¿De qué me serviría a mí llevar el palio,
haciendo ostentación para honrarme en apariencia,
o echar vastos cimientos para incontables años,
que durarían menos que estrago y decadencia?
¿No he visto a los que viven de formas y favores
perderlo todo y más por pagar aforamientos,
dejar por confituras los más simples sabores,
logreros consumidos con tantos miramientos?
No; deja que en tu alma yo preste mis servicios,
y acepta mi ofrenda, humilde y libre en todo,
que no va con segundas ni sabe de artificios,
un “yo para ti” mutuo, que entrego de este modo.
¡Fuera fiscal falsario! El alma que es sincera
si más calumnias sufre de ti más se libera.[125]