Con tu comportamiento resultas tan tirana
como la que, por bella, se vuelve desdeñosa;
pues sabes que en mi alma, por ti arrebatada,
eres preciada alhaja y joya primorosa.
De buena fe algunos al contemplarte afirman
que tu semblante quejas de amor nunca despierta;
si bien a desmentirlos yo no me atrevería,
estando a solas juro que no es cosa cierta.
Y para estar seguro de que no juro en falso,
suspiros a millares si evoco tu semblante,
uno detrás de otro dan testimonio franco
de que tu cara negra juzgo la más radiante.
En nada eres oscura, salvo en comportamiento,
y en él pienso que toma esa calumnia asiento.[131]