre con la falsa personalidad. Es una de las desgracias de nuestro estado que estamos llenos de cosas inexistentes.
Debe entender que usted no puede empezar siquiera a trabajar en el nivel en que está; tiene que cambiar primero ciertas cosas. Puede descubrir qué ha de cambiar solo como resultado de sus observaciones. A veces, esto se vuelve clarísimo, y solo entonces empieza la lucha, porque la falsa personalidad empieza a defenderse.
Debe conocer primero la falsa personalidad. Todo lo que hablamos ahora se refiere a la primera etapa: entender que no conocemos a la falsa personalidad, que a fin de conocerla debemos estudiar, que todo el trabajo que realizamos se cumple a expensas de la falsa personalidad, que todo el trabajo que podemos hacer sobre nosotros mismos significa disminuir el poder de la falsa personalidad, y que si empezamos a tratar de trabajar, dejando a la falsa personalidad sin perturbarla, a nada llegará todo el trabajo.
Lo repito otra vez: debe entender que la falsa personalidad es una combinación de todas las mentiras, rasgos y «yoes» que nunca pueden ser útiles en ningún sentido, ni en la vida ni en el trabajo: tal como las emociones negativas. Empero, la falsa personalidad dice siempre «yo» y se atribuye siempre muchas capacidades, como la voluntad, la consciencia de si, etc., y si no se la controla, permanece como un obstáculo para todo el trabajo.
De modo que uno de los primeros y más importantes factores, al tratar de cambiarse, es esta división de uno mismo en «yo» y cualquiera sea su nombre. Si no se efectúa esta división, si uno la olvida y continúa pensando en uno mismo del modo habitual, o si uno se divide de modo equivocado, el trabajo se detiene. El trabajo sobre uno mismo solo puede progresar sobre la base de esta división, pero ésta debe ser la división correcta. A menudo, ocurre que las personas efectúan una división equivocada: a lo que les gusta en sí mismas lo llaman «yo», y a lo que les disgusta, o a lo que en su opinión es débil o sin importancia, lo llaman falsa personalidad. Ésta es una división absolutamente equivocada; no cambia nada y uno sigue como era. Esta división equivocada es simplemente mentir, mentirse, que es peor que nada, porque en el momento en que uno se encuentra con la mínima dificultad, se le manifestará con discusión interior y entendimiento erróneo. Si uno usa una división equivocada, ésta no será confiable y fracasará en un momento de necesidad.
Para efectuar una división correcta de uno mismo, uno deberá entender cuál es el «yo» y cuál es «Uspenskiï», «Brown» o «Jones»; en otras palabras, cuál es la mentira y cuál es uno mismo. Como dije, aunque usted admita la posibilidad de dividirse, está obligado a llamar «yo» a lo que le gusta en usted, y «no yo» a lo que le disgusta, pues la división correcta no puede hallarse de repente; debe encontrar algunas indicaciones en conexión con el trabajo, que le ayudarán. Por ejemplo, si dice que su objetivo es estar libre, primero que todo es necesario entender que usted no es libre. Si entiende hasta qué punto no es libre y si formula su deseo de ser libre, entonces verá en usted qué parte de usted quiere ser libre y qué parte no lo quiere. Esto sería un comienzo.
P. ¿Uno puede ver la falsa personalidad sin ayuda?
R. Teóricamente, contra ella no hay nada, solo que nunca vi tal caso. Incluso con ayuda, la gente no la ve. A un hombre le puede mostrar un espejo, y aquél le dirá: «Éste no soy yo, es un espejo artificial, no un espejo real. No es un reflejo de mí».
P. ¿Cómo puede eliminarse la falsa personalidad?
R. Usted no puede eliminarla. Eso es lo mismo que tratar de cortarse la cabeza. Pero puede hacerla menos insistente, menos permanente. Si su falsa personalidad está allí durante veintitrés horas de las veinticuatro, cuando empiece el trabajo estará allí solo veintidós horas y «usted» estará presente una hora más. Si en cierto momento siente el peligro de una manifestación de la falsa personalidad y halla un modo de detenerla, con éste es con el que ha de empezar. La cuestión de la eliminación no entra para nada: está conectada con cosas absolutamente diferentes. Usted debe tener control.
P. ¿El estudio de la falsa personalidad no es analizarse? Pensé que esto era una cosa mala.
R. Hasta cierto punto es analizar. Lo que se dijo sobre abstenerse de analizar tuvo lugar en la primera plática. Dije entonces que el análisis era imposible porque no sabemos bastante. El análisis significa establecer las causas y los efectos. Por eso, al principio dije que hay que abstenerse del análisis y limitarse a observar, observar, observar, nada más, porque el tiempo para el análisis llegaría cuando se conozcan las leyes. Ahora estamos estudiando estas leyes, de modo que ciertamente usted tiene que analizar más y más. Vea, las reglas de observación y pensamiento, en la primera plática son una cosa, pero con el transcurso del tiempo cambian y se modifican. Lo que uno no puede hacer en el primer mes, ya debe hacerlo en el segundo mes. Las dificultades y posibilidades aumentan todo el tiempo. El análisis debe efectuarse cuidadosamente, cuando es necesario; no para todo. A veces es solo desperdiciar el tiempo.
P. ¿Usted diría que la falsa personalidad es a veces construida por las otras personas, por ejemplo, cuando aquéllas dicen frente a un niño que odian a los extraños?
R. Correctísimo. La falsa personalidad se construye desde muchos lados, y ciertamente, en gran medida, por las sugerencias provenientes de otras personas. Un niño recibe muchas sugerencias, especialmente acerca de sus gustos y disgustos.
