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Lunático amor ciego, ¿qué haces con mi vista

para que apenas mire sin ver lo que ha mirado?

Bien sabe lo que es bello, y sabe donde estriba,

y pese a todo acepta por bueno lo dañado.

Si ojos ya viciados, propensos al afecto,

fondean en tu cala, de todos travesía,

¿por qué con sus engaños forjaste los anzuelos,

donde mi buen juicio se engancha y extravía?

¿Por qué el corazón cree que es suya esa vega,

si ve que todo el mundo allí, en ella, ara?

¿O cómo, viendo eso, mis ojos aún lo niegan,

y cubren de virtudes una horrorosa cara?

En cosas fieles ojos y corazón erraron,

y el mal de lo ilusorio ellos se contagiaron.[137]