Si en vez de carne lenta yo fuese pensamiento,
la pérfida distancia jamás me detendría,
porque, pese al espacio, volando como el viento,
desde el confín remoto hasta tu lado iría.
No habría así barreras, aunque mi pie pisase
el punto de la tierra de ti más alejado,
pues ágil pensamiento franquea tierra y mares
y rápido se encuentra en el lugar ansiado.
Mas muero cuando pienso que no soy pensamiento
que pueda salvar millas si estás de mí distante,
sino que en gran medida de tierra y agua hecho,
debo pasar el tiempo aflicto y expectante;
sin nada recibir de tan lentos elementos,
sino lágrimas graves, señal de dos tormentos.[44]