P. No capto cómo encontrar los «yoes» que se oponen al trabajo. ¿Eso significa que debemos pasar los «yoes» por el cedazo para saber cuáles son?
R. Usted no debe pensar teóricamente sobre eso. Trate de descubrir qué se opone en usted a las ideas del sistema, o trate de descubrir los «yoes» (o llámelos como guste) que son indiferentes al sistema. Suponga que usted tiene ciertos gustos definidos en cuanto a comidas. Estos «yoes» interesados por las comidas no pueden interesarse por el recuerdo de sí. Entonces, hay otros «yoes» interesados por cosas opuestas al recuerdo de sí. Hay muchas cosas que usted puede hacer con placer, solo si no se recuerda, y naturalmente estos «yoes» serán muy hostiles al recuerdo de sí, porque éste solo arruina su placer. Trate de descubrirlos de ese modo. La aproximación teórica no ayudará.
P. ¿Cuál es el origen de estos grupos artificiales de «yoes»?
R. Pueden formarse por imitación, deseo de ser original, de ser atractivo, de ser admirado por la gente, etc.
P. Cuando usted encuentra un grupo de «yoes» que no quieren recordarse, ¿qué hace sobre el particular?
R. Abandónelo. Si no quiere, ¿qué puede hacer usted al respecto? Si hay grupos de «yoes» que quieren, trabaje sobre ellos. Los «yoes» que comprenden la necesidad de recordarse deberán trabajar con otros «yoes» que también quieran. No deberán perder su tiempo en persuadir a los otros «yoes».
P. ¿Es de esperar que algunos «yoes» en un hombre se asusten ante la idea de separar al «yo» del «Señor A»?
R. Ciertamente, todos los «yoes» que constituyen la falsa personalidad se asustarán, porque para ellos es la muerte. Pero usted debe entender que pueden mostrar su temor solo durante algún tiempo y, después de eso, pueden disfrazarse a fin de no morir. Puede usted pensar seriamente que ha terminado con la falsa personalidad, mientras ésta solo se está ocultando dentro de algún rasgo, preparada para aparecer. Este rasgo es siempre una debilidad. Mientras permanezca, toma toda la energía, pero puede estar muy bien disfrazada, y de esa forma puede tornarse incluso más fuerte, creciendo paralelamente con el crecimiento del «yo» real. De modo que la comprensión de la necesidad de esta división en «yo» y «Señor A» no es suficiente para destruirla. Usted debe recordar que la falsa personalidad se defiende.
P. ¿La falsa personalidad se basa en las emociones negativas?
R. Hay muchas otras cosas en la falsa personalidad, además de las emociones negativas. Por ejemplo, hay siempre hábitos mentales malos; la falsa personalidad, o partes de la falsa personalidad se basan siempre en el pensamiento equivocado. Aunque usted tiene razón hasta cierto punto; en algunos casos, si usted le saca las emociones negativas a la falsa personalidad, ésta se derrumba, porque no puede vivir sin ellas. Por el otro lado, algunas falsas personalidades pueden funcionar sobre emociones muy agradables. Hay falsas personalidades muy joviales y, de este modo, su falsa personalidad puede engañarle y hacerle creer que usted está luchando con las emociones negativas. Puede engañarle de muchas maneras diferentes.
P. ¿Todas las emociones negativas surgen de la falsa personalidad?
R. ¿Cómo podría ser de otro modo? Por así decirlo, es un órgano especial para las emociones negativas, para manifestarlas, disfrutarlas y producirlas. Recuerde que para las emociones negativas no hay un centro real. La falsa personalidad actúa para ellas como un centro.
P. ¿La identificación es siempre una manifestación de la falsa personalidad?
R. La falsa personalidad no puede manifestarse sin identificación, lo mismo que las emociones negativas y muchas otras cosas en nosotros, como toda la mentira, toda la imaginación, primero que todo, uno se identifica con la idea imaginaria propia de uno mismo. Uno dice «esto es yo» cuando no es sino imaginación. Lo mismo ocurre con la mentira: uno no puede mentir sin la identificación; sería una mentira muy pobre y nadie la creería. Por tanto, esto significa que, primero, uno debe engañarse, y luego uno puede engañar a los demás.
El estudio de la falsa personalidad es uno de los métodos más rápidos de recordarse. Cuanto más entienda su falsa personalidad, más se recordará. Lo que impide recordarse es, primero que todo, la falsa personalidad. No puede desear recordarse ni lo hace, y no desea permitir que ninguna otra personalidad recuerde. De todos los modos posibles trata de detener el recuerdo de sí, asume alguna forma de sueño, y la llama recuerdo de sí. Entonces está sumamente feliz. Usted no debe confiar en su falsa personalidad: en sus ideas, sus palabras, sus acciones. Puede destruirla, pero usted puede tornarla pasiva durante algún tiempo y luego, poco a poco, puede debilitarla más.
P. ¿Usted dijo que uno no debe confiar en nada conectado con la falsa personalidad, pero que ésta parece ser todo lo que hay?
R. Eso no puede ser así. Hay una sola cosa: usted, y hay «yoes» imaginarios. Usted es lo que realmente es; y debe aprender a distinguirlo. Puede ser muy pequeño, muy elemental, pero ha de poder hallar en usted algo suficientemente definido y sólido. Si somos enteramente una falsa personalidad, entonces no ocurre nada. Hay personas que son solo falsa personalidad. Estas personas no se estudiarán porque sentirían miedo de ver lo que son. La falsa personalidad no gusta de eso para nada. Por lo general, si empiezan, muy pronto abandonan, lo explican de algún modo, pues son incapaces de continuar con el estudio de sí. Pero si uno tiene la energía para seguir estudiando la falsa personalidad, esto demuestra que uno tiene algo además de ella. Como dije antes, este trabajo es todos los días, no una vez por mes o una vez por año. Es un examen de todos los días.
