Hoy puedes ver en mí esa época del año
en que las hojas secas, si alguna hay, aguantan
en las ramas que tiemblan por mor del viento helado,
ruinosos coros donde las aves ya no cantan.
En mí ves el declive de semejante día,
cuando el sol vencido se esfuma en el poniente,
hundiéndose en la noche que viene a ser sombría
muerte vicaria y sello de todo en paz durmiente.
En mí ves el rescoldo de aquel ardiente fuego,
que yace en las cenizas de tiempos más radiantes,
como lecho de muerte donde ha de expirar luego,
pues lo consume aquello que lo avivaba antes.
Esto que observas hace que tu amor se avive
y ames lo que pronto se irá y aún pervive.[73]