80

Oh, cómo me consumo cuando de ti escribo,

sabiendo que un ingenio mejor tu nombre aclama,

y gasta en su alabanza tan poderoso estilo

que anuda así mi lengua, hablando de tu fama.

Mas, como el mar inmenso, tu mérito, con gusto

acoge al velero humilde y al grandioso;

mi barco atrevido, muy inferior al suyo,

en tus extensas aguas preséntase animoso.

Con tu escasa ayuda me mantendré a flote,

mientras él va surcando tu piélago insondable;

pero, si hay naufragio, seré un pobre bote,

él es barco imponente, altivo y admirable.

Lo malo si naufrago, y él prosigue avante,

es que mi amor sería de mi final causante.[80]