P. ¿Usted diría que la falsa personalidad está más inclinada a abandonarlo a uno a medida que envejece?
R. No. Si usted hace algo contra ella, crece. Los gustos pueden cambiar, pero ella crece. Éste es el único «desarrollo» que ocurre en la vida mecánica. La falsa personalidad es la parte más mecánica de nosotros: tan mecánica que para ella no hay esperanza. De modo que no hay que permitirle que entre en el trabajo.
P. ¿Presumiblemente, la gente realmente grande, los santos por ejemplo, vencen a la falsa personalidad?
R. Eso depende del grado. Los santos describen a los demonios con los que han de luchar. Todos los demonios viven en la falsa personalidad.
P. ¿Cómo puedo recordar mi comprensión de que mucho sufrimiento emocional está en la falsa personalidad?
R. Solo recordándose. El sufrimiento es la mejor ayuda posible para recordarse si usted aprende cómo usarlo. Por sí solo no ayuda; uno puede sufrir toda la vida y no conseguir un minúsculo resultado, pero si uno aprende a usar el sufrimiento, éste resultará de ayuda. En el momento en que sufra, trate de recordarse.
P. Hay dos clases de sufrimiento: uno se debe a ver mi propia mecanicidad y debilidad; y el otro es el sufrimiento de ver enfermo o desdichado a alguien a quien se le tiene afecto. ¿Cómo trabajar contra eso o usarlo para el trabajo?
R. La cuestión es: ¿usted puede hacer algo o no? Si puede, puede, pero si no puede, eso es otra cosa. Si empezamos sufriendo por todo lo que no podemos remediar, entonces con seguridad jamás cesaremos de sufrir. Lo principal es descubrir cuánta imaginación hay en eso. Podemos estar perfectamente seguros de que no hay ninguna, pero si hacemos un esfuerzo más, a menudo vemos que todo eso es imaginario. Tenemos un cuadro equivocado de nosotros mismos, y al mismo tiempo, a este cuadro le atribuimos rasgos reales. Pero si este cuadro es falso, entonces todo acerca de él está obligado a ser falso, y su sufrimiento es también falso. Puede ser muy agudo, pero esto no hace diferencia alguna. El sufrimiento imaginario es por lo general más desagradable que el real, porque con el sufrimiento real usted puede hacer algo, pero con el sufrimiento imaginario usted no puede hacer nada. Solo puede librarse de él, pero si usted se encariñó con él o está orgulloso de él, entonces tiene que guardárselo.
P. Aún no veo cómo empezar a entender la falsa personalidad.
R. Usted debe saber qué es, ubicarla, por así decirlo; éste es el primer paso. Debemos comprender que toda identificación, que toda consideración, que todas las mentiras, las mentiras para con uno mismo, todas las debilidades, todas las contradicciones, sean vistas o no, todas éstas son falsa personalidad. Se parece a una raza canina especial. Si usted no la conoce, no puede hablar de ella. Incluso ver pedacitos de ella ya es más que bastante, pues cada partecita de ella es del mismo color. Si usted ve a este perro una sola vez, siempre lo conocerá. Ladra de un modo especial, camina de un modo especial…
Al comienzo, usted no puede saber cuál es el «yo» y cuál es la falsa personalidad. La que llama «yo» es una estructura complicada, y por ende es falsa personalidad. No puede saberlo todo sobre uno y otra; pero si, de un lado toma algo de lo que usted no tiene duda de que es falso, y, del otro, algo de lo que no tiene duda que es verdadero, puede compararlos.
P. A veces me observo identificando o considerando, y descubro que obro así debido a un cuadro que tengo de mí mismo. ¿De este modo puedo llegar a conocer a la falsa personalidad y observándola, debilitarla?
R. Sí, es el único modo, pero solo si usted no se cansa de ello, porque, al principio, muchas personas comienzan ávidamente, pero pronto se cansan y empiezan a usar al «yo» indiscriminadamente sin preguntarse: ¿«cuál yo»? Nuestro principal enemigo es la palabra «yo», porque, como dije, realmente no tenemos derecho a usarla en condiciones corrientes. Mucho después, tras largo trabajo, podemos empezar a pensar en el grupo de «yoes» que corresponden al Submayordomo como «yo». Pero en condiciones corrientes, cuando usted dice: «No me gusta», debe preguntarse: ¿Cuál de mis «yoes» no gusta? De este modo, usted se recuerda constantemente esta pluralidad. Si olvida una vez, será más fácil olvidar la próxima vez. En el trabajo hay muchos buenos comienzos, y luego, después de algún tiempo, esto se olvida y la gente empieza a deslizarse hacia abajo y, al final, se vuelve más mecánica que antes. El comienzo del conocimiento de sí es entender quién habla en usted y en quién debe usted confiar.
P. ¿La propia capacidad para el trabajo aumenta en igual proporción a como uno es capaz de debilitar la falsa personalidad?
R. El trabajo empieza con la lucha contra la falsa personalidad. Todo lo que uno puede conseguir, lo consigue a expensas de la falsa personalidad. Después, cuando ésta se torna pasiva, uno puede conseguir mucho a expensas de otras cosas, pero durante largo tiempo uno tiene que vivir, por así decirlo, de la falsa personalidad. La falsa personalidad es dificilísima de descubrir en la vida corriente, porque, puesto que contra ella no hay acción, tampoco hay resistencia. Pero cuando una persona empieza a trabajar, aparece la resistencia al trabajo, y esta resistencia es la falsa personalidad.
