En este sistema, que estudia al hombre como un ser incompleto, se pone particular énfasis sobre el estudio de sí, y en este sentido la idea del estudio de sí se conecta necesariamente con la idea de mejoramiento. Como somos, podemos usar muy poco nuestros poderes, pero el estudio los desarrolla. El estudio de sí empieza con el estudio de los estados de la consciencia. El hombre tiene el derecho de ser consciente de sí, incluso tal como es, sin cambio alguno. La consciencia objetiva requiere en él muchos cambios, pero él puede tener ahora la consciencia de sí. Empero no la obtuvo, aunque piense que la tiene. ¿Cómo comenzó esta ilusión? ¿Por qué el hombre se atribuye consciencia de sí? Se la atribuye porque es su estado legítimo. Si no es consciente de sí, vive debajo de su nivel legítimo, usa solamente una décima parte de sus poderes. Pero en la medida en que se atribuya lo que es solo una posibilidad, no trabajará para el logro de este estado.
A continuación surge la pregunta: ¿Por qué el hombre no posee la consciencia de sí si tiene para ello todos los arreglos y órganos necesarios? La razón de esto es su sueño. No es fácil despertar, pues hay muchas causas del sueño. A menudo se formula la pregunta: ¿Todas las personas poseen la posibilidad de despertar? No, no todas: poquísimas son capaces de comprender que están dormidas, y de hacer los esfuerzos necesarios para despertar. Primero, el hombre debe estar preparado, debe entender su situación; segundo, debe tener bastante energía y un deseo suficientemente fuerte para poder salir.
En toda esta extraña combinación que es el hombre, lo único que puede cambiarse es la consciencia. Pero primero debe comprender que es una máquina, de modo que pueda ajustar algunos tornillos, aflojar otros, etc. Debe estudiar; he aquí donde comienza la posibilidad del cambio. Cuando comprenda que es una máquina, y cuando sepa algo acerca de su máquina, verá que ésta puede trabajar en diferentes condiciones de consciencia y, de ese modo, tratará de darle mejores condiciones.
En este sistema nos dijeron que el hombre tiene la posibilidad de vivir en cuatro estados de consciencia pero que, como es, vive solo en dos. También sabemos que nuestras funciones se dividen en cuatro categorías.
De manera que estudiamos las cuatro categorías de las funciones en los dos estados de consciencia. Al mismo tiempo, comprendemos que suceden vislumbres de consciencia de sí, y que lo que nos impide tener más vislumbres de éstas es el hecho de que no nos recordamos: estamos dormidos.
La primera cosa necesaria en un estudio serio de uno mismo es entender que la consciencia tiene grados. Deben recordar que no pasan de un estado de la consciencia a otro, sino que estos están añadidos uno al otro. Esto significa que si están en el estado de sueño, cuando despiertan, el estado de la consciencia relativa o de «sueño vigilia» se añade al estado de sueño; si ustedes se tornan conscientes de sí, esto se añade al estado del «sueño vigilia»; y si adquieren el estado de la consciencia objetiva, esto se añade al estado de la consciencia de sí. No hay agudas transiciones de un estado a otro estado. ¿Por qué no? Porque cada estado consiste en diferentes estratos. Así como en el sueño pueden estar más dormidos o menos dormidos, de igual modo en el estado en que ahora nos hallamos, pueden estar más cerca de la consciencia de sí o más lejos de ella.
La segunda cosa necesaria en un estudio serio de uno mismo es el estudio de las funciones mediante la observación de éstas, aprendiendo a dividirlas en el sentido correcto, aprendiendo a reconocer cada una separadamente. Cada función tiene su propia profesión, su propia especialidad. Deben ser estudiadas separadamente y entenderse claramente sus diferencias, recordando que están controladas por diferentes centros o mentes. Es muy útil pensar sobre nuestras diferentes funciones o centros y comprender que son absolutamente independientes. No comprendemos que hay cuatro seres independientes en nosotros, cuatro mentes independientes. Siempre tratamos de reducir todo a una sola mente. El centro instintivo puede existir absolutamente aparte de los otros centros; los centros motor y emocional pueden existir sin el intelectual. Podemos imaginar cuatro personas que viven en nosotros. La que llamamos instintiva es el hombre físico. El hombre motor es también un hombre físico, pero con diferentes inclinaciones. Luego está el hombre sentimental o emocional, y el hombre teórico o intelectual. Si nos contemplamos desde este punto de vista, es más fácil ver dónde cometemos el principal error acerca de nosotros mismos, porque nos consideramos como uno solo, como siempre el mismo.
No tenemos medios para ver los centros, pero podemos observar las funciones; cuanto más observamos, más material tenemos. Esta división de las funciones es importantísima. El control de cualquiera de nuestra facultades solo puede obtenerse con la ayuda del conocimiento. Cada función puede controlarse solamente si conocemos las peculiaridades y la velocidad de cada una.
La observación de las funciones debe conectarse con el estudio de los estados de consciencia y los grados de consciencia. Debe entenderse claramente que la consciencia y las funciones son cosas absolutamente diferentes. Moverse, pensar, sentir, tener sensaciones, éstas son funciones; pueden trabajar con absoluta independencia de si estamos conscientes o no; en otras palabras, pueden trabajar mecánicamente. Estar consciente es algo absolutamente diferente. Pero si estamos más conscientes, inmediatamente aumenta la intensidad de nuestras funciones.
Las funciones pueden compararse con máquinas que trabajan en variables grados de luz. Estas máquinas son tales que pueden trabajar mejor con luz que en la oscuridad; en cada momento que hay más luz, las máquinas trabajan mejor. La consciencia es la luz y las máquinas son las funciones.
La observación de las funciones requiere largo trabajo. Es necesario hallar muchos ejemplos de cada una. Al estudiarlas, veremos inevitablemente que nuestra máquina no trabaja correctamente; algunas funciones son todas correctas, mientras otras son indeseables desde el punto de vista de nuestro objetivo. Pues debemos tener un objetivo, de lo contrario ningún estudio dará resultado alguno. Si comprendemos que estamos dormidos, el objetivo es despertar; si comprendemos que somos máquinas, el objetivo es cesar de ser máquinas. Si queremos ser más conscientes, debemos estudiar qué nos impide recordarnos. De modo que tenemos que introducir cierta valoración de las funciones desde el punto de vista de si son útiles o dañinas para el recuerdo de sí.
De modo que hay dos líneas de estudio: el estudio de las funciones de nuestros centros, y el estudio de las funciones innecesarias o dañinas.
P. ¿El método de este estudio es la observación?
R. Uno puede descubrir muchas cosas en ese sentido y puede preparar el terreno para un ulterior estudio, pero de por sí no es suficiente. Mediante la observación de sí, uno no puede establecer las más importantes divisiones en uno mismo, divisiones horizontales y verticales, pues hay muchas divisiones diferentes; uno no puede conocer los diferentes estados de la consciencia y separar las propias funciones. Uno debe conocer las principales divisiones; de otro modo, cometerá errores y no sabrá lo que observa.
El hombre es una máquina muy complicada; en realidad no es una máquina, sino una gran fábrica consistente en muchas máquinas diferentes que, en su totalidad, trabajan a diferentes velocidades, con diferentes combustibles, en diferentes condiciones. De modo que no es solo una cuestión de observación sino una cuestión de conocimiento, y el hombre no puede obtener este conocimiento de sí mismo, pues la naturaleza no hizo instintivo este conocimiento: ha de ser adquirido por la mente. Instintivamente, el hombre puede conocer lo que es amargo o dulce y cosas similares, pero el conocimiento instintivo termina allí. De modo que el hombre debe aprender y debe aprender de alguien que haya aprendido antes que él.
Si efectúa un serio esfuerzo para observar las funciones por sí, comprenderá que ordinariamente, cualquier cosa que haga, cualquier cosa que piense, cualquier cosa que sienta, usted no se recuerda. No comprende que está presente, que está aquí. Al mismo tiempo, descubrirá que, si realiza suficientes esfuerzos durante un tiempo suficientemente largo, puede aumentar su capacidad de recordarse. Empezará a recordarse más a menudo, empezará a recordarse más profundamente, empezará a recordarse en conexión con más ideas: la idea de la consciencia, la idea del trabajo, la idea de los centros, la idea del estudio de sí.
Pero la pregunta es: ¿Cómo recordarse, cómo hacerse más consciente? El primer paso es comprender que no estamos conscientes. Cuando comprendamos esto y lo observemos por primera vez, deberemos tratar de atraparnos en los momentos en que no estamos conscientes y, poco a poco, esto nos hará más conscientes. Este esfuerzo demostrará cuán poco conscientes estamos, porque en las condiciones corrientes de la vida es muy difícil estar consciente. Aquí ustedes se ponen en condiciones artificiales, piensan sobre ustedes mismos: «Estoy sentado aquí» o «Yo soy yo mismo», e incluso eso no pueden hacerlo mucho. Pero en condiciones corrientes, cuando piensan sobre algo, o charlan, o trabajan, todo los distrae, y no pueden recordarse. Esta expresión de «recordarse» se toma intencionalmente, pues en la conversación corriente decimos a menudo «él se olvidó» o «él se acordó a tiempo». Usamos esta expresión solo en relación con las formas extremas de las emociones negativas, pero en lo concreto siempre nos olvidamos, y con excepción de muy raros momentos, jamás nos recordamos a tiempo.
