Fuentes

El cocoliche del alemán, italiano e inglés empleado a ráfagas en el texto no tiene ninguna sistematicidad; simplemente traté de dejar, en español, señales de que se está hablando en otros idiomas, que no domino. Los versos de Goethe pertenecen a la balada «Der Schatzgräber» (El cavador de tesoros). La proclama «¡La hora de la lucha ha llegado!» fue publicada en Tribuna Libre el 6 de septiembre de 1933, y reproducida en el libro Por qué me hice revolucionario (Raúl Baron Biza, Editorial Campo, Montevideo, 1934). Mis recuerdos de viaje fueron restaurados por Milano (Instituto Geográfico DeAgostini, Novara, 1990). Algunos fragmentos del artículo periodístico del capítulo IV han sido sugeridos por «Aquí yace Eva Perón», Buenos Aires, enero de 1966 (en la novela, sólo los párrafos en cursiva siguen textualmente al artículo de la revista Panorama N° 32). No existe el libro The Goddess you will be que se menciona en el mismo capítulo. El artículo histórico es ficcional, pero algunos episodios, como el del militar obligado a mirar las cabezas de sus compañeros degollados, quedaron vivamente impresos en mi memoria, aunque no recuerdo la fuente. Para la redacción del sermón del capítulo VI consulté principalmente el Diccionario de Teología (Louis Bouyer, Desclée, Tournai, 1966, versión en español de Ed. Herder, Barcelona). Las Oraciones Fúnebres de Bossuet estuvieron en mi recuerdo. La cita del capítulo IX sobre la «cara del mensajero» pertenece a la madre de Martín Buber, según La vida de Martín Buber (Maurice Friedman, Editorial Planeta, Buenos Aires, 1993). Algunos conceptos sobre la cultura hebrea también fueron tomados de esta obra. El epígrafe del capítulo IX pertenece a «Autobiography as De-Facement», en The Rhetoric of Romanticism (Paul de Man, Columbia University Press, Nueva York, 1984). Muchas expresiones que pronuncia la anciana criolla en el mismo capítulo las tomé de las recopilaciones de Leyendas argentinas (Berta Vidal de Battini, Ed. Culturales, Buenos Aires, 1984) y el Léxico (Julio Viggiano Esain, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, 1969). Las expresiones pertenecen a distintas regiones, de manera que traté de armar unas páginas «pancriollas», sin verosimilitud lingüística. Las citas del capítulo XII pertenecen a Punto final y Todo estaba sucio (Raúl Baron Biza, Ed. de autor, Buenos Aires, 1941 y 1963, el último con ilustraciones de Benjamín Mendoza). El texto sobre la lírica fue presentado con el mismo nombre que en la novela, en una versión más extensa, en III Jornadas de Literatura desde la Cultura Popular (Jorge Baron Biza págs. 238-244, Universidad Nacional de Córdoba, 1996). Tuve que hacer algunas modificaciones para adaptarlo cronológicamente (en la novela, es publicado veinte años antes) e integrar su sentido al de la ficción. La cita en el mismo texto pertenece a De Hegel a Nietzsche (Karl Löwith, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1974).

NOTA: Originariamente, fui inscripto en el registro civil como Jorge Baron Biza (Registro Civil de Buenos Aires, 1067, 22 de mayo de 1942). Cada vez que mis padres se separaban, la conciencia feminista de mi madre exigía que se me agregase el Sabattini de su familia. Mi nombre actual es Jorge Baron Sabattini. No sé si «Jorge Baron Biza» debe ser considerado mi otro apellido, mi patronímico, mi seudónimo, mi nombre profesional, o un desafío. (JBB)