O habías previsto que el primer día de instrucción en la Academia Espacial sería tan agotador.
Esa mañana ya habías corrido ocho kilómetros y superado dos tipos de carreras de obstáculos. Tres hombres y dos mujeres se han desmayado a causa del esfuerzo, pero un rato después cada uno de ellos reapareció para concluir los ejercicios.
El almuerzo se compone de pizzaburguesas congeladas reconstituidas. Aunque te prueban bien, tienen un sabor horrible.
Cinco minutos después de que hayas vaciado el plato, tu instructor, el sargento Harold Padgett, os lleva a ti y al resto de los alumnos hasta una enorme piscina completamente seca.
—¡Quitaos la ropa! —ordena Padgett—. ¡Vais a nadar un ratito! —se acerca a ti y gruñe—: ¿No te parece bien… novicio?
Novicio, una palabra que en tu época significa principiante, es el modo como en el futuro denominan a los reclutas.
—¡Vamos! ¿Qué esperas? —te apremia el sargento Padgett—. ¡Tírate!
Te tiras a la piscina. Pasa a la sección 16.
Te niegas. Pasa a la sección 12.