Agradecimientos

Como de costumbre, quiero dar las gracias a mis amigos, que no saben de mí durante los largos períodos en los que estoy entregada al trabajo y aun así me perdonan. Estoy segura de que cualquier día irán a la policía para denunciar mi desaparición…

Gracias a mis hijos y a mi marido, que toleran mis distracciones y mi extraño horario de trabajo. Os quiero más de lo que podría expresar con palabras y todos los días le doy gracias a Dios por el regalo que me ha concedido.

A mis seguidores, que visitan mi Web y me alegran el día.

Y en especial a mi editora y al equipo de Macmillan por no estrangularme cuando les entregué un manuscrito de más de mil seiscientas páginas. ¡Pocas editoriales serían tan valientes y comprensivas! ¡Sois los mejores, chicos!