Soneto 127

Este es el primero de los sonetos dedicados a la Dark lady, cuya hermosura exalta el hablante lírico en contraposición con la falsa belleza de aquellas que disfrazan sus imperfecciones con el uso de los cosméticos. Los ojos negros de la amada parecen guardar luto (acaso un fingido lamento) por esas falsas bellezas que con artificios tratan de suplantar a la belleza natural; es posible que tal tristeza no sea auténtica, pero por lo menos los ojos de la Dama Oscura son genuinos, y su negrura es señal de luto por la degradación de la auténtica belleza. De esta forma, el hablante lírico concluye afirmando la superioridad estética de su elegida en un final sugestivo, que parece elogiar la autenticidad externa (el luto, es decir, la oscuridad de la piel) al margen del sentimiento fingido de ella (la tristeza).

Creo preferible la traducción de black por “oscura”, que además de “negra” también tenía el significado de “morena”, y da cabida, igualmente, a las árabes e hindúes; no obstante, parece que la transgresión de Shakespeare frente al canon de belleza fijado por Petrarca, más que una simple contraposición rubia / morena establece una más radical que afecta al color de la piel y al comportamiento de la mujer cantada: rubia, pura / negra, impura, según se desprende de las imágenes usadas en sonetos posteriores, donde los cabellos de la amada son “alambre oscuro” (black wires), su color es visto como tenebroso (woman coloured ill) y su tez y su conducta llevan al hablante lírico a declarar que es “negra cual infierno, y cual la noche, oscura” (art as black as hell, as dark as night). En lo que se refiere a la elección del género, toda vez que en inglés black no tiene marca al respecto, es más atinada la elección del femenino pues el sujeto aludido es inequívocamente una mujer, como revela en el verso 9 my mistress, “mi amada”.

1 Este verso, que abre la serie de la Dark lady, parte de la consideración de que la mujer blanca y rubia representaba el ideal de belleza femenina, establecido en la literatura renacentista por Petrarca.

2 El verso alude al hecho de que, incluso en el caso de que otrora se estimase la belleza de la “oscura”, esta no tenía reconocimiento (“nombre”, name) en el lenguaje poético. Shakespeare juega con los significados de black (negro, oscuro, impuro, feo) y de fair (rubio, claro, puro, hermoso). El bardo rompe así con uno de los tópicos en la elección del canon de belleza femenina, y aventura una transgresión de los modelos vigentes que se hará más evidente en el soneto 130. Sin embargo, tal revulsivo se presenta irónicamente como una concesión a la moda, lectura posible por la antítesis en los versos 1 y 3 donde contrapone el “Otrora” (In the old age) con el “ahora”(now), de forma que cuando en el verso 9 indica Therefore my mistress’ eyes are raven-black, “Por eso en mi amada los ojos, cuervos negros”, da la impresión de que la elección de su dama se debe a un sometimiento a los usos y a la moda del momento.

3 El motivo del “heredero” (heir) aparece al comienzo de la primera serie de sonetos (1-17) donde se anima al joven a tener descendencia para que se perpetúe su gentil figura. Ahora, en el comienzo de la serie dedicada a la Dark lady, es la Dama Oscura la heredera de la belleza.

4 And beauty slandered with a bastard shame. Este verso final del primer cuarteto va a ser explicado en el siguiente: lo que venía siendo modelo de belleza femenina adquiere una mala reputación por el uso generalizado de cosméticos, que falsean la naturaleza, y se vuelve bastardo, esto es, impuro, degenerado.

5-8 Este segundo cuarteto explica en qué consiste ese baldón que ultraja a la belleza de otrora: el uso de cosméticos que embellecen artificialmente hace que la fealdad maquillada desplace a la auténtica belleza, la cual se queda sin renombre (hath no name) y sin amparo, esto es, sin un lugar propicio donde ser venerada (holy bower se refiere al bosque sagrado, que era el lugar donde los paganos rendían culto a sus divinidades); por el contrario, resulta “profanada” o “vive mil suplicios” (But is profaned, if not lives in disgrace).

9-10 Muchos editores corrigen el sustantivo eyes del verso 9 (o, alternativamente, el del verso 10) del Q por brows, “cejas”, o por hair, “cabello”, por considerar banal o de difícil justificación la repetición de eyes. Sin embargo, la lectura del Q Her eyes so suited, tiene pleno sentido pues suited con el significado de matched o de clothed puede referirse a la correspondencia entre los ojos y el implícito color negro de la piel —de la que son sinécdoque.

11-12 Los ojos de la mujer aludida parecen guardar luto por las mujeres que, pese a no haber nacido hermosas o blancas (who, not born fair), no les falta la belleza (no beauty lack), debido al uso de esos artificios cosméticos, que, en última instancia, ultrajan a la creación (Slandr'ring creation with a false esteem), pues sugieren que la belleza creada por Dios es imperfecta. Las dos posibles acepciones de fair en el verso 11 expanden el significado de estos versos. Puede interpretarse que la amada del hablante lírico lleva luto por aquellas mujeres que por no haber nacido hermosas se maquillan, o que lleva ese luto y tristeza por aquellas que no nacieron blancas sino “oscuras”, como ella, y por eso utilizan los afeites para enmendar a la naturaleza. <<