[1] Sobre el fin del reinado de Felipe el Hermoso y los inicios del de Luis X, véanse los dos primeros volúmenes de LOS REYES MALDITOS: El rey de hierro y La reina estrangulada. <<
[2] Conde con dotación de Anjou y del Maine, hijo de Luis VIII y séptimo hermano del rey San Luis, había casado en 1246 con la condesa Beatriz, que le aportó, según expresión de Dante, «la gran dote de Provenza», considerado por la Santa Sede como adalid de la Iglesia en Italia, fue coronado rey de Sicilia en San Juan de Letrán en 1265. Tal es el origen de esta rama meridional de la familia Capetina, conocida por el nombre de Anjou-Sicilia, cuyo poder se extendió por el sur de Francia y el de Italia. El hijo de Carlos I de Anjou, Carlos II, llamado El Cojo, rey de Nápoles, de Sicilia y de Jerusalén, duque de Pouilles, príncipe de Salerno, de Capua y de Tarento, casó con María de Hungría, hermana y heredera de Ladislao, rey de Hungría. De esta unión nacieron: Carlos Martel, rey titular de Hungría, muerto en 1295; San Luis de Anjou, obispo de Toulouse, muerto en 1299; Roberto, rey de Nápoles; Felipe, príncipe de Tarento; Raimundo Berenguer, conde de Provenza, de Piamonte y de Andres; Juan. que entró en religión; Pedro, conde de Ehoil y de Gravina; María, esposa de Sancho de Aragón, rey de Mallorca; Beatriz, que casó en primeras nupcias con Azón, marqués de Este, y, luego, con Bertrán de Baux; Blanca, esposa de Jaime II de Aragón; Margarita, primera esposa de Carlos de Valois, muerta en 1299; Eleonora, esposa de Federico de Aragón. El primogénito, Carlos Martel, casado con Clemencia de Habsburgo, y para quien la reina María había reclamado la herencia de Hungría, murió en 1295 (catorce años antes que su padre) dejando un hijo, Caroberto, que fue rey de Hungría, y dos hijas: Beatriz, que casó con Juan II, delfín de Vienne, y Clemencia, que fue la reina de Francia sobre la que tratamos en este volumen. El segundo hijo de Carlos II, San Luis de Anjou, nacido en Nocera en febrero de 1275, renunció a todos sus derechos de sucesión para entrar en religión. Nombrado obispo de Toulouse, murió en el Castillo de Brignoles, en Provenza, el 19 de agosto de 1298, a la edad de 23 años. Fue canonizado el día de Pascua del año 1317 por el papa Juan XXII excardenal de Sévres y candidato de los Anjou al solio pontificio, que había sido elegido el verano anterior. El proceso de canonización estaba en curso el año que nos ocupa. El cuerpo de San Luis de Anjou fue exhumado en noviembre de 1319 y trasladado al convento de los franciscanos de Marsella, ciudad Angevina. A la muerte de Carlos IX, en 1309, la corona de Nápoles no pasó a la línea primogénita, que estaba suficientemente provista con el trono de Hungría, sino a Roberto, tercer hijo de Carlos el Cojo. Roberto se encontraba en Marsella en noviembre de 1319 cuando trasladaron los restos de San Luis de Anjou al convento de franciscanos de dicha ciudad. Llevó a Nápoles como recuerdo la cabeza de su hermano. Cuarenta años después, el papa Urbano V envió un brazo del santo a Montpellier. Por último el rey Alfonso V de Aragón, cuando tomó Marsella en 1433, sacó lo que quedaba de la osamenta y lo hizo llevar a Valencia. <<
[3] —¡Mirad qué hermosa es!
—¡Adiós, doña clemencia! ¡Que seáis feliz!
—¡Dios bendiga a nuestra princesa!
—¡No os olvidéis de nosotros! <<
[4] En aquella época, la misa celebrada a bordo de los navíos, al pie del palo mayor, era una misa particular, llamada misa árida, porque el sacerdote no consagraba ni comulgaba. Esta desacostumbrada forma litúrgica se debía probablemente al temor de que por el mareo, fuera arrojada la Sagrada Forma. <<
[5] El marco era una medida de peso, equivalente a ocho onzas, o sea, media libra, es decir, aproximadamente 244 gramos. <<
[6] Viento seco y frío procedente del norte, en el sudeste de Francia. <<
[7] La organización de los establecimientos hospitalarios de la Edad Media se inspiraba generalmente en los estatutos del Hospital de París. El hospital era dirigido por uno o dos provisores, elegidos entre los canónigos de la catedral de la ciudad. El personal se reclutaba entre voluntarios, después de realizar un severo examen ante los provisores. En el Hospital de París, este personal se componía de cuatro sacerdotes, cuatro clérigos, treinta hermanos y veinticinco hermanas. Entre los voluntarios no se admitía a los casados. Los hermanos llevaban la misma tonsura que los Templarios; y las hermanas, los cabellos cortados como las religiosas.