P. ¿La falsa personalidad no puede interesarse, o ser atraída, por las ideas del sistema?
R. Sí, muchísimo. Solo que entonces usted tendrá al sistema a la luz de la falsa personalidad, y sería un sistema absolutamente diferente. En el momento que la falsa personalidad toma el sistema para sí, aquélla solo crece más fuerte y debilita al sistema para usted. Añade aquí una palabra y otra allá, y usted no puede imaginar de qué forma extraordinaria algunas de las ideas retornan a mí. Una palabra omitida de alguna formulación puede tornar a una idea en absolutamente diferente. La falsa personalidad siempre conoce mejor y está siempre plenamente justificada al hacer lo que le gusta. Es aquí donde está el peligro.
El sistema significa todo lo que se dice, en el sentido en que se dice. Si uno lo corrige, consciente o inconscientemente, entonces no puede llamarse el sistema: será un seudosistema, una falsificación del sistema. En el momento en que se vuelve incorrecto o se olvida o desecha algo, dará resultados erróneos.
P. Formulo estas preguntas porque a veces dudo de que sea genuino mi interés por el trabajo: tal vez me esté mintiendo a mí mismo.
R. Solo usted puede responder eso; y además, solo si usted no olvida los principios fundamentales y dice «yo» acerca de algo que es solo uno de los «yoes». Debe lograr conocer a los otros «yoes» y recordar acerca de ellos. Olvidarse acerca de esto es peligrosísimo, porque luego, un golpe, un leve cambio en algo puede bastar para equivocarlo todo.
Hasta ahora, cuando hablamos sobre el hombre, lo hicimos sobre los rasgos humanos generales, comunes a todas las personas. Pero en cierto momento del trabajo, además de entender los principios generales, uno debe tratar de descubrir sus propias peculiaridades, pues uno no puede conocerse a los fines prácticos si solo conoce las características generales. Cada hombre tiene sus propios rasgos individuales, sus propias debilidades cuando es incapaz de resistir las cosas que le ocurren. Estos rasgos o debilidades pueden ser muy simples o muy complicados. Un hombre puede ser capaz de resistirlo todo, excepto la buena comida; otro, todo, excepto la charla, o puede ser perezoso, o demasiado activo. En cierta etapa del estudio de sí es importantísimo descubrir el propio rasgo principal, lo cual significa la debilidad principal. Las principales debilidades de las personas son muy diferentes, y si podemos resistir algo que otro hombre no puede resistir porque sucede que ése es su rasgo principal, esta diferencia en las debilidades nos da la ilusión de que podemos «hacer». El rasgo principal o la debilidad principal está en la falsa personalidad. En algunos casos es posible ver claramente uno, dos o tres rasgos o tendencias, a menudo entrelazados, que entran en todo como un eje en torno del cual gira todo. Éste es el rasgo principal. Nuestro Idioma con frecuencia no tiene palabras ni formas para describirlo y solo se lo puede indicar de un modo indirecto. Es interesante que uno descubre difícilmente su propio rasgo principal, porque uno está en él, y si a uno se lo dicen, habitualmente no lo cree. Pero podemos descubrir qué hay muy junto a él, aunque no se trate de él.
A veces es útil reunir opiniones de amigos sobre uno mismo, pues esto ayuda a menudo a descubrir los propios rasgos. Es importantísimo averiguar qué crea obstáculos a nuestro trabajo. Hasta que uno lo descubrió, un rasgo principal significa pérdida constante de energía, de modo que debemos descubrir esta pérdida y detenerla.
P. ¿Uno puede hallar siempre el rasgo principal por sí mismo?
R. En cierto momento del trabajo organizado, ese rasgo saldrá, o se lo dirán a usted. Pero si se lo dicen, no lo creerá. O a veces es tan evidente que es imposible negarlo, pero con la ayuda de los amortiguadores uno puede olvidarlo nuevamente. He conocido personas que dieron un nombre a su rasgo principal y por algún tiempo lo recordaron, y luego lo olvidaron. Usted debe acercarlo a usted. Cuando lo sienta usted mismo, lo conocerá. Si solo se lo dijeron, puede olvidarlo fácilmente. Cuando usted halla muchas manifestaciones de su falsa personalidad, puede hallar su propio rasgo.
P. ¿Eso es lo que usted llama amortiguadores?
R. No, pero los amortiguadores ocultan al rasgo principal; éste es ayudado por los amortiguadores.
P. Si averiguamos nuestros rasgos principales, ¿podemos corregirlos? Usted dijo que no podemos cambiar nada.
R. En el sentido corriente, no podemos. Pero aquí esto significa usar el resultado de la experiencia y del conocimiento que no pertenece a la vida corriente.
P. Pero un hombre corriente también cambia.
R. Por supuesto que cambia, se torna más mecánico, más estricto, más rígido. Puede haber excepciones, pero, como regla general, las cosas no progresan en la vida corriente. Las personalidades cambian, particularmente si cambian las circunstancias, pero es un cambio mecánico, accidental. A menudo basamos nuestra opinión en excepciones, ya sea que las observemos correcta o equivocadamente. Las excepciones son más fáciles de notar que las reglas.
P. Habiendo observado cierta tendencia en uno mismo, uno decide que eso no sucederá.
R. Habitualmente, después que uno lo decidió, eso sigue sucediendo. O si no sucede, por lo general aparece en su lugar otra tendencia. Como regla general, solo una cosa detiene las cosas: el temor.
P. ¿Los rasgos principales varían durante la vida?
R. Si están claramente delineados, siguen a lo largo de toda la vida.
P. Empero, puedo ver cosas que tuve, que ahora no existen.
R. Posiblemente. Nuestro conocimiento de nosotros mismos es muy defectuoso. Uno puede observar muchas cosas en la vida y cometer grandes errores, si uno no sabe cómo verificarlos. Y generalmente, como dije, es difícil ver el rasgo principal.
