—E
s un cabrito muy tenue. Apenas podemos identificar a ninguno de sus planetas en la óptica.
—Bien abajo en el infrarrojo estoy recibiendo muchas señales de los dos planetas de tamaño terrestre. Parece que ambos tienen un albedo elevado.
—Ojalá tuviéramos una estrella de tamaño decente para hacer un reconocimiento de este, pequeño como Ray con profusión de llamaradas. Echa un vistazo a esa corona con grandes manchas por todas partes.
—Abocado a ser variable, todos los astros pequeños lo son. Así pues, según la teoría, esos de tipo terrestre padecen grandes oscilaciones climáticas.
—Por su aspecto, no parece que esos posean una biosfera estable.
—Planetas exteriores a todo el alrededor, del tamaño de Saturno; multitud de lunas y dos anillos; algunos asteroides entre esos dos. Parece una pauta bastante normal.
—¿Por qué iba a enviar una señal a este lugar muerto el Vigilante de Isis? No lo sé, puede que fuese un error, ¿eh, Nigel?
—Espera hasta que hayan entrado los retornos.
—He logrado una imagen aquí Sí, observa, ese primer planeta de tipo terrestre carece de atmósfera. Albedo elevado, debe ser roca pelada.
—¿Tienes ya esos IR del segundo? Sé que hay un fallo en ese sensor, pero llevamos esperando mucho tiempo, joder.
—Está entrando ahora. Parece de unos 178 grados kelvin, muy frío, pero lo esperábamos estando como está, calentado por un sol de pacotilla. Claro que no detecto mucho más.
—Algo de dióxido de carbono, poco amoníaco. Puede que mucho hielo y nieve.
—Baja el telescopio derecho un poco, esa reflectividad lo está interfiriendo todo cuando lo conecto en haz estrecho. Debe significar que hay muchas superficies reflectoras. Pueden ser campos de hielo.
—Ningún signo de bioactividad en esa atmósfera, turbia como agua de fregar los platos.
—La lente gravitacional nos indicó que su aspecto era completamente abominable. Eso no es ninguna sorpresa.
—Maldita sea, todo este camino y nada más que basura.
—Todo el tiempo supimos que con una estrella M como esta, la búsqueda de una biosfera era como esperar rosas en un tarro de mermelada.
—Un frío que pela y estamos a años de algo interesante, aunque tuviésemos caldo para llegar.
—Ted, no hemos perdido todo nuestro impulso. Podríamos girar acelerando, describir un arco a través del sistema Ross y dirigirnos hacia afuera.
—Eso me gusta. Podríamos ganar un par de meses volviendo a aproximarnos a la velocidad de la luz, en vez de dar vueltas a esta nevera.
—Más vale que nos demos prisa con ello si vamos a hacerlo. Se está produciendo una transición crítica en los motores de reacción, Ted.
—Como, todavía no hemos acabado el reconocimiento.
—Mejor aún, no habrá nada que ver.
—Nada con vida, eso por descontado.
—Yo digo que pasemos de él.
—Para hacer eso es preciso una votación de toda la nave.
—No, la norma es que los líderes de sección pueden decidir en un apuro, y esto está claro que lo es.
—Janet, envía una solicitud formal desde Exobiología. Pregunta si, a vuestro juicio, hay emplazamientos vitales aquí.
—Alex, estás aún en la red. ¿Alex? No está conectado.
—Aprémiale, pues. No hay tiempo.
—No, no puedo tomar una decisión, desde luego con el consentimiento de los líderes de sección, hasta que tenga noticias de Alex.
—Los discos radiales grandes no están plenamente desplegados todavía. No veo…
—Ted, soy Alex. Lo siento, teníamos un problema de resolución en la antena de proa, pero ya tengo cartografiada la parte exterior del sistema Ross, los gigantes gaseosos. Hay algo ahí con un montón de metal dentro.
—Aumenta la recepción. Necesito más detalles.
—Ted, soy Nigel. No es conveniente cancelarlo tan pronto.
—Cristo, no le escuches. Aquí Exobiología, Ted. Mira sólo está intentando dilatar el tiempo de encuentro para probar esta teoría suya en la que nadie cree, en cualquier caso. Y esta es la última ocasión que le queda. Yo digo que aceleremos pronto. Soy Alex.
—Sí, podemos registrar los datos restantes en el vitelo de salida.