La regla impuesta a los «hospitalarios» era muy severa. Hermanos y hermanas debían prometer guardar castidad y vivir en la renuncia de todo bien. Ningún hermano se podía comunicar con una hermana sin permiso del «maestro» o de la «maestra», nombrados por los provisores para dirigir al personal. Se prohibía a las hermanas lavar la cabeza o los pies a los hermanos; estos servicios sólo se prestaban a los enfermos que guardaban cama. El maestro podía aplicar castigos corporales a los hermanos, así como la maestra a las hermanas. Ningún hermano podía salir solo por la ciudad, ni con un compañero que no le hubiera sido designado por el maestro; este reglamento era el mismo para las hermanas. El personal del hospital no tenía derecho a recibir invitados. Hermanos y hermanas sólo podían tomar dos comidas diarias; pero habían de dar alimento a los enfermos tantas veces como éstos lo necesitaran. Los hermanos debían acostarse solos, vestidos con una túnica de tela o de lana y con calzón; las hermanas lo mismo. Si un hermano o hermana, en la hora de su muerte, era hallado en posesión de un bien u objeto cualquiera que no hubiera mostrado al maestro o a la maestra durante su vida, no le dedicaban ningún oficio religioso y era enterrado como un excomulgado.
La entrada en el hospital estaba prohibida a toda persona que llevara un perro o un pájaro. Todo enfermo, al presentarse en el hospital, era examinado primeramente por el «cirujano de la puerta», quien lo inscribía en un registro. Luego le ataba al brazo una etiqueta en la que figuraba su nombre y la fecha de entrada. Recibía la comunión; luego lo llevaban a una cama, y lo trataban «como si fuera el dueño de la casa». El hospital debía estar siempre provisto de varias batas forradas de piel y de varios pares de calzado, también forrados, para el «calentamiento» de los enfermos. Después de curarse, para evitar recaídas, el enfermo permanecía siete días completos en el hospital.
Los médicos, llamados mires o físicos, al igual que los cirujanos, llevaban un traje distintivo. Los medicamentos eran preparados en la botica del hospital siguiendo las indicaciones del mire y del cirujano.
El hospital acogía no sólo a personas que sufrían de males pasajeros, sino también a los enfermos crónicos.
La condesa Mahaut de Artois hizo donación al Hospital de Arrás de diez camas con sus correspondientes mantas, almohadas, sábanas y cubiertas, para uso de diez enfermos pobres.
En el inventario de este hospital se anotan varias grandes cubas de madera que servían de bañeras, bacines «para colocarlos bajo los pobres en su cama», y numerosas jofainas, bacías de barbero, etc… La condesa de Artois fundó también el Hospital de Hesdin. <<
[8] Jacobo Duéze nació en 1244 en Cahors, igual que el papa Clemente V, a cuyo séquito pertenecía. Fue nombrado obispo de Frejus en 1299, obispo de Avignon en 1309 y finalmente obispo-cardenal de Porto en 1312; pero Clemente V lo conservó junto a si como cardenal de curia. Desempeñó un papel muy importante en el concilio de Vienne, reunido en 1311 para arreglar el asunto de los Templarios. Como secretario de este concilio, Duéze apoyó en su informe la supresión de la orden, decisión que deseaba Felipe el Hermoso; sin embargo se ganó la enemistad de este rey al oponerse a la condenación póstuma como hereje del papa Bonifacio VIII, negándose a la profanación de sus cenizas. Al morir clemente V en Carpentras, en abril de 1314 (un mes después de la maldición), Duéze se constituyó inmediatamente en candidato al trono pontificio. Lo apoyaba sólidamente la corte de Nápoles, pero tenía en contra a los cardenales italianos y a una parte de los franceses. La expedición de Bertrán de Got y Guillermo de Budos, sobrinos del papa Clemente, enviada por la corte de Francia para impedir la elección de Duéze, fue de mal en peor desde 1314: pendencias, tumultos, incendios y saqueos, escaramuzas entre los soldados y los domésticos de los cardenales, asedios al convento donde se celebraba el cónclave… Finalmente, los miembros del Sacro Colegio huyeron por una brecha y se salvaron a campo traviesa. Se dispersaron; unos fueron a Aviñón, otros a Orange, Vienne, Lyón, formando este extraño cónclave errante que tardó dos años en ponerse de acuerdo para elegir a Jacobo Duéze. En otro volumen se verá el papel que el conde de Poitiers desempeñó en esta elección, y con qué medios, bastante violentos, obligó a los cardenales a hacer la elección. <<
[9] Sobre el encuentro de Bouville y el cardenal Duéze, véase La reina estrangulada. <<
[10] Los señores soberanos de Vienne llevaban el nombre de «delfín» por el delfín que adornaba su casco y sus armas, de donde la designación de Delfinado dada al conjunto de regiones sobre las cuales ejercían su soberanía, el cual comprendía: el Gresivaudan, el Roannez, el Champasaur, el Briançonnais, el Embrunois, el Gapençais, el Viennois, el Valentinois, el Diois, el Tricastinois, y el principado de Orange.
