Que nunca en el enlace sincero de dos almas
admita impedimentos. No siente amor bastante
quien muda de inmediato si ve que hay mudanzas
o tiende a distanciarse de quien está distante.
¡Oh, no! Amor es faro por siempre inalterable,
que ve las tempestades y nunca se intimida;
estrella siempre fija que guía al barco errante,
cuyo valor se ignora, por alto que se mida.
Con él no juega el tiempo por más que a la mejilla
y al labio joven siegue su falce más severa;
tras horas y semanas amor nunca varía,
pues hasta el fin del tiempo resiste y persevera.
Si a mí pueden probarme que en esto he errado,
entonces nada he escrito ni nadie nunca ha amado.[116]