Una voz familiar se abrió paso entre la niebla.
Nina, ¿dónde estás? Habla conmigo.
Luego, otra voz, esta vez más cerca—. Nina, ¿me oyes?
Nina abrió los ojos. La luz era tenue a su alrededor. Se encontró tendida en un frío suelo de piedra.
—Gracias a Dios que estás bien —dijo Delilah. Tomó a Nina del brazo para ayudarla a sentarse. Su costado dolía. Se miró el brazo. Había rastros de sangre en el lugar donde Carl le había incrustado la estaca, pero la herida se había cerrado y sanado.
—¿Dónde estamos?
Nina miró alrededor del cuarto oscuro. Estaba hecho de piedra y hormigón sin ventanas, y sólo unas pocas velas daban luz. Había una gran puerta al frente, sin muebles o decoración. Si tuviera que adivinar, diría que estaba en un sótano.
—No lo sé. Me vendaron los ojos en el camino. Pero estuvimos en el coche durante una media hora, tal vez más.
Nina dio a Delilah una mirada cautelosa. No parecía estar molesta con ella, cuando tenía todo el derecho de estarlo. Después de todo, había impedido que Carl matara a uno de los vampiros, su hermano.
—¿Cómo está tu brazo?
—Yo creo que está bien. Parece que ya se ha curado. ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? —A juzgar por el estado de su lesión, supuso que al menos serían dos días.
—Sólo un par de horas. Tu hermano sanó la lesión.
Así que no había imaginado todo. Eddie estaba vivo, y era un vampiro, un vampiro que trabajaba para el otro bando—. Lo siento mucho. Yo no lo sabía.
Delilah le apretó la mano—. Entiendo.
Nina negó con la cabeza—. No podía dejar que Carl lo matara. Él sigue siendo mi hermano.
—Nina. Por favor, yo habría hecho lo mismo en tu situación. Yo tuve un hermano, una vez también. Habría hecho todo para salvarlo. —Hubo una mirada lejana en sus ojos, antes de que regresara de nuevo al presente—. Ahora sólo tenemos que convencer a Samson y Amaury de tu inocencia. Creen que estabas trabajando para Luther todo el tiempo.
Nina se tragó el impacto de la declaración de Delilah. ¿Amaury pensaba que era una traidora? ¿Y aún así, se había unido con ella? No tenía ningún sentido.
—¿Cuándo hablaste con él?
—En el camino hacia acá.
—¿Te dejaron un teléfono celular?
Delilah atajó su risa—. Por supuesto que no. Me comuniqué con Samson por medio de nuestra unión.
Su expresión debe haber sido de total confusión, porque Delilah aclaró—: Telepáticamente. Todas las parejas unidas de sangre lo hacen.
—Oh. —Nunca había oído hablar de tal cosa—. ¿Quieres decir que puedo hacerlo con Amaury?
Delilah asintió con la cabeza—. Estoy segura de que ya ha intentado comunicarse contigo, pero tú estabas fuera de combate.
—No soy normalmente de las personas que se desmayan. —Nina, la auto proclamada luchadora de vampiros, se había desmayado a la hora de las horas. Qué vergüenza.
—Fuiste herida, tenías mucho que enfrentar. El shock de ver a tu hermano. Fue demasiado para ti. A veces, nuestro cuerpo es el que nos dice cuando ya hemos tenido suficiente.
Delilah parecía estar tranquila, teniendo en cuenta la situación en que se encontraban.
—No sabía que Eddie estaba vivo…
Delilah le apretó su mano—. Ahora lo sé. Pero cuando nuestros hombres regresaron a casa, encontraron a Carl…
Un rayo de culpa atravesó a Nina—. Carl… oh Dios, Luther lo mató. Lo siento mucho. —Y contuvo sus lágrimas.
Delilah negó con la cabeza—. Carl está vivo. Pero les dijo que luchaste al lado de Luther, cuando defendiste a Eddie. Es por eso que creen que los has traicionado.
—Pero yo no podía dejar que mataran a Eddie, no podía. Ellos tienen que entender eso. Él es mi hermano. Es toda la familia que tengo. —Si ella lo hubiese perdido, no tendría a nadie.