A principios del siglo XIV ejercía la soberanía la tercera Casa de los delfines de Vienne, la de la Tour du Pin. Hacia finales del reinado de Felipe VI de Valois, el Delfinado fue cedido por Humberto II a la corona de Francia, por los tratados de 1343 y 1349, con la condición de que en adelante el hijo primogénito de los reyes de Francia llevaría el título de Delfín. <<
[11] Por deformación de la palabra latina bostis, enemigo, el término ost servía para designar un ejército y principalmente el ejército real. <<
[12] Los primeros días de julio de 1315, Luis X promulgó dos ordenanzas sobre los Lombardos. La primera establecía que los «caseros» llamados también «residentes» italianos debían pagar un sueldo por cada libra de mercancía, mediante lo cual quedarían exentos del ost, de cabalgada y de toda subvención militar. Era, pues, un impuesto excepcional del cinco por ciento. La segunda ordenanza, de fecha 9 de julio, constituía un reglamento general sobre la residencia y el comercio de los mercaderes italianos. Todas las transacciones de oro y plata en masa o en vellón, todas las ventas, compras y cambios de mercancías diversas eran sometidos a un impuesto que variaba de uno a cuatro dineros por libra según las regiones y según que el comercio se ejerciera en las ferias o fuera de ellas. A los Italianos sólo se les autorizaba a tener domicilio fijo en cuatro ciudades: París, Saint-Omer, Nimes y La Rochelle. Parece que esta última disposición nunca se aplicó escrupulosamente, pero las excepciones debieron de proporcionar buenos ingresos, ya a las ciudades, ya al Tesoro. Agentes nombrados por la administración real estaban encargados de vigilar las actividades comerciales de los Lombardos. <<
[13] Carlos de Valois se había casado con su tercera mujer Mahaut de Chatillon, pariente próxima del condestable de Francia. <<
[14] La palabra bachiller no se usaba en la Edad Media en la acepción actual; este vocablo tenía una significación militar y designaba al joven gentilhombre que, no teniendo todavía edad o medios para llevar su propia mesnada, aspiraba a convertirse en caballero. Era una especie de oficial asistente que formaba parte, con rango un poco superior al de escudero, del estado mayor de un jefe de mesnada. <<
[15] La leyenda según la cual los Capetos descendían de un rico carnicero de París se extendió por Francia con la Canción de gesta de Hugo Capeto, panfleto escrito a comienzos del siglo XIV, que fue olvidado rápidamente excepto por Dante y más tarde por Fran. Dante acusa igualmente a Hugo Capeto de haber depuesto al heredero legítimo y haberlo encerrado en el claustro. Ello es debido a una confusión entre el fin de los Merovingios y el de los Carolingios; fue, en efecto, Chilperico III último rey de la primera de estas dinastías, el que fue encerrado en un convento. El último descendiente legítimo de Carlomagno, a la muerte de Luis V, el Perezoso, era el duque Carlos de Lorraine, que quiso disputar el trono a Hugo Capeto; y el duque de Lorraine no acabó en un convento, sino en la prisión en que lo encerró el duque de Francia. Cuando, en el siglo XVI, Francisco I al hacerse leer, por consejo de su hermana, la Divina Comedia, escuchó este pasaje relativo a los Capetos, interrumpió de golpe al lector y exclamó: «¡Ah, ese mal poeta que deshonra mi casa!». Y se negó a seguir escuchando. <<
[16] Carlos de Valois fue enviado a Toscana para «pacificar» a Florencia, desgarrada por las disensiones entre Güelfos y Gibelinos. Habiendo entrado en la ciudad el día primero de noviembre de 1301, la entregó a la venganza de los partidarios del papa. Luego vinieron los destierros. Dante, notorio Gibelino e inspirador de la resistencia, había formado parte el verano anterior del Consejo de la Señoría; luego, habiendo sido enviado en embajada a Roma, fue retenido en calidad de rehén. El 27 de enero de 1302 un tribunal florentino lo condenó a dos años de destierro y a una multa de 5.000 libras, bajo falsa acusación de prevaricación en el ejercicio de su cargo. El 10 de marzo del mismo año le instruyeron nuevo proceso, y lo condenaron esta vez a ser quemado vivo. Afortunadamente para él, no estaba en Florencia ni tampoco en Roma, de donde había podido escapar; pero nunca más pudo volver a su patria. Se comprende fácilmente que guardara contra Carlos de Valois y, por extensión contra todos los franceses, un tenaz rencor. <<
