En las facetas tuyas que el mundo a ver alcanza
la invención ninguna enmienda se permite;
eso dicen las lenguas, que son voz de las almas,
y es verdad tan cierta que hasta el rival la admite.
Así, públicas loas tu exterior coronan,
pero las mismas lenguas que tu valor te prestan
con voces muy distintas refutan esa loa
al ver en ti aquello que ojos no demuestran.
A tu belleza interna procuran asomarse,
y el fondo conjeturan por hechos exteriores;
después juicios infames, tras ojos muy amables,
apestan con su tufo tus impolutas flores.
Pero si no concuerda tu olor con tu aspecto,
tal vez es porque habitas vulgar terreno infecto.[69]