Aunque para dejarme hicieres mal sin cuento,
eres lo que a la vida, mientras viva, me prende.
No durará mi vida más tiempo que tu afecto,
pues de ese afecto tuyo tan solo ella depende.
No he de temer entonces el colmo de los males,
pues el menor desaire me quitará la vida;
creo que al fin me espera algo más deseable
que depender de aquello que tu humor decida.
No puede incomodarme tu inconstante estado,
ya que de tus vaivenes dependerá mi suerte
Oh, qué gran privilegio este que ahora hallo:
¡feliz con tu afecto, feliz si me da muerte!
¿Mas, no teme empañarse la dicha más hermosa?
Tú puedes engañarme y yo ignorar tal cosa.[92]