[17] Cierto número de estudios y de testimonios inducen a creer que la orden de los Templarios sobrevivió de manera oculta y difusa durante varios siglos. Se citan nombres de grandes-maestres secretos hasta el siglo XVIII. Por lo menos parece evidente que los Templarios, en los años inmediatos que siguieron a la supresión de la Orden, intentaron reagruparse clandestinamente. Juan de Longwy, sobrino de Jacobo de Molay, que había jurado vengar la memoria de su tío en las tierras del conde de Borgoña (es decir de Felipe de Poitiers), fue jefe de esta organización. <<
[18] Recordamos (véase El Rey de Hierro) que Juana de Borgoña, condesa de Poitiers, no fue condenada por adulterio, sino por complicidad en el de su prima Margarita y su hermana Blanca. Mientras éstas fueron encerradas en Château-Gaillard, Juana de Poitiers fue confinada en el castillo de Dourdan por un tiempo no determinado y con un trato mucho menos severo. En términos modernos podríamos decir que la colocaron en régimen de delito político, mientras Margarita y Blanca estaban en régimen de delito común. <<
[19] San Druon, nacido en 1118 en la aldea de Epinoy, dependiente entonces de la diócesis de Tournay, luego de la de Amis, era venerado especialmente en el Artois. Vino al mundo gracias a la cesárea practicada a su madre ya muerta. Desde muy joven sintió gran inclinación a la piedad y fue el blanco de la crueldad de los niños de su edad, que lo acusaban de haber matado a su madre. Creyéndose culpable, se entregó a toda clase de picticas religiosas con el fin de expiar este crimen involuntario. A los diecisiete años renunció a la vida señorial, distribuyó los considerables bienes que había heredado y entró de pastor en casa de una viuda llamada Isabel Lehaire, en el pueblo de Sebourg, condado de Hainaut, a trece kilómetros de Valenciennes. Tenía tanto cariño a los animales y los cuidaba tan bien que todos los habitantes del pueblo le pidieron que guardara sus ovejas al mismo tiempo que las de la viuda Lehaire. Fue entonces cuando los ángeles empezaron a cuidar de su rebaño mientras él iba a oír misa… Luego emprendió peregrinación a Roma, y tanto lo satisfizo que la repitió nueve veces. Pero tuvo que renunciar a los viajes al verse atacado por «rotura de intestinos», mal que, al parecer, sufrió durante cuarenta años, sin dejarse curar. A pesar del mal olor que despedía, sus virtudes atrajeron a numerosos penitentes de la región. Pidió que le construyeran junto a la iglesia de Sebourg una barraca desde donde pudiera ver el tabernáculo, y prometió no salir de ella hasta el fin de su vida. Cumplió fielmente su promesa, incluso el día en que se incendió la iglesia y con ella la barraca. El fuego lo respetó, y entonces comprendieron que era santo. Murió el 16 de abril de 1189. De muchas leguas a la redonda, llegó la gente bañada en lágrimas para besarle los pies y llevarse algún trozo del miserable vestido que lo cubría. Sus parientes, los señores de Epinoy, quisieron trasladar su cuerpo al pueblo natal, pero el carro donde habían depositado el cadáver se inmovilizó a la salida de Sebourg, y todos los caballos que se agregaron no pudieron hacerlo avanzar. Se vieron obligados a dejar el cuerpo del santo en el lugar de su muerte. Su fama se acrecentó extraordinariamente con la curación del conde de Hainaut y de Holanda, que sufría horriblemente de mal de piedra, el cual, en cuanto se arrodilló ante la tumba de San Druon para decir una plegaria, expulsó «tres piedras del tamaño de una nuez». La fiesta del santo todavía se celebra, tradicionalmente, el lunes de Pentecostés, en la iglesia parroquial y en los pozos de San Druon, en Carvin-Epinoy. <<
[20] El último hijo y único varón de Mahaut, llamado Roberto como su primo, no tenía entonces más que dieciséis años. No tuvo tiempo de hacer nada notable dentro de los acontecimientos de este periodo, pues murió en 1317 antes de alcanzar los dieciocho años. Fue enterrado en los franciscanos de París y trasladado posteriormente a Saint-Denis. La estatua yacente de Roberto de Artois que se encuentra en Saint-Denis no es pues la de nuestro héroe —que fue enterrado en Londres— sino la del hijo de Mahaut. <<
