Escena VI

RITA, DOÑA FRANCISCA

RITA.— Señorita… ¡Eh!, chit… señorita.

DOÑA FRANCISCA.— ¿Qué quieres?

RITA.— Ya ha venido.

DOÑA FRANCISCA.— ¿Cómo?

RITA.— Ahora mismo acaba de llegar. Le he dado un abrazo con licencia de usted, y ya sube por la escalera.

DOÑA FRANCISCA.— ¡Ay, Dios!… ¿Y qué debo hacer?

RITA.— ¡Donosa pregunta!… Vaya, lo que importa es no gastar el tiempo en melindres de amor… Al asunto… y juicio… Y mire usted que, en el paraje en que estamos, la conversación no puede ser muy larga… Ahí está.

DOÑA FRANCISCA.— Sí… Él es.

RITA.— Voy a cuidar de aquella gente… Valor, señorita, y resolución.

(RITA se va al cuarto de DOÑA IRENE).

DOÑA FRANCISCA.— No, no; que yo también.