El hablante lírico reflexiona sobre el poder y la maña de la mujer amada, quien —pese a sus flaquezas— es capaz de conmover su corazón y confundir su recta mirada, de forma que el hablante lírico alaba las bondades de la mujer aun sabiendo de sus deficiencias. El hecho de amarla pese a sus defectos hace que el sentimiento del hablante lírico sea más meritorio y él se hace más digno de ser amado por ella. El soneto presenta una complejidad significativa apreciable, si tenemos en cuenta que la destinataria, la Dark lady, es tal vez una prostituta (whore, “puta”, se insinúa foneticamente en la forma abhor). En todo caso, el alcance del soneto tiene que ver con lo que se expresa en el Soneto 116: las faltas o defectos del ser amado no pueden ser motivo de ruptura, el amor no puede mudar cuando encuentra mudanzas ni ha de tender a la inconstancia con quien es inconstante, pues entonces se convertiría en una mera transacción, propia de mercaderes que esperan obtener un pago o una mercancía equivalente a aquella que entregan. Sin embargo, si el Soneto 116 es aseverativo y abstracto, el Soneto 150 es interrogativo y concreto: se refiere a una mujer particular y la triple pregunta formulada en cada uno de los cuartetos parece tener tres respuestas posibles alternativamente, a saber: Cupido, el dios ciego, que representa el poder del amor; Satanás, el demonio que personifica el poder de las tinieblas, y algún espíritu benéfico, que instruye a la mujer sobre la mejor manera de dominar al hablante lírico.
1-2 Los versos sugieren la existencia de un poder externo o de una habilidad (might presenta ambas acepciones: la de power y la de prowess) que posee la mujer y con la que ella, a pesar de sus deficiencias o debilidades, hace que se conmueva el corazón del hablante lírico. El poder al que remite este primer cuarteto es el poder del amor, el poder de Cupido.
3 To make me give the lie to my true sight, “forzándome a decirle al ojo que se engaña”, de acuerdo con la expresión to give the lie to que significa “contradecir” o “refutar”, “desmentir”; es decir, el hablante lírico niega lo que realmente ve: la fealdad o la flaqueza moral de la mujer. La idea enlaza con los Sonetos 137 y 148, y tiene que ver con la Dark lady, a quien el hablante lírico considera hermosa —en contraposición con la opinión de los demás—, respecto a lo cual disputan sus ojos con su corazón y juicio.
4 Seguramente porque la mujer es oscura o negra, a pesar de que para el hablante lírico ella agracia el día más que la propia luz o claridad.
5 El verso pregunta por el origen del poder de la mujer, que hace que sienten bien o que resulten agradables (becoming) las cosas malas (things ill). El poder al que remite este segundo cuarteto parece ser un poder satánico: la fuerza del mal.
6-8 thy deeds, “tus actos”, se refiere a los hechos y al comportamiento de la mujer, de donde procede su mala fama (vide Soneto 131); refuse es un nombre, y el sintagma the very refuse of thy deeds significa algo así como “lo peor y más reprobable de tus hechos”. Esto, seguido de la mención del verso 7 a la “probada pericia” (warrantise of skill) podría insinuar el oficio de prostituta de la Dark lady. En virtud de esa pericia, el hablante lírico percibe que lo que otros consideran lo peor de ella para él es un bien —un gozo— que excede a cualquier otro (verso 8).
9-10 La respuesta a este tercer interrogante parece ser alguna instancia espiritual o divina, encargada de impartir ese conocimiento sobre la condición humana para tener dominio y control sobre los demás, pues el hablante lírico por más que percibe los aspectos desagradables de la mujer no puede dejar de amarla y por eso sospecha de la presencia de poderes sobrenaturales que lo impelen en ese sentido.
11 La causa implícita de que otros aborrezcan a la amante del hablante lírico es que, a diferencia de él, no están cegados por el amor. Además, como ya se indicó anteriormente, la reiteración de abhor, “aborrecer”, en este verso y en el siguiente sugiere un juego fonético con el prefijo latino ab, “de”, “por”, y whore, “puta”. El mismo recurso utiliza Shakespeare en Otelo, IV, 2, 160-161, cuando Desdémona declara: I cannot say “whore”: / It does abhor me now I speak the word, “Yo no puedo decir puta: me detesto a mí misma y me comporto como tal si pronuncio esa palabra”. El uso de abhor, además de la malicia apuntada más arriba, tiene en su significado cabal una indudable resonancia bíblica, que podemos encontrar en muchos pasajes del Antiguo y del Nuevo Testamento. De ellos, es tal vez significativa en relación con este soneto la siguiente cita de la epístola de Pablo a los Romanos 12, 9: “Que vuestro amor no sea fingido: aborreced el mal y aferraos al bien.”
12 With others, “con otros”, quiere decir, sumándose o uniéndose a los demás, ya mencionados en el verso anterior.
13-14 El dístico final indica que, con su generosidad, el hablante lírico se hace digno del amor de la mujer, pero también significa que ella no tiene pudor, es indigna, y eso excita al hablante lírico, a quien le gusta esa faceta, por lo que él es la persona adecuada para gozar de su amor y ser su amante. La solución que propongo procura dar cuenta de ambos sentidos. Por otra parte, el verso 13 contiene una alusión erótica, raised love in me, “mi amor se ve crecido”, que muestra gráficamente el despertar del deseo sexual del hablante lírico, esto es, la erección que le provoca la falta de pudor y las “bajezas” (también las partes bajas) de la mujer (unworthiness). <<