Este soneto y el siguiente están inspirados en unos epigramas atribuidos a Marianus Scholasticus —poeta bizantino del siglo VI— presentes en una Greek Anthology de principios del siglo XVII. Consisten, pues, en ejercicios formales del bardo de Stratford, por lo que se consideran poemas primerizos, y su colocación al final de la serie parece atinada de acuerdo con la tradición de la época y porque además rebajan la intensidad precedente, sirviendo de anticlímax al tortuoso amor de la Dark lady.
1-4 El primer cuarteto comienza con una escena mitológica cargada de simbolismo erótico: una doncella, virgen de Diana, recoge la antorcha de Cupido mientras este duerme, y lo apaga en una poza. Antes que el arco y las flechas, fue la antorcha (brand) el atributo de Cupido y el medio utilizado para prender el fuego en el corazón de los amantes: presenta un claro simbolismo fálico y alude también al ardor sexual. A su vez, la imagen de la “fría poza del valle que manaba” (a cold valley-fountain of that ground) se asocia al ámbito de la diosa Diana y también constituye un símbolo de los genitales femeninos. Diana, diosa de la caza, también de las fuentes y de los bosques, era una divinidad virgen, y como ningún hombre podía penetrar en su templo, tenía a su servicio un séquito de doncellas que hacían voto de castidad. Aquí hay una doble sugerencia, que resulta paradójica: por un lado se insinúa que la virgen de Diana, impulsada por ese voto de castidad, aprovecha la ocasión para castrar a Cupido y apagar el ardor del dios del amor; por otro lado, puede entenderse que lo que en realidad hace ella es quebrantar su voto de castidad, pues el hundimiento de la antorcha en la poza presenta un claro simbolismo sexual, y acaba con la frigidez obligada de la doncella.
5-8 En el segundo cuarteto, la antorcha calienta el agua y origina unas termas capaces de sanar a los enfermos, simbolizando de este modo el poder curativo del amor. Against strange maladies, “contra raras dolencias”, sugiere el carácter exótico o la procedencia extranjera de esas dolencias, que puede aludir al hecho de que fueron contraídas por vía sexual con una mujer extranjera (la Dark lady) o a la sífilis, que en aquel tiempo se consideraba una efermedad exótica que había llegado a Europa desde América, o que se había originado en Francia (morbus gallicus), extendiéndose desde allí a otros países europeos.
9-12 En el tercer cuarteto, Cupido (The boy, “el niño”) prende de nuevo la antorcha en el ojo de la amada del hablante lírico, mostrando cómo el impulso amoroso, ahora, procede de ella más que del mismo Cupido. A partir de aquí y hasta el final, el soneto conecta con la serie de la Dark lady. El ojo, en singular, eye, ofrece una ambigüedad con la que Shakespeare juega también en el Soneto 133, en referencia a la vagina. En el verso 11, I, sick withal, “Y yo, también enfermo”, muestra la consecuencia que tiene para el hablante lírico el contacto con el fuego procedente del ojo de su amada; por otra parte, la mención del baño (bath), que en el original inglés no presenta artículo, acaso aluda a la ciudad de Bath, famosa en la época por su balneario.
12 Sad distempered guest puede tener varios sentidos, que giran alrededor de las nociones de triste, taciturno y paciente que sufre y tiene perturbado el juicio o el ánimo.
13-14 El dístico final indica que la verdadera cura no reside en el baño salutífero sino en el ojo de su amante: una alusión sexual a la vagina. Aunque casi todos los editores aceptan la enmienda de Benson, eyes (por causa de la rima con lies en el verso 13) en vez de eye, conforme a la lectura de Q, otros como Stephen Booth e K. Duncan Jones mantienen la forma en singular, que también aparece así en el verso 9, y que yo respeto, pues considero que es más sugestiva y coherente. <<