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De dos amores tengo consuelo y desespero,

espíritus son ambos cuya atracción se iguala;

Es el mejor de ellos un hombre claro y recto,

y el peor espectro es hembra negra y mala.

Diabólica la hembra, por verme en el infierno,

tentó a mi ángel bueno, que así de mí se aleja,

y por hacer del santo un diablo y corromperlo,

con pérfida soberbia su candidez corteja.

Si al fin el ángel mío se ha vuelto ya maligno,

yo puedo sospecharlo, no darlo por seguro;

mas, lejos de mí ambos, y siendo tan amigos,

en el infierno de ella al ángel conjeturo.

Mas viviré en la duda, saberlo no me es dado,

hasta que mi ángel malo al bueno haya purgado.[144]