P. ¿Podría decirme cuál es mi rasgo principal?
R. No pienso así. Vea, esto no es necesario para empezar a trabajar. Al comienzo, lo que es importante no es el rasgo principal mismo sino qué es lo que éste produce, y que usted pueda estudiar en la forma de las actitudes. No conocemos nuestras actitudes porque jamás pensamos sobre nosotros del modo correcto. Tenemos demasiadas ideas imaginarias. Lo que debemos estudiar ahora es:
Éstos son todos resultados del rasgo principal o de los rasgos principales, pues puede haber dos o tres rasgos que son los más importantes, no necesariamente uno solo. Piense acerca de la falsa personalidad; ésta es absolutamente suficiente, a los fines prácticos. Como teoría, la falsa personalidad en la mayoría de los casos gira en torno de un eje, y ese eje es el rasgo principal. Si un hombre tiene una gran debilidad, desde un punto de vista es una ventaja, porque si puede vencer este rasgo o debilidad, de una zancada puede lograr muchas cosas. Es una ventaja cuando las cosas se concentran, juntándose muchas cosas en un solo punto. Entonces, los esfuerzos en este punto producen resultados mejores que si uno trabaja en diferentes puntos. Pero el rasgo principal no es siempre definible. A veces, usted puede poner su dedo en él, a veces no; en una persona puede verlo, en otra no. Pero a la falsa personalidad usted puede verla.
P. ¿El rasgo principal es comida para la falsa personalidad?
R. El rasgo principal no es comida, Es falsa personalidad; es algo sobre lo cual se basa la falsa personalidad y que entra en todo.
P. ¿El rasgo principal siempre toma decisiones en los momentos importantes?
R. Ésta es la mejor definición de eso: que siempre toma decisiones. En conexión con el rasgo principal, es mejor pensar primero en líneas generales: porqué usted llegó al sistema, qué quiere del sistema. A menudo sucede que las personas acuden a las pláticas durante años y olvidan porqué vinieron. Si usted recuerda por qué vino, el sistema puede responder sus preguntas, pero no sin eso. Ahora puede recordar acerca de la mecanicidad; puede olvidar acerca de la agudísima convicción en toda persona de que puede «hacer» y que si no puede hacerlo es porque no pensó en ello o no lo deseó. Es necesario luchar con esta idea y entender que somos mecánicos, que no podemos hacer nada, que estamos dormidos, que tenemos muchos «yoes»: todas estas cosas. Esto le ayudará a ver la falsa personalidad, pues todas estas cosas nos las atribuimos como ejemplos normales de la imaginación. Y la personalidad imaginaria, o falsa personalidad, es el rasgo principal para todos.
P. ¿La falsa personalidad es siempre egoísta?
R. Si piensa sobre usted como falsa personalidad y trata de descubrir qué no lo es, puede estar muy seguro que todo lo que es egoísta es falsa personalidad. Pero cuanto más piense sobre eso, menos lo verá. Puede aparecer muy desinteresado, y ¡eso es lo peor de todo!
P. ¿Hay muchas variedades de rasgo principal?
R. Hay variedades extrañas y hay variedades clásicas. Un rasgo muy común, descrito en muchos lugares del Nuevo Testamento, es cuando vemos las culpas de los demás pero no las propias. Entonces son muy comunes ciertas clases de autoconmiseración. Y también hay curiosas combinaciones para las que a veces es difícil encontrar una definición psicológica.
P. ¿Recordarse es el único modo de derrotar al rasgo principal?
R. Sin recuerdo de sí, no podemos hacer nada. Es el único modo.
P. ¿No es posible tener diferentes rasgos cuando uno está con personas diferentes?
R. No, éstos son roles. Los rasgos no cambian tan rápidamente.
P. ¿Culpar a los demás es un rasgo?
R. Puede ser un rasgo. ¿Pero en qué se basa? En la falta de entendimiento. Si usted empieza a estudiar psicología, descubre que todas las causas están en usted mismo; no puede haber causas fuera de usted. No se acuerda de esto con bastante frecuencia. Una pequeña parte entiende que las causas están en usted, pero la parte mayor continúa acusando a los demás. En el fondo de cada emoción negativa favorita hallará la autojustificación que la alimenta. Primero debe detenerla en su mente, y luego, después de algún tiempo, será capaz de detenerla también en la emoción. La falta de entendimiento es la primera causa, la falta de esfuerzo es la segunda causa.
P. ¿Usted dijo que la pereza puede ser un rasgo principal?
R. Para algunas personas la pereza es tres cuartas partes de sus vidas o más. A veces, la pereza es importantísima y es el rasgo principal de la falsa personalidad, y entonces todo el resto depende de la pereza y sirve a la pereza. Pero usted debe recordar que hay diferentes clases de pereza. Es necesario hallar estas diferentes clases observándose y observando a los demás. Por ejemplo, hay personas muy ocupadas que siempre están haciendo algo, y sin embargo su mente puede ser perezosa. Esto sucede más a menudo que todo lo demás. La pereza no es solo desear sentarse y no hacer nada.
P. ¿Cuál es el mejor modo de luchar con la falsa personalidad?
R. Haga siempre algo que no le guste a la falsa personalidad y muy pronto hallará más cosas que a ella no le gustan. Si continúa, ella se irritará cada vez más y se mostrará cada vez más claramente, de modo que pronto no habrá problema con eso.
