—Tengo hambre. ¿Y tú?
Nina miró a Delilah que estaba en la puerta de la cocina—. ¿Cómo puedes comer ahora?
La casa estaba extrañamente tranquila, ahora que todos los vampiros, excepto el mayordomo, se habían ido.
—Siempre puedo comer. Y ahora mismo como por dos. ¿Qué tal si cocino algo para nosotras? Ven conmigo. —Ella le hizo señas hacia la cocina, y Nina la siguió.
—No te ves gorda. No puedo creer que estés comiendo por dos. —Ella no tenía la intención de insultarla, pero la mujer de Samson realmente parecía perfectamente proporcionada.
Delilah se echó a reír—. Estoy embarazada. ¿Jugo, agua? —Señalando las botellas en la refrigeradora.
—Agua estaría muy bien. —Nina tomó un asiento en la encimera—. Me preguntaba si eras humana o no, pero supongo que eso lo aclara. Estoy asumiendo que las mujeres vampiros, no pueden quedar embarazadas.
—¿Amaury no te lo dijo? Hombres, a menudo se olvidan de las cosas más obvias.
Ella y Amaury no habían tenido exactamente mucho tiempo para hablar. Apenas habían hablado de su propia relación, si es que se podría llamar una relación.
—Toma. —Delilah le entregó un vaso.
Nina dio un sorbo.
—Estoy segura de que él te explicará todas las cosas importantes a la brevedad. Al principio cuando hice el vínculo de sangre con Samson, había muchas cosas que no sabía…
—Disculpa, ¿me va a explicar el qué? —No podía seguir las divagaciones de Delilah, por muy agradable que la mujer fuera.
—El vínculo de sangre y todo lo que ello conlleva. —Su anfitriona hizo que pareciera que era la respuesta más obvia.
—Eso está bien. Yo realmente no necesito saber nada acerca de eso. Una vez que todo esto termine, regresaré a mi vida normal. Entre menos sepa, es mejor. —No era como que quisiera escribir un libro sobre los hábitos de apareamiento de los vampiros.
La cara de Delilah se veía angustiada—. Pero, no puedes dejarlo ahora.
—¿Amaury? —No, ella no quería dejarlo, pero no había futuro con lo que tenían. Ella no era ingenua. Amaury lo tenía todo. No había ninguna razón para que él mismo, sentara cabeza con alguien como ella. Claro, podría tratar de mantenerlo interesado en ella, durante el tiempo que fuese posible, pero en algún momento iba a desviarse y buscaría algo nuevo—. Esto es realmente, sólo una aventura. —Ella tuvo que restar importancia a lo que tenían. La menor importancia que le diera a lo que sea que hubiera entre ellos, era lo mejor.
—¿Una aventura? Nina, no te vinculas de sangre por una aventura. —El tono de Delilah, era de regaño.
—¿Quién dijo algo acerca de vínculo de sangre? —¿Qué tan chapada a la antigua era Delilah? El hecho de que se hubiera acostado con Amaury, no quería decir que iba a casarse con él. Y además, ¿no había dicho Amaury que él no era del tipo de persona que hacía una promesa?
—Pero tú y Amaury han hecho el vínculo de sangre.
Ahora la pobre mujer se había vuelto loca. ¿Era eso lo que hacía el embarazo en las mujeres?— Sin ánimo de ofenderte, ¿pero de dónde sacas esa loca idea? —Nina tomó su vaso y se lo llevó a los labios.
—Amaury le dijo a Samson que habían hecho el vínculo de sangre.
El agua se expulsó por la boca de Nina, mientras ella casi se ahogaba.
—¿Qué? —Algo estaba muy mal aquí.
Delilah le dio una mirada de asombro—. ¿Quieres decir que no lo sabías? —Su frente se arrugaba aún más.
—Yo no hice nada.
Frenéticamente, Nina buscaba en su memoria todo lo que Amaury le había dicho sobre la unión de sangre. Se acordaba con claridad de la historia de Luther, pero en ningún momento Amaury le había explicado cómo funcionaba. ¿Por qué iba a decirle una cosa tan escandalosa a Samson?
Delilah dio la vuelta a la encimera y se sentó en el banco a su lado—. Dime lo que pasó hace un rato, mientras estabas con Amaury.
Nina sintió que sus mejillas se ruborizaban. Ella no podía hablar sobre su vida sexual, con una mujer que había visto sólo dos veces—. Lo siento, pero no puedo.
Sintió la mano tibia de Delilah en su brazo—. Es muy importante. Cuéntame lo que pasó.
Con un movimiento renuente, Nina abrió la boca—. Tuvimos sexo.
—Eso es evidente. ¿Qué sucedió durante el sexo?
Nina se aclaró la garganta. ¿Quería detalles?— ¿Puedes ser un poco más específica? —Ella sintió que sus mejillas se ruborizaban.