[21] Hay controversias sobre la fecha exacta del segundo matrimonio de Luis X. Algunos autores la fijan en el 3 de agosto, otros en el 13 e incluso en el 19. Lo mismo ocurre con la fecha de la coronación, que varía según los textos entre el 19, 21 y 24 de agosto. La colección de ordenanzas de los reyes de Francia, que fue impresa en el siglo XVIII y cuya cronología está muy lejos de ser cierta, establece que el rey se encontraba el 3 de agosto en Reims, el 6 y el 7 en Soissons, y el 18 en Arrás. Ahora bien, teniendo en cuenta que Luis X había tomado la oriflama en Saint-Denis el 24 de julio, parece materialmente imposible, por breve que fuera la expedición a Flandes, que hubiera tenido tiempo de volver del «ejército embarrado» y llegar a la región de Champaña antes del 10 de agosto. Consideramos la fecha del 13 de agosto, dada por el padre Anselmo, como la más probable, ya que, debiendo tener lugar la coronación en domingo o en un día de gran fiesta religiosa, creemos que Luis X fue coronado el 15 de agosto o el domingo 18 de agosto. Sabemos, por otra parte, que en esas ocasiones los festejos se prolongaban durante varios días, lo que explica la confusión de las fechas. <<
[22] Conmemora el día en que Felipe Augusto, a comienzos del siglo anterior, fue a confirmar solemnemente la donación de esta fortaleza a los obispos de Troyes. Un acontecimiento cada cien años. <<
[23] Toda la familia Hirson estaba provista de cargos y sinecuras en la administración del Artois o en la mansión de Mahaut. Además de Thierry, el canciller y de las dos doncellas de compañía llamadas Mahaut y Beatriz, Pedro de Hirson era baile de Arrás, Guillermo de Hirson era panetero llamado también intendente de la condesa, y aún había tres Hirson más, sobrinos de Thierry, que tenían cargos en la corte del Artois. <<
[24] Todavía se conserva un gran número de inventarios de comienzos del siglo XIV, entre ellos el que mandó hacer Mahaut de Artois, con la descripción minuciosa de los Objetos y de su valoración, tras el saqueo de su castillo de Hesdin, saqueo por el que pidió indemnización. <<
[25] La fortuna de Clemencia de Hungría, tanto en tierras como en joyas, constituida esencialmente por regalos de Luis X, era enorme. Durante la corta duración de su matrimonio, Clemencia recibió no menos de catorce castillos, algunos de los cuales se constaban entre las más importantes residencias reales. <<
[26] Se refiere a un juego de palabras intraducibles: deu notre Grand-Máitre, feu (fuego) - feu (difunto). <<
[27] Nos excusamos por el subido tono de la frase, pero se encuentra textualmente en la exposición del antiguo templario Everardo, tal como fue registrada in extenso. <<
[28] El unicornio es un animal legendario que sólo ha existido en los blasones, frescos y tapicerías. No obstante su único cuerno pasaba por tener la eficacia de contraveneno universal. En realidad, lo que se vendía, a precio muy elevado, bajo el nombre de cuerno de unicornio era la defensa del narval, o unicornio de mar, con la cual se «tocaban» los alimentos para descubrir la presencia de sustancias venenosas. <<
[29] Todos los talleres de tapicería conocidos en Europa, y principalmente en Italia y en Hungría a finales de la Edad Media, habían sido fundados por tejedores llegados de Flandes o del Artois. Se considera que la ciudad de Arrás fue el centro de esta naciente industria en el siglo XIV. Esta prosperidad se atribuye expresamente a la iniciativa de la condesa Mahaut y a los estímulos que prodigó a los oficios que constituían la riqueza de su provincia. Cuando los tapiceros parisienses comenzaron a hacer la competencia a los talleres del Artois, Mahaut no tuvo ninguna preferencia por unos u otros, e hizo igualmente encargos a los artesanos de París. El inventario de los bienes de la reina Clemencia es uno de los primeros en que se citan «ocho tapices con imágenes y árboles, en una escena de caza». <<
[30] Eudes de Borgoña acababa de suceder a su hermano Hugo V muerto en Argilly a principios de mayo de 1315 y enterrado en Citeaux, el 12 de mayo. <<