Pero, primero, su lucha deberá basarse en conocer: usted debe conocer sus rasgos, descubrir qué le desagrada en particular. A una falsa personalidad le desagrada una cosa, a otra le desagrada otra. Usted debe tener, en usted mismo, bastante fuerza contra ella.
Hablemos ahora sobre la relación de la falsa personalidad con las otras partes del hombre. En cada hombre, a cada momento, su desarrollo procede por lo que puede llamarse una Tríada Estática. Esta tríada puede llamarse estática porque las cosas en el ápice del triángulo están siempre en el mismo lugar y actúan como fuerza neutralizadora mientras las otras fuerzas cambian muy lentamente.
El hombre se divide en cuatro partes: cuerpo, alma, esencia y personalidad. Ya hemos hablado de la esencia y la personalidad. El término «alma» se usa en el sistema en el sentido de principio vital. El alma puede describirse como una nube de finas materias o energías conectadas juntas y ligadas al cuerpo físico. Mientras esté en el cuerpo físico, el cuerpo está vivo, y el cuerpo y el alma constituyen una sola cosa. Cuando se separan, decimos que el cuerpo muere. Es esto lo que distingue un pedazo de carne muerta de la carne viva. Cuando un centro está trabajando bien, el alma se concentra allí. Pero en el hombre corriente, el alma no tiene cualidades psíquicas, ni le es de utilidad alguna que conozca algo más acerca de eso. Solo le digo esto desde un punto de vista teórico; es simplemente material, aunque de una materialidad más fina que el cuerpo.
Este diagrama puede ser útil, porque muestra lo que somos, si podemos verlo. Muestra los cambios en nuestro desarrollo, lo que somos ahora y lo que podemos llegar a ser. Cuando aprendamos a usar este diagrama, le ayudará a determinar las etapas definidas en el trabajo.
El primer triángulo muestra el estado del hombre en la vida corriente; el segundo muestra su estado cuando empieza a desarrollarse. Hay largos períodos entre el estado mostrado en el primer triángulo y el estado mostrado en el segundo triángulo, y aún más largos entre ellos y el tercer triángulo. En realidad hay muchas etapas intermedias, pero estas tres son suficientes para mostrar el modo de desarrollo en relación con la falsa personalidad.
Es necesario recordar que ninguno de estos estados es permanente. Cualquiera de ellos puede durar media hora y, luego, puede sobrevenir otro estado, luego nuevamente un estado diferente. El diagrama solo muestra cómo marcha el desarrollo.
Sería posible continuar el diagrama más allá del «yo» permanente, porque el «yo» permanente tiene a su vez muchas formas.
La tríada está constituida por el cuerpo, el alma y la esencia en el ápice. En el segundo punto está el «yo», tomado en el sentido de muchos «yoes» que son la misma persona, es decir, todos los sentimientos y sensaciones que no forman una parte de la falsa personalidad. El tercer punto del triángulo es sostenido por la falsa personalidad, es decir, por el cuadro imaginario de uno mismo.
En un hombre corriente, la personalidad se llama «yo» y es activa, pero después de algún tiempo, si el hombre es capaz de desarrollo, el centro magnético empieza a crecer en él. Puede llamarla «intereses especiales» «ideales», «ideas» o algo por el estilo. Cuando empieza a sentir este centro magnético, halla en sí mismo una parte separada, y desde esta parte empieza su crecimiento. Este crecimiento puede tener lugar solo a expensas de la falsa personalidad, porque la falsa personalidad no puede aparecer al mismo tiempo que el centro magnético. Cuando el centro magnético es activo, la falsa personalidad es pasiva, pero cuando la falsa personalidad es activa, el centro magnético es pasivo.
Si el centro magnético se forma en un hombre, éste puede encontrar una escuela, y cuando aquél empieza a trabajar, deberá hacerlo contra la falsa personalidad. Esto no significa que la falsa personalidad desaparezca, solo significa que no está presente siempre. Al comienzo, está presente casi siempre, pero cuando el centro magnético empieza a crecer desaparece, a veces durante media hora, a veces incluso durante un día. Luego retorna ¡y se queda durante una semana!
Cuando la falsa personalidad desaparece durante breve tiempo el yo se torna más fuerte, solo que no es realmente el «yo», es muchos yoes. Cuanto más largos sean los períodos durante los cuales la falsa personalidad desaparece, más fuerte se torna el «yo» compuesto por muchos yoes.
El centro magnético puede transformarse en Submayordomo y cuando el Submayordomo adquiere el control de la falsa personalidad transfiere todas las cosas innecesarias al lado de la falsa personalidad y solo las cosas necesarias permanecen en el lado del «yo». Entonces en una etapa ulterior aún, puede ser que el «yo» permanente llegue al lado del yo junto con todo lo que le pertenece. Entonces, los muchos «yoes» estarán en el lado de la falsa personalidad, pero no podemos decir mucho de eso ahora. Estará el «yo» permanente con todo lo que le pertenece pero no sabemos qué le pertenece. El «yo» permanente tiene funciones absolutamente diferentes, un punto de vista absolutamente diferente de todo aquello a lo que estamos acostumbrados.
El nombre «yo permanente» no es muy afortunado, porque no es permanente por largo tiempo; solo llega y se queda cuando es necesario y cuando no es necesario se marcha nuevamente. De modo que es mejor decir el yo real. Cuando este «yo» llega, controla a los otros «yoes». Puede controlarlo todo de un modo que ningún «yo» existente puede hacerlo por lo que es absolutamente nuevo en un sentido. Pero cuando este «yo» único llega, eso no significa que se quede. Primero, puede ser que no sea necesario para él quedarse, porque los «yoes» más pequeños deberán aprender también a actuar del modo correcto. Segundo, necesita trabajo muy intenso, y si el trabajo afloja, no puede quedarse. Por lo que hay muchas condiciones para su presencia, pero si usted experimenta su gusto estando allí una vez, conocerá muchas cosas y estará seguro de muchas cosas que ahora solo puede suponer.