—Contamos ya con una buena fracción del mínimo.
—Me importa una mierda la ejecución mínima. Estamos ante años de viaje, Cristo. ¿Qué son unos cuantos meses más?
—Pásate el tiempo en las Cámaras, Nigel, te vendrá bien.
—Déjalo ya, ¿eh? Ted, apelo a ti, no…
—Caballeros, disponemos de aproximadamente diez minutos para decidir, a lo sumo, o tendré que aminorar el impulso.
—Cristo, Alex, ¿no puedes ver nada más?
—Estoy registrando metal de alguna clase en una de las lunas de los gigantes gaseosos. Eso es cuanto puedo decir por ahora. Parece muy brillante en la reflectividad radial, pero eso es cuanto puedo decir.
—Líderes de sección, soy Ted. Estoy repasando la solicitud de Exobiología. ¿Tenéis alguna consideración ulterior? Saltadla ahora.
—Es una buena idea mantener la reacción en marcha, por si acaso. Me refiero a que la mayor probabilidad de fallo se da en la fase de ignición.
—Sí, ten presente eso, Ted. Corremos riesgos cada vez que aminoramos.
—¡Maldita sea! No podemos hacer de esto un desbarajuste por culpa de alguna jodida restricción de ingeniería.
—Tranquilo,-Nigel. ¿Alguna consideración más antes de que…?
—Sí, haz callar a ese carcamal y sácanos de este agujero de mierda.
—Me parece que está meridianamente claro que hemos visto multitud de sistemas como este gracias a las sondas.
—La lente gravitacional ya nos lo indicó en su mayor parte. La cuestión es echar un vistazo desde más cerca.
—Vale, soy Ted, después de revisar los sistemas de a bordo, encuentro lógico ganar algún tiempo en el trayecto de salida.
—Alex, ¿hay alguna novedad?
—Tira la toalla, Nigel, por el amor de Dios.
—¡Eh!, he perdido el reflejo.
—¿Qué es eso?
—Ahora no hay ningún reflejo radial procedente de esa luna. Se ha desvanecido.
—Verifica pérdida de sintonía de la antena, Alex. Probablemente se trata de eso.
—No, todavía estoy captando buenas imágenes del gigante gaseoso, no hay degradación del sistema. Yo diría que ha desaparecido radicalmente.
—Debe de haber sido una imagen fantasma. Olvídalo.
—¡No es posible! La recibí, sin duda, grande como tu boca y dos veces más ancha. Incluso obtuve un espectro antes de que se desvaneciera.
—¿Cuál es la velocidad de rotación de esa luna, Alex?
—Veamos, no mucha. No, demasiado lenta, está inmovilizada por la marea, eso no da explicación de ello.
—Entonces fue algo en órbita alrededor de la luna, sólo de esa forma podría ir tan rápido. Simplemente descendió bajo el horizonte desde nuestro ángulo de visión.
—Es posible, supongo. Pero…
—¿Posible? Demonios, ¿piensas en alguna otra cosa?
—Bueno, ¡ah! Yo…
—Ted, tienes que dejamos echar un vistazo a lo que quiera que sea eso.
—¡Infiernos, no tiene por qué! No tenemos que hacer nada a menos que haya mayoría.
—No hay tiempo para eso.
—Maldita sea. Soy Ted. Estoy realizando una votación rápida.
—No lo supedites todo a una puñetera votación. Este es un asunto científico, hombre, no un…
—Aquí Alex. Te ha acorralado, Ted. Nuestras órdenes son estudiar, no meramente hacer un reconocimiento, y podría ser que la cosa se perdiera de vista, lo que lo conviene en una configuración condenadamente curiosa por derecho propio, sin importar que sea un artefacto o no.
—Escucha, si omitimos este pitido radial, podemos ganar meses. No tendremos que preocupamos de la rutina de ignición.
—Sí, quién quiere ser el que vaya allí a raspar las paredes de la tobera mientras el resto de vosotros estáis jugando a los astrónomos.
—Calma, soy Ted y yo… Bueno, las directrices no me dejan mucha elección.
—Maldita sea.
—Hemos de echar un vistazo a ese emplazamiento.
—Alex, esto resulta ser un chantaje. Voy a…
—Y yo quiero una órbita de encuentro próxima a ese gigante gaseoso.
—De pleno, eso es.
—Sí.