P. ¿El recuerdo de sí es el proceso inicial del sistema?
R. Es el centro del proceso inicial, y ha de seguir, debe entrar en todo. Al principio, esto suena improbable, porque usted puede tratar de recordarse y luego descubre que durante largos lapsos eso no llega a su mente; luego, nuevamente empieza a recordar acerca de ello. Pero los esfuerzos de está índole jamás se pierden; algo se acumula y, en cierto momento, cuando en el estado corriente usted esté completamente identificado y sumergido en las cosas, descubrirá que puede estar aparte y controlarse. Nunca sabe cuándo será ni cómo llega. Solo debe hacer lo que puede: observarse, estudiar, y principalmente tratar de recordarse; luego, en cierto momento, verá los resultados.
P. ¿Cómo empieza uno a usar la memoria en el sentido del recuerdo de sí?
R. El recuerdo de sí no está realmente conectado con la memoria; es simplemente una expresión. Significa consciencia de sí. Uno debe ser consciente de sí mismo. Empieza con el proceso mental de tratar de recordarse. Esta capacidad de recordarse debe desarrollarse, porque en la observación de sí debemos tratar de estudiar nuestras funciones separadamente una de otra: la función intelectual separadamente de la emocional, la instintiva separadamente de la motora. Esto es importantísimo, pero no es fácil.
P. ¿Usted quiere decir que debemos practicar observando estas diferentes funciones?
R. Sí, en ciertos momentos del día debemos tratar de ver en nosotros qué pensamos, cómo sentimos, cómo nos movemos, etc. En un momento usted puede concentrarse en la función intelectual, en otro momento en la emocional, luego en la instintiva o la motora. Por ejemplo, trate de averiguar sobre qué está pensando, porqué piensa y cómo piensa en eso. Trate de observar las funciones físicas como el calor, el frío, lo que ve, lo que oye. Luego, cada vez que haga un movimiento, puede ver cómo se mueve, cómo se sienta, como se pone de pie, cómo camina, etc. No es fácil separar las funciones instintivas, porque en la psicología corriente están mezcladas con las emocionales; toma algún tiempo ponerlas en su sitio correcto.
P. ¿Tendría algún sentido interrumpir ciertas acciones habituales, como ir a la cama a cierta hora de la noche?
R. Los cambios mecánicos de esa clase pueden ser útiles en el comienzo mismo del estudio de sí, pero no pueden producir efecto duradero alguno. Pueden ayudarle a ver algo que no hubiese visto de otro modo pero, por sí mismos, no pueden producir cambio alguno. El cambio debe empezar desde adentro, desde el cambio de consciencia, desde el momento en que usted empiece a recordarse o incluso antes, cuando empiece a comprender la posibilidad del recuerdo de sí y de que es realmente importante. Solo es de lamentar que a menudo suceda que la gente empiece bien y luego pierda la línea de los esfuerzos.
P ¿La observación de la mecanicidad disminuye la mecanicidad? Estoy pensando en el trabajo físico.
R. Sin el trabajo sobre la consciencia, todos nuestros lados que pueden ser conscientes se tornan cada vez más mecánicos. Solo el trabajo muy uniforme, sin variación alguna, es totalmente mecánico. Si el trabajo es un poco más complicado, entonces cuanto más mecánico, peor es. En ningún trabajo la mecanicidad es útil: hay que adaptarse, cambiar los métodos a fin de producir buen trabajo, y para eso hay que estar consciente de lo que se está haciendo. Ser eficiente en el trabajo físico no significa mecanicidad. La instrucción no nos hace más mecánicos. Ser un experto significa ser inteligente acerca del propio trabajo.
P. Los centros motor e instintivo parecen trabajar más pareja y normalmente que el intelectual y el emocional. ¿Por qué esto es así?
R. Porque de otro modo la gente iría a la izquierda en vez de ir a la derecha y nunca iría donde quiere ir. Y si el centro instintivo fuera como son ahora los centros intelectual y emocional, el hombre pronto se envenenaría. Cierto grado de normalidad es obligatoria para los centros instintivo y motor. Otros centros pueden enloquecer sin perjuicio inmediato.
A fin de entender la mecanicidad del hombre, es utilísimo aprender a pensar sobre él como una máquina, a estudiar las funciones de esta máquina y entender las principales divisiones de las funciones no solo en general, no meramente en teoría, sino estudiarlas en su actividad, aprender cómo trabajan. Esta división en cuatro funciones es solo una división preliminar, porque cada una de ellas se subdivide a su vez. Todo esto ha de estudiarse y entenderse mediante observación, porque el estudio teórico no da el mismo resultado, no conduce a las mismas conclusiones, no muestra la misma verdad. Por ejemplo, poquísimos sistemas reconocen la existencia del centro instintivo o de la mente instintiva, y no he oído de ningún sistema que reconozca la existencia de una mente motora independiente. Sin embargo, la mente motora representa un papel importantísimo en nuestra vida, de modo que la ausencia de esta división arruina en gran medida los resultados de la observación corriente del hombre, particularmente en la psicología moderna, pues, ya que este hecho no es reconocido, muchas cosas son atribuidas a un origen erróneo. El centro motor es importantísimo estudiarlo y observarlo, porque tiene otras funciones además del movimiento en el espacio, como por ejemplo, la imitación, que es una función Importantísima en el hombre N.º 1. Además, el centro motor controla también los sueños, y no solo los sueños nocturnos sino también los sueños en estado de vigilia: los sueños diurnos. Y puesto que la mayoría de nuestra vida pasa en sueños reales o en sueños diurnos, es importantísimo el estudio de la función motora. Pensamos que el lado intelectual y emocional es más importante, pero en realidad la mayor parte de nuestra vida es controlada por las mentes instintiva y motora. De modo que el centro tiene muchas funciones útiles y muchas funciones inútiles.
P. ¿Hay una conexión entre conducirse mecánicamente y el centro motor?
R. No, el centro motor significa solamente la mente cuya función legítima es controlar los movimientos. De modo que «motor» y «mecánico» no son lo mismo. Cada centro puede ser mecánico; cada función puede ser más mecánica o menos mecánica, más consciente o menos consciente. Ciertamente, hay algunos procesos mecánicos en nosotros para los que no es necesario volverse consciente, como los procesos fisiológicos que están dispuestos y controlados por su propia mente. Pero son nuestras acciones en conjunto, en relación con nosotros y con otras personas, las que pueden tornarse dañinas si se las deja libradas a si mismas.
P. ¿Charlar es siempre mecánico? A menudo charlo antes que tenga tiempo para detener la charla.
R. En la mayoría de los casos. Ésta es una de las primeras cosas que ha de observarse y combatirse. Es muy difícil observar y es difícil combatir, pero debe hacerse.
P. Yo acostumbraba pensar que charlando sobre mis observaciones las estaba formulando. Pero ahora juzgo que existe el peligro de que la observación se evapore en la charla.
R. Puede haber charlas muy diferentes; usted puede charlar por charlar, o puede hacerse charlar, con esfuerzo. La charla puede ser despertar, y puede ser estar dormido.
P. ¿Podría hablarnos de algún modo de hacer más esfuerzos para observar?
R Si se pone en una posición más difícil, por ejemplo, si asume una postura desacostumbrada, no podrá cesar de observar. No nos observamos porque la vida es demasiado fácil. Si usted tiene hambre o frío, si está cansado, se observará. Pero con la civilización, no hay sensaciones físicas fuertes. Suavizamos todas las cosas antes que lleguen a un grado que nos haga observar.
P. ¿Ésta es la clase de observación que usted quiere que practiquemos? Yo juzgaba que era la observación de nuestros estados interiores.
R. Todo es útil. El estudio de la máquina también es necesario, igual que el aspecto psicológico. Usted no puede estudiar un aspecto sin el otro. Debe saber cómo trabaja la máquina.
P. ¿Cómo sabe cuántos centros hay?
R. Mediante observación. En el sentido corriente, usted puede observar cuatro funciones diferentes que obviamente provienen de diferentes fuentes, controladas por diferentes principios. La observación de sí muestra esto con absoluta claridad y, luego de algún tiempo, no podrá mezclarlas.
P. ¿Por qué los psicólogos modernos no llegaron a esa conclusión?
R. Porque sobre eso no saben. Esta división de los centros parece muy simple, pero el hecho de que no se la conozca muestra que la mente corriente no puede descubrirla. La mente corriente, si usted toma la psicología existente, tan solo siente algo diferente, pero no puede decir definidamente que ésta es una cosa y aquélla es otra cosa. Esta idea proviene de las escuelas, igual que la idea completa de la división de los cuatro estados de consciencia. Usted puede encontrar esta última idea en la literatura, pero la descripción es absolutamente diferente; de modo que nuevamente proviene de las escuelas y deberá ser explicada oralmente. Hay cosas que pueden describirse en los libros y hay cosas que jamás podrán describirse correctamente.