La Tríada Estática muestra que el trabajo personal o la degeneración continúan en relación con las diferentes manifestaciones de la falsa personalidad, pero que el cuerpo, el alma y la esencia siguen siendo los mismos todo el tiempo. Después de algún tiempo, ellos también serán afectados, pero no entran en las etapas iniciales. El cuerpo seguirá siendo el mismo cuerpo, la esencia cambiará después, pero esto no entra al comienzo del trabajo. Según este sistema, la esencia entra solo en la medida en que se mezcla con la personalidad. No la tomamos separadamente porque, como ya expliqué, no tenemos medios para trabajar sobre la esencia aparte de la personalidad.
P. ¿Este diagrama implica que el cuerpo y la esencia acuden a veces al lado de la falsa personalidad, y a veces al otro lado, según lo que está más arriba?
R. No. Si el cuerpo y la esencia son normales, son imparciales y no ocupan un lugar o el otro. Pero si en ellos hay algo mal, están del lado de la falsa personalidad. Pero eso no entra en nuestra conversación; los consideramos una fuerza permanente. El cambio tiene lugar en los otros dos puntos de la tríada.
P. ¿Este diagrama significa que el Submayordomo empieza a ocupar el lugar del centro magnético cuando uno empieza el trabajo de la escuela?
R. Como expliqué mucho antes, el Submayordomo no llega directamente del centro magnético, primero ha de transformarse en diferentes cosas. Lo primero que muestra el crecimiento correcto de algo en el lugar del centro magnético es la valoración: el entendimiento del trabajo. Hay un largo camino entre uno y otro. En el diagrama se los muestra siguiéndose uno al otro, pero esto no significa que uno siga al otro inmediatamente: hay millas y millas aparte, y hay cientos de transformaciones.
P. ¿Qué es lo que hace que el «yo» empiece a desarrollarse y la falsa personalidad trate de desvanecerse?
R. Todos los cambios suceden en el tiempo. En la vida corriente, la falsa personalidad está allí todo el tiempo. Luego, en el tiempo, disminuirá y se volverá menos importante, ocupará menos tiempo. (Esto se muestra en la segunda etapa del diagrama, donde la falsa personalidad se volvió pasiva y los muchos «yoes» que rodean al centro magnético se volvieron activos). Usted no puede distinguir a la falsa personalidad en el sentido de tamaño, pero puede disminuirla en el sentido de tiempo. Tome veinticuatro horas: ¿cuántas horas pertenecen a una y cuántas a la otra? Todo lo que cambia en nosotros, cambia de este modo.
P. Hasta ahora tuve la impresión de que la falsa personalidad era la colección de todos los muchos «yoes». Este diagrama me oscureció un poco las cosas.
R. Entre estos muchos «yoes», hay algunos «yoes» útiles y muchos «yoes» pasivos que pueden ser el comienzo de otras personalidades. La falsa personalidad no puede desarrollarse; está toda equivocada. He aquí por qué dije que todo el trabajo debe ser contra la falsa personalidad. Si uno fracasa en su propio trabajo, es porque no prestó bastante atención a la falsa personalidad, no la estudió, no trabajó contra ella. La falsa personalidad está constituida también por muchos «yoes», pero todos son imaginarios.
P. No entiendo qué quiere decir con «yoes» pasivos.
R. «Yoes» pasivos son los «yoes» que son controlados por otros «yoes» activos. Por ejemplo, las buenas intenciones pueden ser controladas por la pereza. La pereza es activa, las buenas intenciones son pasivas. El «yo» o la combinación de «yoes» en el control es activo; los «yoes» que son controlados o conducidos son pasivos. Entiéndalo con total simplicidad.
Este diagrama representa un estado, luego un estado levemente diferente, y de nuevo un estado diferente. Con la ayuda de este diagrama podrá ver tres estados diferentes del hombre que comienzan desde el más elemental. En el estado más elemental, la falsa personalidad es activa y el «yo» es pasivo. El cuerpo, el alma y la esencia siempre permanecen neutralizando. Cuando después de muchas etapas, llega el «yo» permanente, el «yo» se vuelve activo, muchos «yoes» se vuelven pasivos, y la falsa personalidad desaparece. Pueden dibujarse muchos diagramas diferentes entre estos dos extremos, y más allá de eso, hay varias posibilidades.
P. ¿En la Tríada Estática hay un lugar en el que un grupo de «yoes», no conectados con el centro magnético, son activos y la falsa personalidad, pasiva?
R. Cuando dije que ciertos grupos de «yoes» o personalidades se vuelven activos, me referí a los que están centrados en torno del centro magnético. Primero el centro magnético mismo, y luego aquellos «yoes» que se proyectan en torno del centro magnético están opuestos a la falsa personalidad. Luego, en cierto momento, el centro magnético se vuelve activo y la falsa personalidad, pasiva. El centro magnético es una combinación de cierto grupo de intereses o gustos. No le conduce a usted, pues conducir significaría progreso, mientras que usted permanece en un solo lugar. Pero cuando las cosas llegan, entonces con la ayuda del centro magnético, usted puede ver cuál es cuál, o si le gusta o le disgusta una cosa. Usted puede efectuar una elección. Antes que uno entre en el trabajo, el centro magnético es cierto punto que ha de transformarse en cierto grupo de intereses. Cuando uno encuentra el trabajo, el centro magnético se interesa por el trabajo de la escuela, y luego desaparece como centro magnético, porque el centro magnético es una cosa débil, y se transforma en lo que puede llamarse la personalidad del «trabajo». Este diagrama tiene el propósito de describir las etapas iniciales del trabajo y por ello coloqué unas poquísimas combinaciones que podrían mostrarse. Por ejemplo, en una de las etapas iniciales podemos dibujar una tríada con el cuerpo, el alma y la esencia en el ápice, la falsa personalidad en un lado, y, en el otro, muchos «yoes», ya divididos en ciertos grupos. Uno de estos grupos es el centro magnético, pero hay otros grupos, tal vez no agregados, pero todavía no hostiles al centro magnético, que pueden existir y eventualmente desarrollarse en algo mejor. Los grupos de «yoes» que son siempre hostiles y siempre dañinos son la falsa personalidad.
