Agradecimientos

Una vez más tengo una inmensa deuda de gratitud con mi agente Clare Conville y mi editora Rachel Hore. Quisiera dar las gracias, por su información sobre la predicción meteorológica, a Helen Young, Sarah Wilmshurst, Andrea McLean y Tanya James. Por sus conocimientos sobre la televisión matinal estoy en deuda con Andrew Thompson y Michael Metcalfe. Por compartir conmigo unos cuantos secretos de los camerinos quisiera dar las gracias a Judy Thonger y Marilyn Widees. Gracias también a Sarah Anticoni y Emma Arkel por su información sobre el divorcio, y a Ian Terry y Annie Sinclair por explicarme cómo es la vida de un detective privado. Tengo una gran deuda de gratitud con Colin Maxwell, de la Royal Opera House, y con Emily Stubbs, de Wigmore Hall. También estoy muy agradecida a mi madre, Ursula, por las historias de su época en el colegio de monjas. Muchas gracias a Catherine O’Sullivan, Kate Williams, Eleana Haworth, Amanda Denning y Jane Cole por su valiosa información. Gracias también a Lucy Ferguson por su ojo de lince a la hora de corregir el libro. Una vez más estoy en deuda con mi padre, Paul, y con Louise Clairmonte por leer el manuscrito y ayudarme con sus comentarios. Quisiera dar las gracias además a todo el mundo en Battersea Dogs’ Home, a Marian Covington en Chelsea y el hospital Westminster, a Hester Lacey del Independent, y a Gareth y Helen Pugh, del hotel Painswick. También estoy agradecida a Peta Heskell por enseñarme a flirtear, a Patrick Harris por sus consejos sobre música, a Julien Hofer por sus conocimientos sobre juegos de ordenador y a Jonathan Dicker por su información sobre finanzas en Internet. Quiero dar las gracias a todo el mundo de HarperCollins, especialmente a Fiona McIntosh, Yvette Cowles, Amanda McElvie, Anne O’Brien, Venetia Butterfield, Tilly Ware y Jennifer Parr, con quienes todo es una gran diversión.