—¿Diste de beber a Amaury de tu sangre?
El flujo de sangre en su cabeza, de repente la hizo sentirse mareada.
—Sí, pero se alimenta de los demás, y eso no significa que haga vínculos de sangre con todos ellos. —Tenía que haber algún tipo de malentendido. Ella sabía a ciencia cierta, que los vampiros se alimentaban de seres humanos, sin ningún tipo de efectos secundarios. De hecho, la primera vez que había comenzado a investigar la muerte de Eddie y seguido a algunos de ellos, los había visto alimentarse. Había sido una prueba positiva de que eran vampiros.
Ella sintió las manos de Delilah sobre sus hombros, sacándola de sus pensamientos.
—¿Te ha hecho tomar de su sangre?
Las mejillas de Nina se quemaban por la vergüenza. En el calor de la pasión, había chupado su sangre y, por Dios, lo había encontrado erótico. Pero de ninguna manera iba a admitir esto a un extraño. Ya era bastante difícil admitirlo a sí misma. Y además, le había prometido que no iba a convertirse en un vampiro. ¿Y si hubiera mentido?
—¿Lo hiciste?
Nina miró a su anfitriona—. ¡No, eso sería asqueroso! —La mentira rodó de sus labios como el agua.
—Es una de las cosas más eróticas que hago con mi pareja. Cada vez que bebo de Samson…
—¿Bebes de su sangre?
Delilah asintió con la cabeza—. Es parte del vínculo. Al principio, se establece la conexión. Luego, más tarde la sostiene. Nina, por favor, dime la verdad. ¿Bebiste de él mientras tenías sexo y, mientras bebía él de ti?
Nina cerró los ojos y asintió con la cabeza.
—Te vinculaste de sangre con él. Él le estaba diciendo la verdad a Samson. Tú eres su compañera.
Su compañera. Ella… era la compañera de Amaury. Para toda la eternidad. Siempre. Esto no podía ser cierto—. ¿Por qué haría eso? —Amaury no la amaba… había admitido que no podía amar. Ella sabía que su relación era sólo temporal.
—¿No te explicó? Supongo que, ¿no te pidió permiso entonces? —La voz de Delilah era inexpresiva.
Nina recordó lo que él le había pedido—. A menos que consideres su pregunta «¿me quieres?», como pidiendo permiso.
—En realidad no —dijo Delilah—. ¿Te mordió sin preguntar? Podrías presentar cargos contra él. Samson puede presentar lo sucedido ante un Consejo. ¡Qué despreciable por parte de él! —parecía realmente molesta con Amaury.
—No exactamente. Le pedí que me mordiera, pero yo no sabía lo que significaba. —De repente, ella sintió verdadera ira crecer en ella. El macho arrogante lo había hecho de nuevo: había impuesto su voluntad sobre ella. ¡Como si su deseo fuese su mandato!—. ¡Ese bastardo! ¡Me engañó! Él sabía lo que estaba haciendo, y lo hizo de todos modos. Va a pagar por ello. ¡Voy a darle de comer sus huevos para el desayuno, y luego me iré de aquí!
La furia la recorría. Había hecho un vínculo de sangre con ella sin preguntarle, sin explicarle nada, como si fuera una mujer que no tenía derechos. ¿En qué siglo estaba viviendo? Ella le iba a mostrar a ese bastardo lo que podía hacer con su vínculo de sangre.
—Nina, no te puedes ir.
Hubo una firme determinación en la voz de Delilah que hizo que Nina diera una mirada de rechazo hacia ella.
—Puedo y lo haré. ¡Esto se acabó! Si él cree que puede tratarme como un objeto de su propiedad, puede irse de regreso al Oscurantismo de donde es.
—Del siglo XVII, en realidad —interrumpió Delilah.
—Lo que sea. Yo y Amaury… ¡somos historia!
—Nina. Tal vez debería explicarte algo acerca del vínculo de sangre, ya que, obviamente, nadie más lo ha hecho.
—Yo sé más de lo que nunca hubiera querido saber sobre eso. No necesito saber nada más. ¡Se acabó!
Delilah se aclaró la garganta—. Tal vez debería invitarte una copa de brandy. Creo que la necesitas.
Las sospechas se arrastraron hasta la columna vertebral de Nina, estableciéndose incómodamente en su nuca—. No necesito una copa de brandy. Di lo que tienes que decir.
—El vínculo de sangre es para siempre. Sólo la muerte lo puede romper.
—¡Ah, mierda! Por favor, dime que estás bromeando.
Lentamente Delilah negó con la cabeza. Fue entonces cuando la realidad le chocó. Ella se unió a Amaury para toda la eternidad. Y no le había dado una opción al respecto. Él, hombre de las cavernas que había decidido por ella. Esto lo cambiaba todo.
—¡Oh, espera a que ponga mis manos sobre él! —Y esa era una promesa que él podría llevar al banco.