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¿Pretendes que tu imagen mantenga entreabiertos

mis párpados pesados en noche ya cansada?

¿Deseas cada poco interrumpir mi sueño

por sombras que te imitan y engañan mi mirada?

¿Tu espíritu acaso es eso que me envías

para escrutar de lejos qué hago en mis desvelos,

y averiguar mis ocios y las flaquezas mías,

que son el fin y el móvil que guían a tus celos?

¡Oh, no! Si bien es mucho, tu amor no llega a tanto;

el mío sí mantiene mis ojos siempre en vela:

es mi amor ferviente quien turba mi descanso,

y por tu bien no duerme y hace de centinela.

Y mientras me desvelo, tú andas trasnochando

lejos de mí, y a otros te vas aproximando.[61]