—Van a entender… con el tiempo. Amaury va a entender.
Amaury. ¿Realmente la entenderá? ¿El hombre que hacía conclusiones en dos segundos? Él la condenaría.
—Desafortunadamente, ellos también creen que tú dejaste entrar a Luther a la casa. No tuve la oportunidad de contárselo a Samson, antes de que nuestra comunicación terminara. Él estará, tan molesto.
Nina la miró fijamente—. ¿Por qué?
—Luther uso su control de la mente sobre mí y me hizo abrir la puerta —explicó.
—¿No puedes contactarlo ahora? —preguntó Nina.
Delilah negó con la cabeza—. No puedo. O está demasiado ocupado preparando un plan para salir, o estamos demasiado lejos.
—¡Oh, no! ¿Y ahora qué?
—Sé que Samson y los muchachos, vendrán por nosotras.
Nina tenía que admirar su confianza. Ella no se sentía tan segura de nada en estos momentos. Era demasiado para tratar de entender. Su hermano estaba vivo y trabajando para el enemigo. Estaba en una especie de refugio subterráneo sin posibilidad de escapar, y los hombres que supuestamente estaban en camino para rescatarlas, creían que era una traidora. ¿Dónde podría comenzar a arreglarse las cosas?
—¿Cómo nos van a encontrar?
—Confía en mí, lo harán. Un vampiro con vínculo de sangre, nunca renunciará a su compañera. Si lo hace, sería su propia muerte.
Esto sonaba demasiado dramático como para ser verdad—. ¿Qué quieres decir?
—Samson sólo se alimenta de mí. Mientras más tiempo esté lejos de mí, más tiempo pasará sin alimento. Un vampiro con vínculo de sangre, no puede metabolizar la sangre extraña. Sólo puede vivir de la sangre de su pareja. Mientras esté viva, necesitará mi sangre. Sólo cuando me muera, su cuerpo aceptará la sangre de otra persona.
Las palabras de Delilah, eran dichas con calma, a pesar de las implicaciones fundamentales que entrañaban.
—Pero eso no puede ser.
—Así es como es. Sin nuestra sangre, nuestros hombres morirían.
Nina tragó saliva, pero el nudo en su garganta no desaparecía—. ¿Quieres decir que Amaury se morirá de hambre sin mí?
Delilah asintió con la cabeza—. Lo siento.
—¿Por qué entonces? ¿Por qué me hizo su compañera, si lo hace tan dependiente de mí?
—Sólo hay una razón por la que un vampiro elige a un compañero: él la ama y no puede vivir sin ella.
Nina contuvo una lágrima. Cómo ansiaba escuchar esas palabras de él, a pesar de que no podían ser ciertas—. Sin embargo, Amaury no puede amar a nadie. Él mismo me lo dijo. Está maldecido a nunca poder amar nuevamente.
Delilah se encogió de hombros—. Algo debe haber pasado. Sólo puedo decirte lo que sé de mi propia experiencia. Ningún vampiro toma un vínculo de sangre a la ligera. Es para siempre. Y es por amor.
Nina puso su cabeza entre las manos—. Delilah, hay algo que tengo que decirte acerca de mí y Amaury.
La suave palma de la mano de Delilah, le acarició el cabello—. Tú lo amas, ¿no?
—Prométeme que no se lo dirás a Samson… Necesito ser yo la que se lo diga a Amaury. —Hizo una pausa—. Si alguna vez tengo la oportunidad.
***
Nina se despertó bruscamente de su sueño, cuando oyó un ruido en la puerta. Miró a Delilah, que yacía a su lado durmiendo, en el suelo de piedra. Nina se quedó inmóvil, fingiendo estar dormida, mientras veía la puerta abrirse. Había una franja de luz que penetraba en el oscuro calabozo, había una silueta, una figura alta en la puerta.
Ella reconocería al hombre en cualquier lugar.
—Eddie —susurró, y se levantó.
Miró hacia atrás, y luego entró en la habitación y cerró la puerta—. Nina.
