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¿De qué poder recibes la poderosa maña

que el corazón me altera, mostrando mi flaqueza,

forzándome a decirle al ojo que se engaña,

y a jurarle al día que luz no da belleza?

¿Cómo es que consigues hacer del mal delicia?

pues aunque yo repruebe tus actos ¿cómo puede

haber tal fuerza en ellos y tan cierta pericia

que el peor, me digo, a todo bien excede?

¿Quién te enseñó la forma de hacer que te ame tanto

cuanto más oigo y veo motivos para odiarte?

Pues aunque los demás aborrezcan lo que amo,

con otros no debieras de mi pasión burlarte.

Si ante tus bajezas mi amor se ve crecido,

más digno aun me muestro de ser tu fiel querido.[150]