¿Quién puede decir más o mejor que lo que expresa
esta cumplida loa: eres incomparable?
¿En qué confín cerrado se guarda esa riqueza
que muestra la existencia de un ser equiparable?
¡Qué mísera penuria reside en esa pluma
que al tema no le presta la más mínima gloria!
Mas quien de ti escribe, si acaso asegura
que tú eres quien eres, da lustre a su oratoria.
Que copie solo aquello que en ti está impreso,
sin alterar en nada lo que es por sí perfecto,
pues copia semejante dará fama a su ingenio,
pasmando en todas partes estilo tan selecto.
A tus preciosos dones una condena añades
si aprecias alabanzas que afean cualidades.[84]