P. ¿De modo que la idea de los centros es una idea vieja?
R. Es muy vieja, pero no podemos descubrirla hasta que nos hablen de ella. Si nos la dicen, podemos observarnos y descubrir que es verdad, pero por nosotros mismos no podemos descubrirla. Los hechos prueban esto, pues no ha sido descubierta.
P. ¿Dónde están situados los centros?
R. No interesa, porque cada centro ocupa todo el cuerpo. No hay una sola célula de nuestro cuerpo que no esté controlada por todos los centros. Esto no deberá tomarse demasiado literalmente; por ejemplo, no podrá decir que el intelecto controla cada célula, de modo que hay limitaciones, pero hablando en general, cada centro controla todo el cuerpo de un modo diferente. Pero no podemos conocer el lado físico mediante observación corriente; podemos, sin embargo, estudiar las funciones, y eso da todo el material que es necesario.
P. ¿Entonces uno puede observar con el intelecto?
R. Usted no puede hacer nada más; ésa es la única parte nuestra que está, hasta cierto punto, bajo nuestro control, de modo que podemos usar la mente para la observación. Después, quizá pueda adiestrar otros centros para hacer observaciones, pero eso no podrá llegar durante largo tiempo. Naturalmente, no deberán encontrarse otros centros en el camino. Por ejemplo, si usted se identifica emocionalmente con algo, eso impedirá su observación; usted quiere pensar en una cosa, pero eso le traerá constantemente otros pensamientos, otras asociaciones. Durante largo tiempo, tenemos que trabajar desde el centro intelectual, pero al mismo tiempo debemos entender que no podemos ir lejos de él porque tiene límites definidos; le llevará hasta cierto punto, después del cual usted no podrá ir más allá, a no ser que pueda usar el centro emocional. Pero el centro emocional, primero tiene que ser adiestrado. Usted deberá aprender a no expresar las emociones negativas, y solo si usted hace eso durante un tiempo suficientemente largo, podrán explicarse otras cosas.
P. ¿Es posible que, sin el intelecto, las emociones nos guíen?
R. Normalmente usted podría, pero como no somos absolutamente normales, ellas pueden guiarnos en un sentido correcto o en un sentido erróneo. No hay garantía de que nos guíen en el sentido que queremos: podemos querer ir a un lugar y nuestras emociones nos conducen a algún otro.
P. ¿Las emociones tendrían que desarrollar una inteligencia que les es propia?
R. Convengo absolutamente con usted, ¿pero qué significa eso? Significa, primero que todo, que usted deberá aprender a controlar la expresión de todas las emociones desagradables; solo entonces usted podrá conocer emocionalmente qué hará a continuación.
P. Usted dice que el pensar y las funciones emocionales son completamente separados, ¿pero no es muy difícil decir la diferencia?
R. No, no es para nada difícil, solo es necesario un poco de paciencia y observación; después de corto tiempo, usted verá, con absoluta claridad, qué es pensar y qué es sentir.
P. ¿Los tres centros están a menudo trabajando simultáneamente?
R. Sí, pero «simultáneamente» puede tener diferentes significados. Es muy raro que trabajen simultáneamente sobre la misma materia. Las cuatro funciones en total pueden suceder y suceden simultáneamente, pero pueden trabajar sobre cosas diferentes. Un ejemplo de las cuatro funciones en total, trabajando simultáneamente sobre la misma materia, sería la creación artística.
Debido a que los centros trabajan simultáneamente, a menudo están muy mezcladas, pero es posible distinguirlas. Éste es el comienzo de la observación de sí y de la comprensión de sí; tenemos que entender las diferentes funciones y luego empezar a dividirlas.
P. ¿Por qué es que el centro motor puede detener la imaginación? Por ejemplo, descubro que la jardinería o cualquier trabajo físico es una ayuda para detenerla.
R. Eso significa que el mismo centro estaba ocupado con la imaginación que se ocupa de la jardinería. Eso solo prueba que la imaginación es una función del centro motor.
P. No puedo ver la importancia del énfasis puesto sobre los centros.
R. Es Importantísimo ver que nuestra mente está dividida en cuatro mentes, que en nosotros no hay unidad, que las cuatro mentes o funciones son absolutamente diferentes. Esto solo le da a uno un cuadro diferente de uno mismo.
P. ¿Cómo puede uno distinguir entre la emoción y el instinto?
R. Es una pregunta importantísima y deberá resolverse mediante observación y estudio propios. Las emociones instintivas están siempre conectadas con algo físico. Puesto que la psicología moderna no separa las emociones instintivas de las demás emociones, está destinada a tener alguna dificultad en entender la diferencia. Pero cuando usted conoce que son diferentes, es posible distinguir entre ellas.
P. ¿Hay algo que pueda controlar los órganos o las células desobedientes?
R. Sí, el centro instintivo. ¿Piensa que estaríamos media hora vivos si no trabajase el centro instintivo? Este conoce el trabajo correcto e incorrecto de cada órgano. Siempre trata de hacerlos trabajar correctamente. Pensamos que los órganos trabajan por sí mismos: esto es imaginación. Están controlados por el centro instintivo. Éste es «instinto» en el sentido real en relación con el hombre.
P. ¿La calidad del intelecto tiene alguna relación con la adquisición de la consciencia?
R. Sí, porque debemos empezar con el intelecto. Nuestro centro intelectual está mejor desarrollado, o está más bajo su propio control. El centro emocional es más irresponsable. De modo que, puesto que ejercemos más control sobre nuestro centro intelectual, tenemos que usarlo hasta que nos volvamos más conscientes o aprendamos a usar otras funciones más eficientemente y a controlarlas mejor de lo que lo hacemos ahora. En la actualidad, no tenemos control sobre nuestras funciones instintivas y emocionales, y solo un poco sobre la función motora. Las influencias externas las mueven. No podemos estar contentos o enojados sin una causa, y una causa significa algo externo. Después, el trabajo deberá ser en el centro emocional porque la principal energía está en él. El centro intelectual es solo auxiliar, pero en la actualidad es todo lo que tenemos.
Quiero decirle un poco más acerca de los centros, que le ayudará a entender la situación. Algunos centros se dividen en dos mitades: positiva y negativa. Esta división es clarísima en los centros intelectual e instintivo. En el centro intelectual es «sí» y «no», afirmación y negación. Todo el trabajo del centro intelectual consiste en comparar. La división en el centro instintivo es absolutamente clara: placer, dolor. Toda la vida instintiva está gobernada por esto. Mediante un vistazo superficial parece que el centro emocional también consiste en dos mitades: las emociones agradables y desagradables. Pero en realidad no es así. Todas nuestras emociones violentas y depresivas, y en general, la mayoría de nuestro sufrimiento mental tienen el mismo carácter: es algo innatural, y nuestro organismo no tiene un centro real para estas emociones negativas; éstas trabajan con la ayuda de un centro artificial. Este centro artificial (una especie de hinchazón) es creado gradualmente en nosotros desde la primera infancia, pues el niño crece rodeado por personas con emociones negativas, y las imita.
P. ¿Las emociones instintivas son negativas?
R. Pueden ser negativas, pero así están correctamente. Todas son útiles. La mitad negativa del centro instintivo es un guardián que nos previene del peligro. En el centro emocional, las emociones negativas son muy dañinas.
Luego, cada mitad de un centro se divide en tres partes: la parte intelectual, la parte emocional, y la parte motora o mecánica. La parte motora de cada centro es la más mecánica y la que más a menudo se usa. Por lo general, usamos solo las partes mecánicas de los centros. Incluso las partes emocionales se usan solo ocasionalmente; en cuanto a las partes intelectuales, en condiciones corrientes se las usa muy raras veces. Esto demuestra cómo nos limitamos, cómo usamos solo una parte, la parte más débil, de nuestro organismo.
Es facilísimo distinguir estas tres partes cuando empezamos a observarnos. Las partes mecánicas no necesitan atención. Las partes emocionales necesitan fuerte interés o identificación, atención sin esfuerzo o intención, pues la atención es atraída y mantenida por la atracción del objeto mismo. Y, en las partes intelectuales, usted tiene que controlar su atención.
Cuando se acostumbre a controlar la atención, usted verá de inmediato lo que quiero decir. Primero, el carácter de la acción le mostrará en qué centro está usted, y, luego, la observación de la atención le mostrará la parte del centro.
Es particularmente importante observar las partes emocionales y estudiar las cosas que atraen y mantienen la atención, porque ellas producen la imaginación. El estudio de la atención es parte importantísima del estudio de sí, y si usted empieza a observar esta división de los centros en partes, además de la división de los centros mismos, eso le dará la posibilidad de llegar a pormenores más pequeños y le ayudará a estudiar la atención.
P. ¿Nos es posible, como somos, prestar atención a algo sin estar identificados?
R. Ciertamente. Solo que usted debe distinguir entre atención e identificación. La atención puede ser controlada; la identificación es mecánica.