Un segundo después, abrazó a su hermano—. ¿Por qué no me lo dijiste? —conteniendo una lágrima—. ¿Cómo pudiste dejar que llegara a pensar que estabas muerto? Te enterré, lloré por ti.
La familiar mano de Eddie, se deslizaba cepillando sus rizos, como lo hacía desde que había llegado a ser físicamente más grande que ella—. No pude, corazón. No era yo mismo. Las primeras semanas fueron una agonía.
Ella se apartó para mirarlo a la cara—. ¿Te forzó?
—¿Forzarme? ¿Quién?
—Luther. Él te obligó.
Él la alejó un poco—. Por supuesto que no. Él nunca forzó a nadie.
No tenía sentido para Nina. Eddie nunca la hubiera hecho sufrir de esta manera, sin siquiera tratar de hacerle saber que estaba vivo—. No te creo. Podrías haberme dicho que estabas vivo.
Eddie negó con la cabeza—. No pude. Los días después de la transformación, fueron dolorosos. Tuve que luchar a brazo partido con la sed. Tuve que aprender a controlar mis impulsos y mi fuerza, sin dañar a nadie. Durante el primer par de semanas, casi no podía pensar con claridad. No me atrevía a acercarme a ti. Tenía demasiado miedo de hacerte daño.
Nina reconoció la sinceridad en su voz.
—¿Por qué lo hiciste? Pensé que las cosas comenzaban a funcionar para nosotros. ¿Por qué botar esto?
—¿Botar esto? ¿Sobrevivir apenas? ¿Nunca logrando nada? ¿Siempre mirando sobre tu hombro? —Podía sentir su enojo y frustración.
—No fue así.
Pero sabía que en el mejor de los casos, su propia protesta era débil. Ellos habían luchado para salir adelante.
—Siempre fue así. No me mientas, Nina. No importa cómo trataras de protegerme de las cosas, siempre fue así. Tú no puedes decirme que eras feliz de la manera en que vivíamos.
—Pero nos teníamos el uno al otro. —Su protesta se ahogó, en su furiosa rabieta.
—Sí, nos teníamos el uno al otro. Porque siempre te sacrificaste por mí. ¿Crees tú que yo quería eso?
—¿Qué quieres decir?
—Yo sé lo que tuviste que hacer. Me desperté esa noche. Escuché lo que él te hizo. Deberías haberlo matado. Pero no lo hiciste. En lugar de eso, lo absorbiste por mí. Viviste con este idiota día a día. ¿Crees que estaba ciego? ¿Que no veía lo duro que fue para ti? Y no pude protegerte. Pero ahora soy un vampiro, y como tal, por fin soy lo suficientemente fuerte como para protegerte de imbéciles como ese.
Ella sacudió la cabeza. La incredulidad la atravesaba. ¿Él sabía que había apuñalado a su padre adoptivo? ¿Estaba consciente de los fantasmas de su pasado?
—Sin embargo, tú me dejaste creer que habías muerto.
—Lo estuve por un tiempo. Pero iba a venir por ti. Ahora estoy aquí.
Ella miró hacia atrás, donde Delilah dormía—. Yo no llamo eso venir por mí. Luther nos secuestró.
—Él tenía sus razones. No estaba tras de ti. Créeme, él estaba tan sorprendido como el resto de nosotros, al encontrarte allí. Todo lo que quería, era a la esposa de ese hijo de puta de Samson. —Lanzó una mirada en dirección de Delilah.
—Él no puede ir por ahí secuestrando gente. No puedo creer que estés de su lado. Esto está mal.
Eddie la miró como si estuviera loca—. No tienes idea de lo que ese hombre le hizo a Luther. Samson destruyó su vida. Mató a su esposa e hijo. No importa cómo lo mires, él tiene que ser castigado.
—¿Es eso lo que te ha dicho? ¿Que Samson mató a la esposa de Luther? —Nina no podía creer lo que escuchaba. ¿Así es como Luther había convencido a Eddie para que lo ayudara, diciéndole mentiras? ¿Haciéndole creer que Samson era el malo?
—Porque esa es la verdad.
