Capítulo 27

Ella estaba sentada junto a la chimenea, y su padre y su padre dormitaba en su silla junto a ella. Sara se llevó un dedo a los labios y con un gesto de la mano le indicó que fueran al pie de la escalera.

—Has estado fuera mucho tiempo.

—Lo siento.

—¿Ha merecido la pena?

—Es posible, pero no puedo hablar de ello, Sara.

Ella frunció el ceño.

—Comprendo. Le he dado a tu padre las pastillas que me ha pedido. Ha estado muy animado durante un rato, pero después…

Bajó la mirada.

—Gracias por ser tan amable con él. A veces es difícil de manejar.

Se lo agradecía de verdad. Había cambiado su habitual actitud sólo por entretener a su padre, y al hacerlo había revelado algo más de sí misma.

—Ha sido un placer. De verdad, Nic…

Parecía una mujer distinta. Su padre había conseguido que se relajara. Era como si le hubiera dado cierta perspectiva.

—Te quiere muchísimo —continuó—. Está preocupado por ti, por cómo vas a asimilarlo todo.

—¿Él está preocupado por mí?

—Claro. ¿Por qué iba a preocuparse por él? Sabe bien lo que va a pasar y lo ha aceptado.

Tenía razón. A veces se metía él solo en callejones sin salida.

—Encontré un hombre con siete esposas…

—Lo siento.

Bajo la luz dorada de la granja, vestida con sencillez, ajena a lo que estaba ocurriendo fuera, casi como si aquel lugar fuese un santuario, estaba extraordinariamente bella. Su presencia era un bálsamo, pero al mismo tiempo, un gran error. El asesino no iba a presentarse allí habiendo tanta policía rodeando la casa. Y ella, inconscientemente quizás, estaba empezando a metérsele en la sangre. Iba a dormir a tan sólo unos pasos de distancia, y ya se preguntaba qué aspecto tendría en la cama, cómo sería acariciar su piel.

—Distracciones —dijo a modo de explicación para sí mismo—. Por todas partes.

—Buenas noches —se despidió ella y, antes de que él pudiera reaccionar, le dio un beso en la mejilla.

La vio subir las escaleras, y después, por primera vez desde había mucho tiempo, entró en la cocina, sacó una botella de grappa añeja y se sirvió una copa de aquel denso e incoloro líquido.