Albergas en tu pecho aquellos corazones
que como me faltaban ya muertos suponía;
y en él reina el Amor, y también sus partes nobles,
y amigos que enterrados por siempre ya creía.
¡Cuánta lágrima pura, piadosa y doliente,
hurtó de mis dos ojos el caro amor sagrado,
tributo por los muertos, que ahora se aparecen
como algo desvaído que en ti yace enterrado!
Pues eres tú la tumba do vive amor sepulto,
ornada con trofeos de amigos de otrora:
de mí te dieron todo lo que les di y fue suyo,
y lo que fue de muchos tan solo es tuyo ahora.
Imágenes que amaba contemplo en ti, de modo
que tú, con todas ellas, de mí lo tienes todo.[31]