8

E

l aire cortante, reciclado, le hirió la garganta. Bajó por los claustrocorredores, rozándose con los pocos que pasaban por este angosto corredor lateral, sus caras relampagueando frente a él. Alcanzó una oscura bóveda almacén y entró, sintiéndose extrañamente regocijado. Pulsó la uña del dedo y pellizcó un nódulo junto al oído. El comunicador de la nave sugiere que, a tenor de las noticias de la Tierra, resuelva estos asuntos menores tocantes a la colectividad con premura

La uña de su pulgar, sabedora de que llegaba tarde a la escucha, pasó un resumen del congreso de la nave que Ted había convocado. Un punto rojo destellante mostró que aún estaban entre los primeros Temas a Tratar.

asunto de Nigel Walmsley, cuyos actos están detallados en su memoria, ha mostrado una actitud en el pasado que sólo puedo calificar de asocial. Soslayó varias reglas durante su cometido de superficie en Isis. No ha cooperado en la red de análisis. Todos estos son rasgos desagradables de un hombre al que sé que muchos de nosotros reverenciamos por su papel anterior en el descubrimiento del naufragio Marginis. No obstante, ha llegado a mi conocimiento —los pormenores están documentados y testificados en sus sumarios— que ha estado engañando sistemáticamente a los equipos médicos sobre su salud en declive. Hizo esto llevado de un sentimiento erróneo

Nigel estudió el sumario, incluyendo un análisis detallado de su reacción ante la red de análisis, ante Carlos, ante sugerencias de que dejase sus tareas. Todo muy detallado. Retornó al corredor y comenzó a caminar, escuchando, observando las caras que pasaban.

constante incremento de respuestas sociopáticas, bien documentadas por los terapeutas

Pasaron por su lado hombres y mujeres. Habían sido seleccionados por ser compatibles, por su facilidad para relacionarse, pues, ¿quién más podría tolerar el prolongado vivir constreñido entre las estrellas? Ningún sol gravitaba aquí detrás de un cielo velado, ninguna lluvia súbita ni oscura tormenta alentaban la moral. Únicamente el lento rumor uniforme de brisas enlatadas, bucles de presión, una réplica programada de la remota Tierra.

Compartían estos comedidos ritmos, rostros lisos libres de emociones dominantes, nada de saltar, remontarse, volar, morir. Se alejaban del sempiterno abismo silente del exterior, del largo silencio opresor que los encerraba, del vacío que definía su ambiente.

en él ínterin, del estudio de esta constelación de respuestas asociales, muchas de ellas sin duda producto de su deterioro físico, los terapeutas detectaron igualmente el engaño médico

Así pues, Ted le había conectado a la terapia, sabiendo que serviría para abrirle un informe, sospechando que sacaría a la luz un ardid en el perfil médico. Muy sagaz.

y, como muchos de vosotros sabéis, ha seguido abrigando esperanzas de demostrar su personal y muy excéntrico modelo sobre la situación que la humanidad afronta.

Nigel caminó tan rápido como pudo hacia el gran auditorio cóncavo donde estaría reunido el grueso de la tripulación del Lancer en asamblea. Allí se enfrentaría a Ted, lo solventaría.

pero esa esperanza se ha desvanecido y sería una deferencia hacia él no dejarle consumirse aquí, avergonzándose y apartándose incluso más de la camaradería de sus

Muy astuto por parte de Ted intercalarlo antes de una gran discusión de las noticias de la Tierra cuando todo el mundo estaba en vilo por lo que iban a escuchar.

… por lo que, aunque la situación médica no es realmente mala, sigo recomendando

Se apresuró. Delante, había dos oficiales de la nave apoyados en un mamparo. Nigel aminoró. Podían no saber nada, pero… Giró para dar un rodeo. Y se apresuro.

que sea internado en las Cámaras de Sueño hasta que lleguemos a la Tierra. Estoy seguro de que resultaría mucho más poético que muriese aquí afuera, pero el simple humanitarismo

Se estaba acercando. Habría discusión y eso le daría tiempo.

… por ello, lo pongo en discusión antes de que nos dediquemos a la Tierra

Estaba a la vista de las puertas del auditorio cuando tres mujeres de la tripulación veterana le vieron.

… su ausencia de esta reunión de sus compañeros dice mucho sobre su actitud y, sí, creo que su propia vergüenza ante el pueril engaño le ha

Las mujeres se dirigieron hacia él. Retrocedió y se encaminó velozmente a un conducto de caída.

Bueno, parece que nadie quiere rebatir mi recomendación y, por consiguiente

¡Nikka! ¿Por qué no había dicho nada ella? ¿Por qué no había alegado…?

… pasamos a las recientes noticias sobre una ofensiva Pululante contra todos los continentes, e indicaciones sobre su campaña biológica concertada…

Pensara ella lo que pensase sobre él, seguramente lo de Carlos no podía haberla llevado a prestarse a esto. Nigel se negaba a creer lo contrario. Descendió tres cubiertas a máxima velocidad en el conducto de caída. Salió cerca de un grupo de trabajo que transportaba el alojamiento de un cohete auxiliar y se situó detrás de él sin ser visto.