P. ¿Usted dijo que tenemos tres clases de atención?
R. No. La atención es una sola; no hay otra atención. Pero a veces usted puede actuar sin atención: puede hacer muchas cosas, incluso cosas normales, lógicas, sin atención alguna. En otros casos, la atención es atraída y mantenida por la atracción de la cosa misma, y en el tercer caso la atención es controlada.
P. Descubro que si controlo mi atención siquiera por breve tiempo, no puedo imaginar.
R. Enteramente cierto, porque la imaginación sigue en las partes mecánicas de los centros, sin la atención. Si la atención se fija en algo, la imaginación se detiene.
P. ¿Solo cuando uno está recordándose puede prestar atención controlada?
R. Es más o menos en la misma línea, pero al mismo tiempo la atención controlada es posible en la vida corriente. A veces, las personas pueden controlar su atención y realizan un trabajo interesante sin saber nada sobre recordarse. Aunque la atención controlada está muy próxima al recuerdo de sí, hay una diferencia. La atención solo puede ser en un centro, mientras el recuerdo de sí necesita el trabajo de los tres o incluso de los cuatro centros.
P. ¿No es muy fácil para la atención controlada convertirse en identificación?
R. No, son muy diferentes. Una es el máximo de control, la otra es el mínimo de control. No hay posibilidad de control en la identificación.
P. ¿Uno puede estimular al centro intelectual para que trabaje?
R. Cultive la atención. Verá que entonces eso da resultados diferentes. Piense con atención. No se deje pensar mecánicamente. El pensamiento mecánico se transforma en imaginación.
P. ¿Cuál es la diferencia entre hacer cosas consciente e intencionalmente?
R. No podemos hablar de hacer cosas conscientemente, porque no estamos conscientes. En cuanto a hacer cosas intencionalmente, si usted efectúa algún trabajo y tiene que prestarle atención, entonces, incluso sin que lo advierta, parte de su esfuerzo estará conectado con mantener la atención sobre lo que usted está haciendo. Pero si eso se torna absolutamente mecánico, puede usted estar pensando en algo más, pero sus manos estarán aún haciendo eso. Ésa será la parte mecánica del centro. Si su trabajo necesita pensamiento, invención, adaptación constantes, usted tiene que trabajar con las partes intelectuales.
La parte mecánica del centro intelectual tiene un nombre especial. A veces se la menciona como centro separado, y en ese caso se lo llama centro formativo o aparato formativo. La mayor parte de las personas usa solo esta parte; nunca usa las partes mejores del centro intelectual. Pero las ideas de este sistema o las ideas similares no pueden entenderse mediante el aparato formativo. El aparato formativo tiene limitaciones muy claras. Una de sus peculiaridades es que compara solo dos cosas, como si en cualquier línea particular existiesen solo dos cosas. Por tanto, el centro formativo gusta pensar en los extremos; por ejemplo, lo sabe todo o no sabe nada. Otra de sus peculiaridades es buscar inmediatamente lo opuesto. Usted puede descubrir muchos ejemplos de pensamiento formativo. Por ejemplo, si digo que usted debe hacer esto o aquello, la gente dirá. «¡Pero usted dijo que no podemos hacer!». Si digo que esto necesita poder de voluntad, la gente dirá: «¿Cómo? ¡Si no tenemos voluntad!». Si hablo de ser más conscientes o menos conscientes, la gente dice: «¡Pero no tenemos consciencia!». Todos éstos son ejemplos del pensamiento formativo.
P. ¿Puede dar un ejemplo del aparato formativo usado correctamente?
R. Si el centro intelectual trabaja normalmente, es decir, si las otras partes realizan su trabajo, el centro formativo trabaja absolutamente muy bien. Es un aparato registrador. Solo nos concierne su trabajo equivocado. Esto no se refiere solamente al aparato formativo sino también a todas las partes mecánicas de los centros. Solo cuando empezamos a trabajar equivocadamente, ellos se vuelven peligrosos. De modo que no hay necesidad de preocuparse por su trabajo correcto; lo que usted debe tratar deshacer es eliminar su trabajo equivocado.
La parte mecánica del centro emocional quiere realizar el trabajo de la parte superior, y lo mismo ocurre con el centro formativo: quiere realizar el trabajo del centro intelectual, y como resultado, la parte motora del centro incluye toda la vida intelectual de una persona corriente.
P. ¿Cómo explica entonces a las personas que viven ocasionalmente en las partes superiores del centro? Uno puede tener ocasionalmente una idea.
R. Ciertas combinaciones de ideas pueden «ocurrir», pero queremos control, no una explicación de las cosas que ocurren por sí mismas. Algo puede ocurrir una o dos veces, pero no tiene valor o significado práctico, así como una o dos veces uno puede encontrar dinero en la calle, pero uno no puede vivir de eso.
P. No entiendo qué significa actuar mecánicamente, porque uno parece pasarse la mitad de la propia vida haciendo cosas mecánicamente, como escribir. ¿Todo esto hay que dejar de hacerlo?
R. Ése es el centro motor: no quiero decir eso. Muchas cosas son mecánicas y deben seguir siéndolo. Pero los pensamientos mecánicos, los sentimientos mecánicos… eso es lo que ha de estudiarse y puede y debe cambiarse. El pensamiento mecánico no vale un centavo. Usted puede pensar en muchas cosas mecánicamente, pero no obtendrá nada de ello. De modo mecánico, usted puede usar solo una parte pequeña de su centro intelectual, el aparato formativo, y no vale la pena perder su tiempo en eso.
Hay algo que usted debe entender acerca de las partes de los centros, y esto es que las partes intelectuales difieren mucho menos entre sí que las otras partes. Esta división en intelectual, emocional y motora es muy clara y agudamente definida en las partes inferiores de los centros, pero se torna mucho menos aparente en las partes superiores.
P. ¿Solo los centros diferentes interfieren entre sí o una parte del mismo centro puede interferir con otra parte?
R. Algo de eso hay. Supongamos que usted trabaja con el centro motor; entonces, el centro instintivo puede interferir, o el centro emocional, u otra parte del centro motor. O si usted siente en un centro y luego empieza a hablar, entra en otro centro y puede incluso olvidar lo que quería decir.
P. ¿La suma de las partes intelectuales de los diferentes centros constituye el centro intelectual, o están separadas?
R. No, todas pueden trabajar separadamente, pero, con seguridad, si uno pudiera controlar las partes intelectuales de todos los centros y hacerlas trabajar juntas, ése sería el camino hacia los centros superiores. Las partes intelectuales no constituyen un centro por sí mismas, sino que su trabajo combinado producirá mejor trabajo que el que puedan hacer separadamente.
P. ¿El trabajo sobre uno mismo disminuye las funciones de las partes mecánicas de los centros?
R. Disminuirá el trabajo de las partes mecánicas en el sentido de que disminuirá la mecanicidad donde la atención y la consciencia son útiles. Las partes mecánicas realizarán entonces su trabajo para el cual están destinadas, y tal vez lo hagan mejor que ahora, porque ahora están demasiado ocupadas con cosas que no les conciernen. Esto facilitará el trabajo de las mejores partes de los centros.
P. ¿La mecanicidad ha de ser considerada como un hecho que hay que observar o como un mal que hay que combatir?
R. Vea, jamás entenderá la mecanicidad si habla de este modo; en relación con las cosas pequeñas. Pero cuando vea, o descubra en su memoria, cuán mecánicamente puede usted cometer las cosas más abominables, que después no puede entender cómo pudo haberlas hecho, entonces sabrá qué es la mecanicidad. Toda nuestra vida hacemos mecánicamente lo que nunca haríamos conscientemente. Eso es lo que debemos entender. Si miramos a través de nuestra vida, año por año, mes por mes, vemos cosas que nunca hubiésemos hecho conscientemente, o cosas que no hicimos y tendríamos que haber hecho si estuviéramos conscientes. Éste es el modo de pensar acerca de la mecanicidad.
P. ¿La formulación es una función propia del centro intelectual?
R. Absolutamente correcto. Puede haber diferentes grados, pero en la actualidad no podemos hablar solamente de formulación y formación. A este respecto es importante entender el significado correcto de la palabra «formativo». Hay dos métodos de conclusiones mentales: «formación» y «formulación». La «formación» es una conclusión a la que se arriba por el camino de la menor resistencia, evitando las dificultades. Es más fácil porque se autocrea: frases hechas, opiniones hechas, como una estampilla. Por lo general, es defectuosa, con excepción de los casos más simples. La «formulación» es una conclusión a la que se arriba sobre la base de todo el material disponible; necesita esfuerzo y a veces es difícil, pero significa lo mejor que podemos hacer.
P. ¿Cómo es posible que formulemos? ¿Ciertos «yoes» no deformarán la evidencia?
R. Si deforman, deformarán la formulación. Pero, con seguridad, es necesario aprender a distinguir entre formulación y formación. La formación es, por así decirlo, de un vistazo, a veces muy errónea, y la formulación, como dije, es cuando usted reúne todo lo que sabe sobre un tema dado y trata de efectuar alguna deducción respecto de él.
