Igual que en el Soneto 133, estamos ante una suerte de ménage à trois que reúne al amigo y a la Dark lady, que traicionan al hablante lírico al mantener una relación entre ellos. El hablante lírico manifiesta su temor a que la mujer incite a su amigo para someterlo a su deseo sexual, dejándolo a él desamparado. Parece una variación de la idea medieval acerca de la lucha entre un ángel bueno y un ángel malo en disputa por una alma. Una variante —apenas diferente— de esta composición fue publicada en 1599 en The Passionate Pilgrim.
Este soneto constituye para algunos una clave que explica la concepción del amor presente en los Sonetos de Shakespeare, donde es posible advertir una diferencia entre el amor espiritual —afinidad, lealtad, amistad— y el amor físico —lujuria, celos, posesión—. Así, el amor espiritual sería el preponderante en aquellos sonetos que tienen como destinatario a un hombre, mientras que el amor físico constituye el centro de la serie conocida como Dark lady. En estos últimos, da la impresión de que Shakespeare participa de la creencia tradicional acerca de que la naturaleza femenina es incompatible con el amor puro y tiende a corromperlo: en términos platónicos, la mujer encarna el amor físico, pero la idea del amor puro está ausente de su naturaleza; en términos cristianos, la mujer es la aliada del demonio y la responsable de la caída del hombre en el pecado por darle a comer la fruta prohibida. De este modo, en el soneto se establece una lucha entre el infierno y el cielo, entre el cuerpo y el espíritu; y en la mente del hablante lírico la balanza parece inclinarse del lado de las pasiones mundanas. Así lo demuestran los celos ante los que sucumbe, de forma menos trágica pero con parecida perturbación anímica a la experimentada por Otelo, IV, 1, 36-41: Lie with her? Lie on her? / We say lie on her when they belie her. / Zounds, that's fulsome. / Handkerchief confessions handkerchief / To confess and be hanged for his labour / first to be hanged, and the confess! I tremble at it, “¿Se acostó con ella?, ¿encima de ella? La cubrió… con mentiras y oprobio. ¡Dios, que asco! ¡El pañuelo… que confiese… el pañuelo! ¡Que confiese y que lo cuelguen por lo que ha hecho! ¡Primero la horca; después, la confesión! ¡Me estremezco solo de imaginarlo!”
1 El primer verso puede interpretarse en el sentido de que los dos amores le ofrecen al hablante lírico tanto consuelo como desespero o bien momentos de ambos estados anímicos, aunque la continuación parece indicar que uno de ellos es el que proporciona consuelo y el otro el que provoca la desesperación. En el cristianismo, el Espíritu Santo es quien conforta, y el pecado de desespero es un pecado contra el Espíritu Santo. El sentido teológico de ambos términos —consuelo y desesperanza— era bien conocido en una época en que la religión impregnaba la vida de las gentes y les proporcionaba el consuelo ante las plagas, hambres y desgracias susceptibles de provocar la desesperación individual y colectiva.
2 two spirits se refiere a un espíritu bueno y otro malo, que se corresponden con el ángel de la guarda y con el demonio, respectivamente. Según la creencia católica, cada individuo dispone de un ángel protector que vela por él; el correspondiente ángel malo, siervo de Satán, es menos personal, pero su presencia es inevitable, pues el vasto ejército de Lucifer despliega una actividad incesante tentando a todos los hombres para apartarlos de la divina gracia. En cuanto a suggest me still, indica que esos two spirits intentan influenciar continuamente al hablante lírico para inducirlo a obrar bien o mal, según cada caso.
3-4 El término better angel tiene un sentido redundante y significa “el ángel bueno” (el mejor de los ángeles o espíritus antes mencionados) pues el término angel se aplica por lo general a los espíritus celestiales fieles a Dios, en contraposición a los “demonios”, que si bien en su origen fueron ángeles perdieron su condición al rebelarse contra Dios: es en este segundo sentido que se utiliza worser spirit (evil spirit o devil), que vierto por “el peor espectro”. Por otra parte, fair presenta el significado próximo al de kind, “considerado”, en el Soneto 134, 6, y hace referencia a la amabilidad del amigo, al tiempo que alude a su tez clara, en contraste con la oscuridad de la piel y de la conducta de la mujer, sugerida en el verso 4: coloured ill. Así que en inglés coexiste una sugestión sobre el aspecto de cada uno de esos “espíritus”, “sombras” o “visiones” y otra acerca de su comportamiento moral.
5-6 En estos versos subyace la idea de la lucha del demonio con el ángel de la guarda que protege a cada ser humano estando a su lado, por eso el demonio no tienta o no ataca directamente al hablante lírico, sino que procura atraer primero al ángel bueno de este.
7 my saint, “mi santo”, alude al ángel bueno.
8 Wooing his purity se refiere a que el demonio hembra tienta la pureza del amigo, lo seduce, with her foul pride, “con pérfida soberbia”: la soberbia es el pecado directamente vinculado a Lucifer, la causa de su caída; aplicada a la Dark lady, la soberbia se hace todavía más reprensible por cuanto no está justificada ni por su aspecto ni por su comportamiento.
9-10 Aunque continúa la imaginería religiosa, la duda del hablante lírico no es concebible en la tradición cristiana, pues aparte de Lucifer y de sus legiones infernales, ninguno de los ángeles que permanecieron fieles a Dios es susceptible de corromperse; sí, en cambio, los santos, que pueden caer en la tentación.
10-12 Estos versos indican que el hablante lírico carece de pruebas sobre la relación entre sus dos ángeles, pues nada puede saber de ellos cuando no están a su lado; sin embargo, sospecha que mantienen relaciones sexuales. Así, en el verso 12, hell, “infierno”, es un eufemismo de índole sexual que alude a la vagina: vide comentario del Soneto 129, 13-14; la relación con el cuento de Boccaccio allí mencionado es aquí más evidente. En la traducción procuro mantener la insinuación sexual que contiene el verso shakespeariano.
14 En el verso final, ambos, la mujer y el amigo, son designados como ángeles, uno bueno y otro malo, y el hablante lírico sugiere que él no sabrá los detalles de esa relación hasta que no se apague el fuego —“el ardor sexual”— de la mujer, cuando, una vez saciada, se deshaga del ángel bueno; o, según otra interpretación, hasta que el amigo no contraiga una blenorragia que lo delate. En la traducción elijo el verbo “purgar”, que tiene la acepción de “purificar” pero también la de “evacuar un humor”, y en este caso se puede relacionar con las purgaciones o blenorragia. <<