Las ovejas de Glennkill son unas ovejas excepcionales. Las de lana y carne corrientes no soportan ni el alcohol ni las drogas, razón por la cual me gustaría pedirles a mis lectores que no las induzcan al consumo de estupefacientes. Si quieren darle una alegría a una oveja, prueben con pan o ¡con hierba de verdad!