P. ¿El cambio de una forma de la Tríada Estática a otra forma depende del cambio del ser?
R. Sí, cada pequeño cambio es cambio del ser, aunque esta expresión se aplica generalmente a cambios mayores, más serios. Cuando hablamos sobre el cambio del ser, hablamos sobre el cambio de los hombres N.º 1, N.º 2 y N.º 3 al hombre N.º 4, por ejemplo. Éste es el cambio del ser, pero por supuesto este gran salto consiste en pequeños saltos. La Tríada Estática es meramente un diagrama auxiliar. Lo representa a usted. Muestra el estado de su ser, lo que usted es en un momento dado, y le ayuda a describirse todas las etapas que usted atraviesa desde la existencia mecánica corriente hasta el desarrollo. De este modo, usted no lo describe con palabras sino que da un cuadro completo de él.
Nuestro objetivo es volvernos uno solo, tener un solo «yo» permanente. Pero al comienzo, el trabajo significa dividirse cada vez más. Usted debe comprender cuán lejos está de ser uno, y solo cuando usted conozca todas estas fracciones de usted mismo, podrá empezar el trabajo sobre uno o algunos «yoes» principales en torno de los cuales puede construirse la unidad. Sería un entendimiento erróneo unificar todas las cosas que usted puede hallar ahora en usted mismo. El nuevo «yo» es algo que ahora usted no conoce; crece de algo en lo que usted puede confiar. Al principio, al separar de usted la falsa personalidad, trate de dividirse en lo que podemos llamar confiable y lo que halla inconfiable.
Cuando se halle en un estado de duda, recuerde tratar de educar otros «yoes» que tienen cierta valoración. Éste es el único modo de vencer las dudas. A fin de desarrollarse, usted debe tener alguna capacidad de valoración. La única aproximación práctica es pensar en los diferentes lados de usted y encontrar los lados que puede trabajar y los lados que no puede trabajar. Algunas personas tienen valores reales, algunas tienen valores falsos, y algunas no tienen valores para nada. Lo mismo ocurre con los «yoes».
Las personas pueden pasar sus vidas estudiando sistemas y palabras de sistemas, sin llegar jamás a cosas reales. Tres cuartas partes o nueve décimas partes de nuestro conocimiento corriente realmente no existen: solo existen en la imaginación. Pero este trabajo debe ser práctico desde el principio.
Debe entender que, sin trabajo, sin el sistema, uno no puede hacer nada. Si uno empieza a trabajar, tiene una posibilidad. Pero incluso en el trabajo hay peligros, pues si las personas piensan que pueden hacer algo, y al mismo tiempo rehúsan trabajar en la adquisición del control, si se mantienen teóricas demasiado tiempo y no comprenden que no es posible ninguna clase de cambio sin grandes esfuerzos, si siguen desechando estos esfuerzos hasta mañana, entonces esta vacilación continua empieza a producir un efecto, y después de algún tiempo, llega un momento peligroso. No llega al comienzo, sino solo si durante largo tiempo uno sigue sin realizar suficientes esfuerzos o sin hacer nada seriamente. Entonces, en vez de uno solo, uno puede partirse en dos, de modo que todos los rasgos y todas las personalidades se dividen en dos grupos: una parte útil para el trabajo y que ayuda al trabajo personal, y otra parte indiferente o incluso inamistosa. Estos dos grupos pueden continuar existiendo juntos, tratando de no surgir al mismo tiempo; uno puede llegar por la mañana, el otro por la tarde. Éste es un peligro real, porque si dos partes empiezan a formarse de este modo, la indiferencia de una arruina el resultado del trabajo de la otra y, de esta manera, se detiene el desarrollo. Esta segunda parte no requiere necesariamente que sea mala o antagónica respecto al trabajo, sino solo débil, y la debilidad y la fortaleza no pueden crecer al mismo tiempo. De modo que es necesario luchar muy rápida y despiadadamente contra eso; de lo contrario, puede conducir a una doble cristalización.
P. ¿Uno sabría si estos dos grupos de personalidades se estuvieran formando en uno solo?
R. Si uno aprende a observarse, uno puede descubrir cuándo eso empieza a ocurrir, y entonces no debe permitir que siga durante demasiado tiempo, porque cada día se volverá más y más difícil luchar contra eso. Pero se manifiesta de manera diferente en los distintos casos.
P. ¿Ése es el caso de adquirir un montón de conocimiento sin entender?
R. No. Incluso entender es posible en tal caso, solo que sin acción. Vea, ni siquiera el conocimiento ni el entendimiento pueden ayudar si uno no trabaja sobre el ser. Si la voluntad no crece al mismo tiempo, uno puede entender y ser incapaz de hacer nada. Si las personas esperan demasiado tiempo sin realizar serios esfuerzos ni tomar serias decisiones, pueden tener el comienzo de esta doble cristalización. Entonces no podrán obtener resultados en su trabajo, y, después de un tiempo, pueden incluso obtener resultados equivocados.