Cuando las mujeres salieron del conducto estaba inclinado, fingiendo ajustar el equilibrio del trineo magnético. Se introdujo en una sala preparatoria y aguardó. Luego volvió sobre sus pasos. Las mujeres habían desaparecido.

al igual que, se nos informa, continuas declaraciones provocadoras sobre cooperación —sí, sé que cuesta creerlo— entre los chinos y algunos elementos de los Pululantes

Envió una interrogación a sus habitaciones, pero respondió que no había nadie en casa.

Siguió avanzando. Si ella no estaba en la reunión, entonces… Por supuesto.

y, dado que la información más reciente sobre esta transformación biológica del enemigo puede atribuirse o procurar una clave sobre sus orígenes planetarios, creo que deberíamos proceder inmediatamente a la revisión de estos datos a la luz de

Se aproximó al complejo médico sigilosa, cautelosamente. Halló a Nikka discutiendo con un encargado. Esperó hasta que ella miró en torno, exasperada, captó su mirada y le indicó que guardase silencio. Ella no dijo nada hasta que se perdieron de vista desde la arcada del gran centro médico.

—¡Vine a por ti! ¿Qué te ha demorado tanto? Ted ha convocado una…

—Lo sé. —Él se explicó con oraciones rápidas, entrecortadas, sintiendo que lo embargaba una cólera inapelable—. Y no sirve de nada irrumpir allí ahora. Esos gilipollas no me escucharán.

—Tienes que hacerlo.

—Ted no tiene el poder de un capitán, pero el consenso está claramente de su lado. Y el consenso, amor, lo es todo.

—En una discusión libre…

—Tienes razón. Pero que sea libre, ahí está el meollo. El viejo Ted ha estado muy cabreado conmigo durante algún tiempo, imagino. Es un hombre muy listo.

—Carece de principios, es corto…

—¿Se te ha ocurrido pensar que a todo lo que me estoy resistiendo es a un leve paseo a casa?

—Es más que eso. Esto es, bueno, tu vida.

—Lo era.

—Todavía puede serlo.

—No veo cómo voy a derrotarle. —Él le tomó la mano en las suyas y la besó en la frente con un afecto marchito, distante. Sintió extrañas energías erigiéndose en él, una resolución que había creído perdida.

—Podemos irnos a casa, negarnos a dejarlos entrar. Pedir tiempo a la red del grupo para discutir tu caso.

—La postura de Ted está avalada por muchas evidencias.

—Hechos vacíos.

Él se reclinó contra un mamparo.

Bajo presión, se las había estado arreglando adecuadamente con la visión invertida, pero estaba empezando a apreciar el esfuerzo. El girar la cabeza rápidamente le acarreaba náuseas.

Boca abajo, las expresiones de la gente eran alarmantes, grotescas, generalmente imposibles de descifrar.

—Sabes, soy un bastardo. Seguramente no se te ha pasado por alto.

Nikka sonrió y asumió un aire determinado.

—Ellos no…

—Espera. —Nigel levantó la palma de la mano—. Escucha. El comunicador de la nave.

me acaban de entregar una señal de emergencia procedente de la Tierra. La leeré: «Hoy han sido utilizadas armas nucleares en una confrontación militar lejos de la costa de China. Los combatientes son China, la URSS y EUA, así como efectivos de flotas más pequeñas de Japón y Brasil. Se desconocen los daños. Los satélites de reconocimiento muestran que la acción continúa y se extiende, con todas las potencias mayores aparentemente en liza. Se desconoce la causa. Puede haber sido desencadenada por el intento de impedir los desembarcos de Pululantes en las costas. En breve informaremos sobre las posibles repercusiones para la red de comunicaciones espaciales». Bueno, no sé qué decir

Nigel golpeó el mamparo con el puño.

—Eso es.

—¿Qué?

—Han mordido el anzuelo. Ahora nuestra información no les servirá de mucho.

—Esto, esto puede ser un error…

—No hay ningún error. Todo muy previsible, lo esperaba. Si alguno de nosotros hubiese sido la mitad de rápido… —Suspiró.

—Bueno… —Ella parpadeó, confusa—. Vamos, vamos a casa. Podemos olvidarnos de nuestros problemas…

Él asintió lúgubremente, rodeándole los hombros con los brazos, escrutando su rostro apergaminado, cobrizo.

—Pero ¿no lo entiendes? ¡Ese mensaje data de hace años! No podemos ejercer ninguna influencia sobre los acontecimientos de allí. Estamos abandonados a nosotros mismos.

—Bueno, sí, pero…

—Pase lo que pase, el viejo amigo Ted seguirá con su preciada política. Por lo que nosotros podemos hacer igualmente lo que nos dé la gana. La Tierra es otra cuestión.

—No, no sé… todo es… tan precipitado.

—Mira, hará falta algún tiempo para averiguar más sobre la Tierra. Los grandes satélites transmisores tienen otra cosa que hacer que radiarnos a nosotros.

—Sí, supongo…

—Por lo que Ted va a continuar con el asunto. Y lo mismo deberíamos hacer nosotros.

—Vamos a casa.

—Exacto. Pero, a nosotros realmente sólo nos queda un lugar, amor.