—Luther está mintiendo. No es así como sucedió.
—¿Cómo lo sabes? Tú no estuviste allí.
La terquedad de Eddie, le pegó en su cabeza de nuevo y le hizo recordar la época en que había insistido siendo un niño de trece años, que él era mejor conduciendo que ella sólo porque era varón.
—Ni tú tampoco —replicó ella—. Luther no es el héroe que te hace creer.
—No sabes nada de Luther.
—Y tú tampoco. —Nina apoyó las manos sobre sus caderas y lo desafió con una mirada severa.
—Sé lo suficiente como para saber que no es tan corrupto y malo, como Samson y sus hombres.
—Bueno, entonces tal vez deberías preguntarle por qué mandó a los matones sobre mí.
—¿Qué matones? Él no envió a nadie. Fuimos tras la mujer de Samson. Tú te cruzaste en el camino.
Nina movió la mano con impaciencia—. No esta noche. Él trató de que me mataran varias noches atrás. Mandó a Johan y a otro vampiro. ¿Por qué no vas y le preguntas?
—Eso no es cierto.
—¿A quién de nosotros le vas a creer? ¿A tu hermana o a tu nuevo amigo? No tengo ninguna razón para inventarme esto.
—No lo creo. Luther me dijo que tú te habías enredado con el maldito de Amaury. ¿Te ha lavado el cerebro? —Eddie la tomó por los hombros y la sacudió—. ¿Lo ha hecho?
—No es así. Él no ha hecho nada. —Bueno, Amaury había hecho muchas cosas, pero nada de eso estaba dispuesta a discutir con su hermano. Sus problemas eran privados y ella los arreglaría con Amaury después. Si alguna vez salía de ese lugar.
—No me mientas. Luther dijo que tú eres su mujer. ¿Es cierto? ¿Estás con él? ¿Es por eso que estás de su lado?
—¡No! Yo estoy de su lado porque ellos son los buenos.
—No te engañes. No hay hombres buenos.
—Estás equivocado —insistió—. No son hombres malos, sólo son personas viviendo con malos entendidos.
—Nina. Despierta. Te puedo ayudar. Puedo garantizarte que nadie te hará daño, pero tendrás que confiar en mí. Yo sé lo que estoy haciendo. ¿No ves lo que Luther me ha concedido? Una nueva oportunidad de vida, un nuevo comienzo para algo más grande y mejor. Nunca seremos pobres otra vez. Siempre estarás a salvo conmigo.
Curiosamente, era lo mismo que Amaury le había prometido, mantenerla a salvo.
—Pero no puedes interferir más.
Señaló a Delilah que aún parecía estar dormida, aunque Nina sospechaba que ella sólo estaba fingiendo en ese momento. Su pelea se estaba caldeando, y ningún ser humano normal, sería capaz de dormir así.
—No puedo dejar que suceda una injusticia. ¿Cómo puedes esperar eso de mí? ¿No me conoces? ¿Crees que después de lo que me pasó a mí cuando era joven, permitiría que se perjudique a otro inocente y quedarme a un lado? No, si eso es lo que quieres hacer, entonces no tengo un hermano. Porque mi hermano no me obligaría a actuar así. Mi Eddie nunca haría eso.
Ella lo miró con furia. Sí, él era un gran vampiro malo ahora, pero todavía era su hermano menor, y si de alguna manera pudiera llegar hasta él, tal vez tendría la oportunidad de cambiar esa situación.
—No sabes lo que estás diciendo.
Eddie se volvió sobre sus talones, y antes de que ella pudiera decirle otra cosa, salió furioso. Oyó la cerradura de la puerta detrás de él.
¡Maldita velocidad de vampiro!
Con su siguiente aliento, expulsó un sollozo de su pecho.
—Lo siento, Nina —dijo la voz de Delilah desde el suelo—. Dale un poco de tiempo. Lo va a entender. Sembraste algunas dudas en su mente. Él regresará.
Se volvió hacia ella y la vio sentarse—. Eddie siempre ha sido un muchacho testarudo. Creo que él se ha convertido en un maldito vampiro obstinado.