Así como eres cruel, sé prudente y no enerves
esta paciencia mía con más descortesía,
no sea que la cuita me preste voz y exprese
de qué clase es mi pena y qué piedad ansía.
Cuanto mejor sería, si razonar quisieras,
decirme que me amas, por mucho que me ignores;
igual que a un enfermo, cuando la muerte acecha,
solo de buenas nuevas le hablan los doctores.
Pues si desesperase iría enloquecido,
y mal de ti hablaría por mor de mi demencia.
El mundo de hoy en día se ha vuelto tan maligno
que oídos necios creen cualquier maledicencia.
Para que eso no ocurra, ni seas difamada,
por más que te extravíes, sé recta en tu mirada.[140]