47

Mi corazón y ojos firmaron una alianza,

y ahora entre ellos se hacen mutuos favores.

Cuando mis ojos tienen hambre de una mirada,

o el corazón se ahoga aflicto en mal de amores,

con el retrato amado los ojos se deleitan,

y ese festín pintado brindan al corazón.

En éste, otras veces, mis ojos se albergan,

y allí con él comparten cordial meditación.

Así, por tu retrato o gracias a mi afecto,

incluso estando ausente, estás siempre conmigo;

doquiera que tú vayas irán mis pensamientos,

que siempre me acompañan para quedar contigo;

o si duermen, mis ojos, mirando tu retrato,

al corazón despiertan, y el mutuo gozo es grato.[47]