AGRADECIMIENTOS

Al pleno de la revista «ariadna-rc.com»: Pedro Díaz del Castillo, Antonio Polo, Rafael Pérez Castells, Alvaro Muñoz Robledano, David Torres y Juan Manuel M. Navas, que ejercieron de sutiles informadores o soplones descarados, según.

Al Doctor Jorge Navarro, que supo dar en el clavo, para después, sin miramientos, sacarlo limpiamente del frontal.

A Jesús Cuesta y Miguel Ángel García, que rastrearon todas las pistas falsas posibles.

A mis compañeros del CYII —Jesús, Eulalio, Mª Luisa, Teresa…— por un lado. Por otro a Andrés, Rafael, Mª Carmen, Guaditoca… ¡Hay tantos! Y por el medio Jesús Magán y Miguel Ángel Arguello. No olvidaré a mi Lestrade particular, Luis Alberto Peinado, que después de ocho años tuvo la deferencia de aplicarme una sanción estupenda. Todos ellos desbaratarían el mejor cuerpo de inspectores de Scotland Yard.

A mis compañeros del Taller de Escritura de Madrid y en especial a mis alumnos del curso de Poesía 2001-2002: Carmen, Manuel, Luisa, Isabel, Marisol, María, Victoria y Consuelo: que son mis irregulares con nota alta.

A Luis Alberto de Cuenca, a Emilio Pascual y a Andrés Bermejo, que son los lectores más grandes que ha habido después de Homero, Cervantes y Holmes.

A mi madre, Carmen, la primera persona que recuerdo a la que vi leer, y a mi padre, Jesús Luis, que me dejó a su muerte una biblioteca extraordinaria. Y a mis hermanos Elena, Paco y César, que esta vez no han tenido que descifrar mis monigotes.

Y por último a mi hija Julia, que tiene siete años y que de mayor quiere ser investigadora, pintora, médico y actriz todo junto: cuatro asignaturas imprescindibles en un buen detective consultor. Ella afirma que La aventura de la melena de león es la mejor de las 60 historias. Yo ni puedo ni debo contradecirle.