P. ¿Por qué, a veces, encuentro interesantes las pláticas y a veces no?
R. Porque usted está en diferentes centros. En un centro, puede interesarse por otro centro que no le interesa. Suponga que está en el centro instintivo; puede ser que no le interesen las ideas esotéricas, y que le interese la comida y cosas por el estilo. Pero si usted está en el centro intelectual o parcialmente en el centro emocional, usted puede estar interesado. Usted sabe que tenemos cuatro habitaciones en nuestra casa, y depende del cuarto en que estamos que nos interesemos o no.
P. Descubro que en el trabajo mecanográfico rutinario uno escribe con más rapidez. En el trabajo mecanográfico inteligente uno escribe más lentamente.
R. Porque trabajan dos centros. El trabajo complicado necesita de los dos centros. Pero hasta en copiar, entra el centro intelectual. En el centro motor no puede confiarse mucho; aquél controla la imaginación y los sueños. De modo que, cuando trabaja, el que vigila es el centro intelectual. Si uno trabaja totalmente con el centro motor, está semidormido. Toda la cooperación de los centros es cierto grado de despertar. ¿Qué significa quedarse dormido? La desconexión de los centros.
P. ¿El habla se halla bajo dos centros?
R. Más todavía. Por lo general, es en parte instintiva, en parte motora, y en parte intelectual, y puede ser emocional, de modo que incluye las cuatro funciones en total.
P. ¿La parte intelectual de cada centro separado es la mejor parte, y la que hay que tratar de mantener, como si estuviese contra las partes emocional y mecánica de cada centro?
R. Todas las partes son igualmente necesarias, pero cada parte debe realizar su propio trabajo. Las partes no están equivocadas en sí mismas, cada una de ellas tiene su propia función, pero si se reemplazan una a otra, su trabajo se torna equivocado.
Vea, la idea de que no usamos todo nuestro cerebro sino solo parte de él no es nueva, pero los sistemas psicológicos no explican qué no usamos, porque las partes de los centros no están en el mismo nivel: son máquinas realmente diferentes. Este sistema da una anatomía real de nuestro cerebro y, generalmente, de toda nuestra mentalidad. De modo que éste es un punto importantísimo, y si uno empieza a observarse desde el punto de vista de la atención, puede estudiar los diferentes valores de los propios procesos mentales. Ésta es la clave de estas máquinas.
P. ¿Cuál es la diferencia entre la parte motora del centro intelectual y la parte intelectual del centro motor?
R. Son completamente diferentes. La parte intelectual del centro motor puede controlar todos nuestros movimientos más complicados, cuando tenemos que inventar nuevos movimientos. Suponga que uno invente una máquina complicadísima, o que trabaje con una máquina muy difícil, o que realice un trabajo manual muy intrincado que necesite constante atención y constante recuerdo de sí incluso, a fin de no interrumpir la totalidad; ése sería el trabajo de la parte intelectual del centro motor.
Y la parte motora del centro intelectual es el aparato registrador o formativo: un sistema de fichero en el cerebro. Es muy útil en su sitio, pero se lo usa con finalidades equivocadas. Suponga, por ejemplo, que uno arroja esas fichas por el aire y trata de efectuar deducciones sobre el modo en que caen; ése sería un trabajo equivocado del aparato formativo y eso es lo que habitualmente hacemos.
P. Cuando habló de ajustar las cosas, ¿usted significó tratar de hacer que los centros trabajen mejor? ¿Qué los guiará hacia este trabajo mejor?
R. Todo el trabajo sobre usted mismo: el estudio de sí, el conocimiento de sí, el recuerdo de sí. Primero tenemos que conocer la máquina y luego tenemos que aprender a controlarla. Tenemos que reajustar las funciones de modo que cada una realice su propio trabajo correcto. La mayor parte de nuestra actividad consiste en un centro que efectúa el trabajo de otro centro. Nuestra incapacidad para alcanzar nuestro nivel normal radica en nuestra incapacidad para hacer que nuestros centros trabajen correctamente. Muchas cosas inexplicables, que observamos, se deben al trabajo equivocado de los centros.
P. ¿El trabajo equivocado de los centros significa interferencia de uno con otro?
R. Hay dos formas de trabajo equivocado de los centros. O interfieren, es decir, uno trabaja en lugar del otro, o uno toma la energía del otro. A veces, los centros tienen que trabajar por otro. Si por alguna razón, un centro cesa de trabajar, la máquina está dispuesta de modo que otro centro puede continuar la labor de aquél durante un tiempo para evitar una interrupción. La idea original de tal disposición es absolutamente correcta, pero en la vida real eso pasó a ser la causa de los trastornos mentales y físicos, porque un centro no puede trabajar apropiadamente para otro. Y en el estado de identificación gustan realizar el trabajo equivocado en lugar de su propio trabajo. Eso se convirtió en una suerte de mal hábito, y mediante la mezcla de las funciones, los centros empiezan a mezclar las energías, tratando de obtener energías más potentes para las cuales no están adaptados.
P. Encuentro difícil ver ejemplos del trabajo equivocado de los centros. Mi única observación es que, a menudo, experimento una sensación, de excitación innecesaria.
R. Puede ver los ejemplos cuando las personas se tornan innecesariamente emocionales en relación con hechos que se realizarían mejor sin emoción alguna.
P. ¿Cómo puede uno detener esta interferencia?
R. En la actualidad, nuestras funciones están condicionadas por nuestro estado de consciencia. Hay una leve variación, podemos estar un poco más conscientes de lo que estamos, un poco más o mucho menos. Eso afecta las funciones, pues si usted está más despierto, las funciones producen mejores resultados; si usted está más dormido, producen peores resultados. Esto lo podemos observar, pero, como principio, usted debe entender que las funciones y los estados de la consciencia son independientes uno del otro y existen por sí mismos. El estado de la consciencia afecta a las funciones, y la consciencia acrecentada creará nuevas funciones. El despertar completo y real producirá nuevas funciones que ahora no tenemos.
P. ¿A lo que debemos aspirar es a un perfecto ajuste de los cuatro centros?
R. Sí, éste es el punto de partida. Luego de eso, el hombre puede pensar en crear estados superiores de consciencia, en estar consciente de sí y luego, en estar consciente de las cosas fuera de él. Esto corresponderá al trabajo de los centros superiores.
Un centro no puede mejorarse por sí mismo. Todo debe ser mejorado, debe llegar al trabajo normal. Vea, la máquina humana está fabricada con mucho talento, y en ella todo puede ser usado para la misma finalidad. Pero en el nivel corriente, el trabajo de los centros no está plenamente coordinado, estos viven demasiado independientemente, y, al mismo tiempo, se obstaculizan entre sí, y uno le usa la energía al otro.
Cada centro está adaptado para trabajar con cierto género de energía, y recibe exactamente la que necesita; pero todos los centros se roban uno al otro, y, de ese modo, un centro que necesita un género superior de energía es reducido a trabajar con un género inferior, o un centro adaptado para trabajar con una energía menos potente usa una energía más potente, más explosiva. He aquí cómo trabaja la máquina en la actualidad. Imagínese varios hornos: uno tiene que trabajar con petróleo crudo, otro con madera, y un tercero con gasolina. Suponga que al diseñado para madera, se le da gasolina: no pueden esperarse sino explosiones. Y luego imagínese un horno diseñado para gasolina, y verá que no puede trabajar apropiadamente con madera o carbón.
Debemos distinguir cuatro energías que trabajan a través de nosotros:
La energía de la consciencia no es reconocida por la psicología ni por las escuelas científicas. La consciencia es considerada como parte de las funciones psíquicas. Otras escuelas niegan completamente la consciencia y todo lo consideran mecánico. Algunas escuelas niegan la existencia de la energía vital. Pero la energía vital es diferente de la energía mecánica, y la materia viva solo puede crearse partiendo de la materia viva. Todo crecimiento procede de la energía vital. La energía psíquica es la energía con la que los centros trabajan. Pueden trabajar con la consciencia o sin la consciencia, pero los resultados son diferentes, aunque no tanto como para que la diferencia pueda ser distinguida con facilidad en los otros. Uno solo puede conocer la consciencia en uno mismo.
Para cada pensamiento, sentimiento o acción, o para estar conscientes, debemos tener la energía correspondiente. Si no la obtuvimos, descendemos y trabajamos con energía inferior: llevamos meramente una vida animal o vegetal. Luego, acumulamos de nuevo energía, tenemos nuevamente pensamientos, podemos nuevamente estar conscientes por breve tiempo. Ni siquiera una enorme cantidad de energía física puede producir un pensamiento. Para el pensamiento se necesita una solución diferente, más fuerte. Y la consciencia requiere una energía aún más rápida, más explosiva.
P. Si ninguna cantidad de energía psíquica puede producir energía consciente, ¿qué diferencia constituye cuánta energía psíquica yo use?
R. Usted necesita energía psíquica para finalidades absolutamente diferentes. Por ejemplo, tiene que pensar con la energía psíquica.
P. He descubierto que tratar de mantener fija la atención requiere una gran cantidad de energía. ¿Eso significa que hago esto de modo equivocado?
R. No, usted tiene que usar la energía para mantener la atención. Eso es trabajo, y el trabajo necesita energía, aunque, por el otro lado, ahorra energía; ahorra el desperdicio de energía en otra dirección. Si usted hace las cosas sin atención, eso significará una pérdida mucho mayor.
P. ¿Por qué es tan difícil controlar la atención?
R. Por falta de hábito. Estamos demasiado acostumbrados a dejar que las cosas ocurran. Cuando queremos controlar la atención o algo más, lo hallamos difícil, tal como el trabajo físico es difícil si no estamos acostumbrados a él.
P. ¿Por qué han de ser tan raros los momentos de consciencia? ¿Es una cuestión de energía?
R. De carencia de combustible. Si usted no tiene electricidad, o si tiene una linterna de bolsillo con pila deficiente, puede lograr un destello y después, nada. La consciencia es luz, y la luz es resultado de cierta energía; si no hay energía, no hay luz.
P. ¿El secreto de todo desarrollo de la consciencia radica en la conservación y el control de la energía?
R. No, no todo el secreto, aunque la conservación y el aumento de la energía es muy importante. Pero en sí mismo no basta; uno ha de saber cómo controlarla. La energía es el lado mecánico de la consciencia. No podemos empezar con la idea del control. A fin de controlar una cosa pequeña, debemos conocer toda la máquina. Primero, tenemos que interrumpir el desperdicio de la energía; segundo, recogerla mediante el recuerdo de sí; luego, ajustar las cosas. No podemos empezar de ningún otro modo.
P. ¿La energía puede almacenarse?
R. Sí, la energía puede almacenarse cuando usted es capaz de almacenarla. Pero, al principio, la cuestión no estriba en almacenar sino en no desperdiciar. Tendríamos bastante energía para todo lo que queremos hacer si no la desperdiciáramos en cosas innecesarias. Por ejemplo, la razón de que seamos tan formativos es que somos demasiado torpes, no sentimos lo bastante. Pensamos que sentimos, pero esto es una ilusión. Y la razón de por qué sentimos tan poco es porque no tenemos energía disponible para el centro emocional.
Ya hablamos de las pérdidas de energía, pero lo peor de todo es la expresión de las emociones negativas. Si usted puede detener la expresión de las emociones negativas, ahorrará energía y nunca sentirá la falta de ésta.
Solo podemos esperar tornarnos seres conscientes si usamos, del modo correcto, la energía que ahora es usada del modo incorrecto. La máquina puede producir bastante energía, pero usted puede desperdiciarla al enojarse, o irritarse, o algo por el estilo, y entonces queda muy poca. El organismo normal produce la suficiente energía no solo para todos los centros sino también para el almacenaje. La producción está correctísima, pero el gasto está equivocado. Estas pérdidas tienen que estudiarse, porque con algunas clases de pérdidas no vale la pena seguir hasta que se las interrumpa, pues cuanto más energía uno acumula, más perderá. Esto sería como derramar agua en un tamiz. Ciertas emociones negativas producen precisamente tales pérdidas. En ciertas ocasiones, algunas personas atraviesan una variación total de emociones negativas tan habituales que ni siquiera las advierten. Eso puede ocupar solo cinco minutos o cinco segundos, pero puede ser suficiente como para gastar toda la energía que su organismo produjo durante veinticuatro horas.
Quiero llamar particularmente su atención sobre esta idea de la emoción negativa y sobre el estado de la emoción negativa. Éste es realmente el segundo punto importante; el primero se refería a la consciencia: que no estamos conscientes y que podemos volvernos conscientes. Es necesario comprender que no hay una sola emoción negativa útil, útil en cualquier sentido. Las emociones negativas son todas un signo de debilidad. Luego, debemos comprender que podemos luchar con ellas; pueden ser vencidas y destruidas, porque para ellas no hay un centro real. Si tuviesen un centro real, como las emociones instintivas, no habría posibilidad; permaneceríamos eternamente en poder de las emociones negativas. De modo que es una suerte para nosotros que no tengan un centro real; es un centro artificial que trabaja, y este centro artificial puede ser abolido. Cuando se hace esto, nos sentimos mucho mejor por ello. Incluso, darse cuenta de que esto es posible es muchísimo, pero tenemos muchas convicciones, prejuicios y hasta «principios» sobre las emociones negativas, de modo que es muy difícil librarse de la idea de que son necesarias. Trate de pensar sobre esto, y si tiene alguna pregunta, se la responderé.
P. ¿Dijo usted que no tenemos emociones positivas?
R. No tenemos emociones positivas; llamamos emoción positiva a una emoción que no puede tornarse negativa, y todas nuestras emociones, hasta las mejores que tenemos en nuestro estado actual, pueden tornarse negativas en cualquier momento. Asimismo, por su alcance, nuestras emociones son demasiado pequeñas para ser emociones positivas. Las emociones positivas incluyen muchísimo, mientras nuestras emociones son muy estrechas. De modo que, en la actualidad, no tenemos emociones positivas, sino que allí existen emociones negativas.
P. ¿Y si nos libramos de las emociones negativas?
R. Entonces, podemos tener emociones positivas. Algunas emociones negativas pueden ser simplemente destruidas, pero de algunas otras solo puede prescindirse transformándolas en positivas. Solo que eso dista muchísimo de nosotros ahora; no podemos hacerlo en la actualidad; ahora solo podemos preparar el terreno para eso, principalmente mediante la creación de actitudes correctas, pues primero viene el trabajo mental. Creamos actitudes mentales correctas entendiendo que las emociones negativas no sirven para una finalidad útil y comprendiendo cuánto perdemos permitiéndonos el placer de tenerlas. Entonces, tal vez tengamos bastante energía como para hacer algo respecto a ellas.
P. ¿Hacer algo respecto a ellas es detenerlas?
R. Tenemos que empezar con el entendimiento correcto, con la actitud correcta. Mientras pensemos que las emociones negativas son inevitables, o incluso útiles para la expresión de sí, o algo por el estilo, no podemos hacer nada. Es necesaria cierta lucha mental para comprender que no tienen función útil en nuestra vida y que, al mismo tiempo, toda la vida se basa en ellas.
En nosotros hay muchas cosas extrañas. Primero, hay cosas que podrían ser conscientes y no lo son; y segundo, arruinamos nuestra vida con emociones negativas para las que la naturaleza ni siquiera proveyó un centro, de modo que debemos construir uno artificialmente. ¿Qué es mecánico? Lo que no es normal, lo que es innatural, es muy mecánico.
P. ¿Puede distinguirse siempre una emoción negativa de una genuina?
R. Usted puede distinguirla por la identificación, porque en las emociones negativas hay dos cosas siempre presentes: la identificación y la imaginación negativa. Sin imaginación negativa e identificación, las emociones negativas no pueden existir.
P. Cuando se está a un paso de tener una emoción negativa, como por ejemplo, mal humor, ¿puede detenérsela tan solo pensando?
R. No, pero usted puede preparar el terreno de antemano. Si puede crear una actitud correcta, entonces, luego de un tiempo, eso le ayudará a detener la emoción negativa en su comienzo. Cuando usted está a mitad de ello, no podrá detenerlo; entonces es demasiado tarde. Usted no deberá permitirse ponerse de mal humor; no debe justificarlo.
P. Por lo que usted dice me parece que presupone un «yo» superior a los demás, que puede hacer esto.
R. No superior, pero algunos «yoes» intelectuales están libres del centro emocional y pueden ver imparcialmente las cosas. Pueden decir: «Tuve toda mi vida esta emoción negativa. ¿Gané un centavo? No. Solo pagué, pagué y pagué. Eso significa que es inútil».
P. ¿Tenemos emociones que no son negativas?
R. Ciertamente, pero no positivas. Empero no son negativas, más pueden tornarse negativas en el próximo momento.
P. ¡Pero me parece que hay circunstancias que simplemente inducen a uno a tener emociones negativas!
R. Ésta es una de las peores ilusiones que tenemos. Pensamos que las emociones negativas son producidas por las circunstancias, mientras todas las emociones negativas están en nosotros, dentro de nosotros. Éste es un punto importantísimo. Siempre pensamos que nuestras emociones negativas son producidas por culpa de los demás o por culpa de las circunstancias. Siempre pensamos eso. Nuestras emociones negativas están en nosotros mismos y son producidas por nosotros mismos. No hay absolutamente una sola razón inevitable por la que la acción de algún otro o alguna circunstancia produzcan una emoción negativa en mí. Siempre se trata de mi debilidad. Ninguna emoción negativa puede ser producida por causas externas si no la queremos. Tenemos emociones negativas porque las permitimos, las justificamos, las explicamos mediante causas externas, y de ese modo no luchamos contra ellas.
P. ¿Hay alguna razón porqué estemos tan ansiosos de conservarlas?
R. El hábito. Estamos demasiado acostumbrados a ellas; no podemos dormir sin ellas. ¿Qué haría mucha gente sin las emociones negativas? Este hábito es tan fuerte que es necesario un trabajo especial para librarse de ellas.
Pero, al principio, el trabajo sobre las emociones negativas es doble: estudiar y no tratar de expresarlas. El trabajo real sobre las emociones negativas viene después. No podemos estudiarlas si las expresamos. Si usted trata de detener su expresión, entonces podrá verlas y estudiarlas.
P. ¿Un método de lucha con ellas no es cambiar los propios puntos de vista?
R. Absolutamente cierto, solo que no es suficiente por sí mismo. La lucha real comienza con la lucha contra la identificación. Si usted destruye la identificación, las emociones negativas se tornarán más débiles por sí mismas. Pero, por supuesto, el cambio de puntos de vista es también muy necesario.
P. Entendí que usted dijo que luchar con las emociones negativas es inútil, pero que debemos estudiarlas y observarlas. ¿Esto es correcto?
R. La lucha con las emociones negativas necesita muchísimos esfuerzos; el hábito es demasiado fuerte. Al principio, usted debe simplemente estudiar e intentar luchar contra la expresión de las emociones negativas. Ahora bien, si usted lucha con una sola emoción, puede crear dos en su lugar. Con el tiempo, indirectamente, uno puede ganar dominio sobre las emociones. Pero el primer paso es el estudio.
P. ¿Uno puede tener emociones negativas y estar en buen estado de salud?
R. La palabra «salud» debe tomarse en un sentido más amplio, desde el punto de vista del sistema. No podemos tomarla en el sentido corriente de las manifestaciones físicas (ausencia concreta de enfermedad física) porque una de las primeras necesidades de la salud es el trabajo correcto de los centros. Las personas cuyos centros trabajan equivocadamente, no tienen buena salud. La idea de salud debe ampliarse, no puede tomarse estrictamente.
P. Respecto del trabajo correcto de los centros: no veo cómo impedir que el centro emocional interfiera el trabajo que se trata de hacer con el centro intelectual.
R. Interfiere todo el tiempo. Usted nada puede hacer acerca de ello hasta que haya vencido a las emociones negativas y haya aprendido a no identificarse. Cuando usted cesa de identificarse, las emociones negativas cesan de tener poder, porque trabajan solamente sobre la base de la identificación.
P. Cuando se siente una emoción desagradable, ¿por qué es necesario no expresarla?
R. Esto es lo mismo que en relación con la charla innecesaria. Pregúntese: ¿es útil, es necesario expresarlas? La idea es crear resistencia, de lo contrario no podemos observar. Y esta creación de resistencia es la introducción al estudio de las emociones. No podemos verlas sin eso.
P. ¿Por qué es que si se trata de resistirlas, produce una completa detención del pensamiento?
R. Por falta de práctica. Al principio todo se detiene.
P. ¿Si no se expresan las emociones desagradables, es bueno reprimirlas?
R. Inténtelo. No debe creer en nada. Si descubre que es bueno expresarlas, lo discutiremos. Entonces le diré que no puede controlar esta expresión y que, si observa, hallará mejor no expresarlas. La pregunta es: ¿puede usted abstenerse de expresarlas? Mucho tiempo y muchas otras cosas además son necesarias a fin de no expresar realmente las emociones desagradables.
P. ¿Por qué es que da una sensación de alivio expresar la ira o la irritación?
R. En usted hay un gusano que quiere expresarse. Entonces, cuando se expresa, usted siente alivio, pero de este modo se torna más fuerte y tiene cada vez más control sobre usted.
Cuando comprenda que nadie más es responsable de la irritación de usted, poco a poco empezará a sentir de modo diferente. Tenemos mucho más poder sobre la expresión de las emociones negativas de lo que pensamos, y podemos aprender a no expresarlas. Hasta en la vida corriente no siempre expresamos las emociones negativas; en ciertas condiciones sabemos que eso sería peligroso. Y si podemos controlar su expresión en ciertas condiciones, podemos controlar esto en todas las condiciones, si lo intentamos.
P. ¿La no represión de expresar las emociones negativas, comúnmente descripta como «dejar salir el vapor», puede tener un efecto dañino?
R. No hay peligro. No podemos producir una represión suficientemente fuerte como para dañarnos. «Dejar salir el vapor» como alivio es una ilusión. Nos hace perder energía. La expresión de las emociones negativas es siempre mecánica, de modo que nunca puede ser útil. Pero la resistencia a ella es consciente.
P. Si no debemos tener emociones negativas, ¡esto abolirá toda la vida emocional!
R. Totalmente lo contrario. Ahora no tenemos vida emocional, sino solo una imitación. La idea es tener una vida emocional. Las posibilidades reales de conocer están en el centro emocional.
P. Se incurre en la misma cantidad de agotamiento tanto controlando como liberando. ¿Qué puedo ganar entonces tratando de controlar la expresión de la ira?
R. Es una presunción absolutamente equivocada que se trata de la misma cantidad de energía, porque el control aumenta la energía. Puede ser que usted tenga que gastar cierta cantidad de energía para controlar alguna emoción, pero en el momento siguiente, puesto que usted no gasta energía en esta emoción inútil, el control aumentará su energía. Ésta es la acción química del control.
P. Mi experiencia es que suprimir la expresión de una emoción negativa, cansa.
R. Usted puede cansarse si solo suprime la expresión. Pero nunca dije suprimir; dije: «No exprese, encuentre razones para no expresar». La supresión nunca puede ayudar, porque más temprano o más tarde la emoción negativa brotará. Si usted meramente suprime, mantiene la identificación y solo clausura la expresión externa. Es cuestión de hallar razones, de pensar correctamente, porque la expresión de la emoción negativa se basa siempre en alguna clase de pensamiento equivocado.
P. Me agradaría obtener más ayuda acerca de cómo atacar a las emociones negativas.
R. Esto debe ser esfuerzo suyo, y, primero que todo, deberá estudiar sus emociones negativas y clasificarlas. Deberá descubrir qué emociones negativas tiene usted principalmente, porqué vienen, qué las trae, etc. Deberá entender que su único control sobre las emociones es mediante la mente: pero esto no es inmediato. Si piensa correctamente durante seis meses, entonces eso afectará a las emociones negativas. Si empieza a pensar hoy correctamente, esto no cambiará mañana sus emociones negativas.
P. Cuando pienso en las emociones negativas, entiendo muy claramente que están en nosotros mismos; sin embargo, poco después, continúo expresándolas. ¿Esto es simplemente porque no soy uno solo?
R. Primero, porque usted no es uno solo; y segundo, porque usted no lo intenta en el sentido correcto. Es una cuestión de largo trabajo, como dije, y esto no puede cambiarse de inmediato. Si uno tiene constantes emociones negativas, recurrentes emociones negativas de la misma índole, uno cae siempre en el mismo punto. Si uno se observase mejor, sabría que esto sobrevendría o sobrevino, y si uno hubiese pensado correctamente de antemano, habría tenido alguna resistencia. Pero si uno no tiene la actitud correcta, si no piensa correctamente, entonces está desamparado, y la emoción negativa ocurre nuevamente a la misma hora, del mismo modo. Éste es uno de los métodos de controlar las emociones a través del centro intelectual. Pero las actitudes no deberán crearse en el momento de la explosión emocional, sino mucho antes. Entonces, poco a poco, las explosiones emocionales se producirán bajo el control del intelecto. Los pensamientos pueden ser más permanentes que los sentimientos y de ese modo, los pensamientos puedan influir sobre los sentimientos. Usted puede crear pensamientos permanentes, actitudes permanentes que afectarán los sentimientos andando el tiempo. Pero antes que esto pueda resultar posible, deberá introducirse cierta disciplina en nuestras emociones, y deberá adquirirse cierto conocimiento a fin de trabajar sobre la mente emocional.
P. He advertido que casi todo el tiempo apenas siento emoción alguna o tengo alguna experiencia vivida. ¿Esto es sueño?
R. En parte es sueño, en parte es vivir en los centros motor e instintivo. Entonces, exactamente como usted lo describe, apenas sentimos alguna experiencia vivida.
P. En algunos casos, la emoción negativa del miedo parece útil; de otro modo, la gente cruzaría la calle a cualquier hora, sin mirar.
R. Usted habla de miedo instintivo; el miedo emocional es diferente, se basa en la imaginación.
P. ¿Las emociones negativas tienen efecto dañino sobre otras funciones?
R. Eso debe averiguarlo usted mismo. Por ejemplo, si está agitado o irritado, o algo por el estilo, advierta otras cosas. ¿Puede recordar bien? ¿Puede pensar bien, trabajar bien? Verá que todas sus facultades están disminuidas. Esta observación le mostrará, por sí misma, muchas otras cosas para observar.
P. ¿Por qué es que la emoción negativa parece afectar el funcionamiento del centro instintivo hasta tal grado?
R. La emoción negativa afecta a todos los centros. Los centros están tan conectados que usted no puede tener una emoción negativa fuerte o violenta (y con la ayuda de la identificación todas se tornan fuertes) sin afectar a todos los centros. Usted no puede tener una emoción negativa y, al mismo tiempo, hacer algo más correctamente o siquiera pensar correctamente. Usted come mal, respira mal, camina mal, trabaja mal… todo.
P. ¿Las emociones negativas son un uso equivocado del centro instintivo?
R. No, pero todas las emociones tienen su origen en el centro instintivo. En un niñito, los centros no están divididos. Las emociones negativas son creadas a partir del material tomado del centro instintivo. Este material pertenece legítimamente al centro instintivo y es tomado equivocadamente de él. Nos hallamos en un estado muy extraño, porque las emociones positivas no pertenecen a nuestro centro emocional corriente sino al centro emocional superior, y las emociones negativas no pertenecen al centro emocional corriente sino que existen en un centro artificial. El centro emocional toma el material del instintivo, y con la mitad negativa del centro instintivo y la ayuda de la imaginación y la identificación, crea las emociones negativas. Destruirlas es un trabajo dificilísimo; pero debemos comprender que mientras existan las emociones negativas, no es posible el desarrollo, porque éste significa desarrollo de todo lo que existe en el hombre. Las emociones negativas no pueden desarrollarse; esto sería muy desastroso si pudiesen. Si uno trata de crear la consciencia, debe al mismo tiempo luchar contra las emociones negativas, pues usted las conserva o se desarrolla, no puede tener ambas cosas juntas.
P. ¿Un modo de controlar las emociones negativas sería tratar de entender por qué sucedió una cosa, de entender la causa y el efecto?
R. Tal vez en algún caso particular, pero en la actualidad no se trata de destruir o controlar, la cuestión es estudiar. El método más fuerte para controlar las emociones negativas es aprender a no expresarlas. De modo que, primero, debemos luchar contra la expresión de las emociones negativas y, segundo, con las emociones con que podemos luchar. Cuando aprendamos a no expresarlas, hablaremos del próximo paso. No podemos controlar las emociones negativas mientras ellas tienen libre expresión.
Quiero que entienda que detener la expresión de las emociones negativas y la lucha con las emociones negativas mismas son dos cosas absolutamente diferentes. Primero viene tratar de detener la expresión. Si usted expresa una emoción negativa, está en poder de ésta, no puede hacer nada en ese momento. Una vez que aprendió a no expresarla, puede tratar de no identificarse, de crear una actitud correcta, y de recordarse.
P. A veces puedo arreglarme como para no expresar una emoción negativa que comienza, pero ésta continúa tratando de salir.
R. Eso significa que solo detuvo la manifestación externa, y debe tratar de detener su causa. No me refiero a la emoción misma, sino a la causa de la expresión. Hay una diferencia. La emoción es una cosa, la expresión es otra. Trate de descubrir la diferencia.
P. ¿El tratar de controlar las emociones desagradables, las elimina gradualmente?
R. Ciertamente, porque muchas de ellas pueden existir solamente cuando no hay control; en el momento en que comienza el control, muchas de ellas se tornan fáciles de eliminar.
P. Si la primera ejercitación propia ha sido tal que es natural no expresar las emociones desagradables, ¿eso no es igualmente mecánico?
R. Ésa es una pregunta académica; es necesario verificar si usted puede hacerlo en todas las circunstancias. Uno puede estar preparado para no expresar las emociones negativas en ciertas circunstancias, pero en otras circunstancias uno las expresará.
P. ¿La cuestión no es no sentir emociones desagradables?
R. Eso viene después, es una cuestión absolutamente separada. Usted llega a eso mediante la no identificación.
P. ¿Por qué medios puede uno controlar de dónde provienen las propias emociones desagradables, qué las causa, y cómo hemos de superar nuestra tendencia a engañarnos? ¿Esto es solo posible a través de una escuela?
R. En la actualidad no es importante aprender de dónde provienen, sino que lo importante es detener su expresión. Después pueden aprenderse muchas cosas sobre las emociones negativas. En cuanto a qué las causa, la identificación es la causa general de todas las emociones negativas. Usted no puede luchar con ellas sin ayuda, muchas personas lo intentaron. Si usted comprendiera cuán pequeña es nuestra posibilidad, entendería que uno debe tener toda la ayuda posible a fin de lograr algo.
P. ¿Las emociones negativas deben ser siempre mecánicas?
R. ¿Qué es lo opuesto a mecánico? Consciente. ¿Quién tendrá emociones negativas conscientemente? Cuando uno sabe que puede renunciar a ellas, nadie las tendría. De modo que, ciertamente, son mecánicas.
P. ¿Podríamos oír más acerca de la actitud correcta como un arma contra las emociones negativas? ¿Eso deberá significar más que tan solo no identificarse?
R. Ciertamente, significa más; significa pensar correctamente sobre un tópico definido. Por ejemplo, casi todas nuestras emociones personales negativas se basan sobre la acusación; alguien más es culpable. Si mediante un pensar persistente, comprendemos que nadie puede ser culpable contra nosotros, que somos nosotros la causa de todo lo que nos ocurre, eso cambia las cosas no de inmediato por cierto, porque, muchas veces, darse cuenta de esto llegará demasiado tarde. Pero luego de algún tiempo, este pensar correcto, esta creación de la actitud correcta o del punto de vista correcto, puede convertirse en un proceso permanente; entonces, las emociones negativas aparecerán ocasionalmente. Exactamente, por ser permanente este proceso de pensar correctamente, tiene poder sobre las emociones negativas: las atrapa al comienzo.
P. Descubro que gran parte de mi tiempo se pasa en un estado negativo, no muy definido, y no me parece poder hacer nada acerca de ello.
R. Sí, pero debe haber comprendido que eso generalmente está conectado con alguna clase de identificación o imaginación. Cuando encuentre diferentes manifestaciones de este estado negativo, podrá luchar con él, porque esta lucha está en la mente. Puede rechazar algunos puntos de vista y aceptar otros, y muy pronto verá una diferencia.
Esto está conectado con una gran cuestión, porque desde un punto de vista somos tan mecánicos que no podemos hacer nada; pero desde otro punto de vista hay varias cosas que podemos empezar a hacer. En nosotros tenemos ciertas posibilidades, solo que no las usamos. Es cierto que no podemos «hacer» nada en el sentido de que no podemos cambiar lo que sentimos en un momento dado, pero podemos hacernos pensar sobre un tema en un momento dado. Éste es el comienzo. Debemos saber lo que es posible, y empezar con eso, porque entonces, la posibilidad de hacer algo, en vez de permitir que las cosas ocurran, aumentará gradualmente.
No comprendemos qué enorme poder radica en el pensar. No significo eso como una explicación filosófica de poder. El poder radica en el hecho de que, si siempre pensamos correctamente sobre ciertas cosas, lo podemos tornar permanente; crece en una actitud permanente. Usted puede descubrir alguna inclinación hacia equivocadas manifestaciones emocionales de alguna índole. Precisamente, en ese momento no puede hacer nada, ha educado en usted la capacidad para esta clase de reacción mediante el pensar incorrecto. Pero si empieza desde el pensar correcto, luego de un tiempo educará en usted la capacidad para una reacción diferente. Solo este método ha de entenderse, y este entendimiento debe ser muy hondo.
Puede aplicar este método a muchas cosas diferentes. Esto es lo único que usted puede hacer. No puede «hacer» nada más. No hay un modo directo para luchar contra las manifestaciones negativas, porque usted no puede atraparlas; y no hay modo de impedirlas, salvo estando preparado para ellas de antemano. Pero darse cuenta fugazmente de que están equivocadas, no servirá; eso deberá ser muy profundo; de otro modo, usted tendrá un proceso igualmente difícil a fin de preparar el terreno para otra manifestación. Usted no comprende cuánto pierde por estas manifestaciones espontáneas de carácter negativo. ¡Ellas hacen imposibles tantas cosas!
P. Aunque empiece a pensar correctamente, descubro que la imitación comienza cuando oigo a alguien que refunfuña, y empiezo a hacer lo mismo.
R. El hecho de que usted empiece a pensar correctamente, no cambiará nada en seguida. Es necesario pensar correctamente durante largo tiempo; entonces, vendrán los resultados, pero no de inmediato; Es una cuestión de meses o años crear las actitudes correctas. Mediante la creación de las actitudes correctas, usted consolida el hecho de que decidió real y seriamente no dar paso a las manifestaciones negativas. No comprendemos cuánto perdemos de este modo. Perdemos exactamente lo que queremos obtener.
Pero, primero que todo, debemos tener el hábito de expresar las emociones negativas. He ahí por qué, en las primeras pláticas mismas, cuando oyeron hablar sobre la observación de si, se explicó que deben aprender a no expresar las emociones negativas. Todos saben cómo no demostrar lo que sienten: no me refiero a casos excepcionales, sino a casos corrientes. Toda la negatividad se basa en la identificación, la imaginación y un rasgo particular, a saber, permitirse expresarla. Usted siempre cree que no podría detenerla y por eso piensa que está muy bien demostrar lo que siente. Por tanto, primero deberá librarse de esa ilusión. Usted podrá detener las manifestaciones de las emociones negativas. Si dice «No quiero», le creo, pero no si dice «No puedo».
Les he dado muchas sugerencias acerca del trabajo sobre las emociones, como:
Cuatro prácticas. Si realmente usan todo lo que les he dado, muy pronto verán resultados muy perceptibles. El control real del centro emocional necesita el recuerdo de sí, un nuevo estado de consciencia, en la medida en que es un largo trayecto; ahora debemos usar los métodos auxiliares. El más importante de ellos, al comienzo, es la actitud correcta.